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La sabiduría de lo alto

13 ¿Quién de ustedes es sabio y entendido? Demuéstrelo con su buena conducta, y por medio de actos realizados con la humildad propia de la sabiduría. 14 Pero si ustedes abrigan en su corazón amargura, envidia y rivalidad, no tienen de qué presumir y están falseando la verdad. 15 Esta clase de sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino que es terrenal, estrictamente humana, y diabólica. 16 Pues donde hay envidias y rivalidades, allí hay confusión y toda clase de mal. 17 Pero la sabiduría que viene de lo alto es, ante todo, pura, y además pacífica, amable, benigna, llena de compasión y de buenos frutos, ecuánime y genuina. 18 Y el fruto de la justicia se siembra en paz para los que trabajan por la paz.

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No seas sabio en tu propia opinión;(A)
teme al Señor y apártate del mal.
Él será la medicina de tu cuerpo;
¡infundirá alivio a tus huesos!

Honra al Señor con tus bienes
y con las primicias de tus cosechas.
10 Tus graneros se saturarán de trigo,
y tus lagares rebosarán de vino.

11 Hijo mío, no desdeñes la corrección del Señor;
no te sientas mal cuando te reprenda.(B)
12 El Señor corrige(C) al que ama
como lo hace el padre con su hijo amado.(D)

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12 ¿Has visto gente sabia en su propia opinión?
¡Más esperanza tiene el necio que esa gente!

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11 El hombre rico se cree muy sabio,
pero el pobre e inteligente lo exhibe.

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21 ¡Ay de los que se creen sabios!

¡Ay de los que se consideran muy inteligentes!

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28 Entonces dijo a la humanidad:
“El temor del Señor es la sabiduría.(A)
Quien se aparta del mal es inteligente.”»

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