Cantares 3-4
Nueva Versión Internacional
3 Por las noches, sobre mi lecho,
busco al amor de mi vida;
lo busco y no lo hallo.
2 Me levanto, voy por la ciudad,
por sus calles y mercados,
buscando al amor de mi vida.
Lo busqué y no lo hallé.
3 Me encuentran los centinelas
mientras rondan la ciudad.
Les pregunto:
«¿Han visto ustedes al amor de mi vida?».
4 No bien los he dejado,
cuando encuentro al amor de mi vida.
Lo abrazo y, sin soltarlo,
lo llevo a la casa de mi madre,
a la alcoba donde ella me concibió.
El amado
5 Yo les ruego, doncellas de Jerusalén,
por las gacelas y cervatillas del bosque,
que no desvelen ni molesten a mi amada
hasta que ella quiera despertar.
Tercer Canto
El coro
6 ¿Qué es eso que sube por el desierto
semejante a una columna de humo,
entre aromas de mirra e incienso,
entre perfumes de mercaderes?
7 ¡Miren! ¡Es el carruaje de Salomón!
Viene escoltado por sesenta guerreros,
escogidos entre los más valientes de Israel.
8 Todos ellos portan espadas
y han sido adiestrados para el combate;
cada uno lleva la espada al cinto
por causa de los peligros de la noche.
9 Salomón mismo se hizo el carruaje
con finas maderas del Líbano.
10 Hizo de plata las columnas
y de oro los soportes.
El asiento lo tapizó de color púrpura
y su interior fue decorado con esmero
por las hijas de Jerusalén.
11 ¡Salgan, doncellas de Sión!
¡Contemplen al rey Salomón!
¡Lleva puesta la corona que le ciñó su madre
el día en que contrajo nupcias,
el día en que se alegró su corazón!
El amado
4 ¡Cuán bella eres, amada mía!
¡Cuán bella eres!
Tus dos ojos, tras el velo, son como palomas.
Tus cabellos son como los rebaños de cabras
que descienden de los montes de Galaad.
2 Tus dientes son como rebaños de ovejas recién trasquiladas,
que ascienden después de haber sido bañadas.
Cada una de ellas tiene gemelas,
ninguna de ellas está sola.
3 Tus labios son cual cinta carmesí;
tu boca es hermosa.
Tus mejillas, tras el velo,
parecen dos mitades de granadas.
4 Tu cuello se asemeja a la torre de David
construida con piedras labradas;
de ella penden mil escudos,
escudos de guerreros todos ellos.
5 Tus pechos parecen dos cervatillos,
dos crías mellizas de gacela
que pastan entre azucenas.
6 Antes de que el día despunte
y se desvanezcan las sombras,
subiré a la montaña de la mirra,
a la colina del incienso.
7 Toda tú eres bella, amada mía;
no hay en ti defecto alguno.
8 Desciende del Líbano conmigo, novia mía;
desciende del Líbano conmigo.
Baja de la cumbre del Amaná,
de la cima del Senir y del Hermón.
Baja de las guaridas de los leones,
de los montes donde habitan los leopardos.
9 Cautivaste mi corazón, hermana y novia mía,
con una mirada de tus ojos;
con una vuelta de tu collar
cautivaste mi corazón.
10 ¡Cuán delicioso es tu amor,
hermana y novia mía!
¡Más agradable que el vino es tu amor,
y más que toda especia
la fragancia de tu perfume!
11 Tus labios, novia mía, destilan miel;
leche y miel escondes bajo la lengua.
Cual perfume del Líbano
es el perfume de tus vestidos.
12 Jardín cerrado eres tú,
hermana y novia mía.
Fuente cerrada y sellado manantial.
13 Tus plantas son un huerto de granadas
con frutos exquisitos
flores de nardo y azahar;
14 con toda clase de árbol de incienso,
nardo y azafrán;
con cálamo y canela,
mirra y áloe
y con las más finas especias.
15 Eres fuente de los jardines,
manantial de aguas vivas,
arroyo que del Líbano desciende.
La amada
16 ¡Viento del norte, despierta!
¡Viento del sur, ven acá!
Soplen en mi jardín;
¡esparzan su fragancia!
Que venga mi amado a su jardín
y pruebe sus frutos exquisitos.
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