El poder de la lengua

Hermanos míos(A), no os hagáis maestros muchos de vosotros(B), sabiendo que recibiremos un juicio más severo[a]. Porque todos tropezamos[b] de muchas maneras(C). Si alguno no tropieza en lo que dice[c](D), es un hombre perfecto(E), capaz también de refrenar todo el cuerpo(F). Ahora bien, si ponemos el freno en la boca de los caballos(G) para que nos obedezcan, dirigimos también todo su cuerpo. Mirad también las naves; aunque son tan grandes e impulsadas por fuertes vientos, son, sin embargo, dirigidas mediante un timón muy pequeño por donde la voluntad[d] del piloto quiere. Así también la lengua es un miembro pequeño, y sin embargo, se jacta de grandes cosas(H). Mirad, ¡qué gran bosque se incendia con tan pequeño fuego(I)! Y la lengua es un fuego(J), un mundo de iniquidad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, la cual contamina todo el cuerpo(K), es encendida por el infierno[e](L) e inflama el curso[f] de nuestra vida[g]. Porque todo género[h] de fieras y de aves, de reptiles y de animales marinos, se puede domar y ha sido domado por el género[i] humano, pero ningún hombre puede domar la lengua; es un mal turbulento y lleno de veneno mortal(M). Con ella bendecimos a nuestro Señor y Padre(N), y con ella maldecimos a los hombres, que han sido hechos a la imagen de Dios(O); 10 de la misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así. 11 ¿Acaso una fuente por la misma abertura echa agua dulce y amarga? 12 ¿Acaso, hermanos míos, puede una higuera producir aceitunas(P), o una vid higos? Tampoco la fuente de agua salada puede producir agua dulce.

Sabiduría de lo alto

13 ¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Que muestre(Q) por su buena conducta(R) sus obras en mansedumbre de sabiduría. 14 Pero si tenéis celos amargos y ambición personal[j](S) en vuestro corazón, no seáis arrogantes y así mintáis contra la verdad(T). 15 Esta sabiduría no es la que viene de lo alto(U), sino que es terrenal(V), natural[k](W), diabólica[l](X). 16 Porque donde hay celos(Y) y ambición personal[m], allí hay confusión y toda cosa mala. 17 Pero la sabiduría de lo alto(Z) es primeramente pura(AA), después pacífica(AB), amable(AC), condescendiente[n], llena de misericordia(AD) y de buenos frutos, sin vacilación(AE), sin hipocresía(AF). 18 Y la semilla cuyo fruto es la justicia[o](AG) se siembra en paz por[p] aquellos que hacen la paz.

Guerras y conflictos

¿De dónde vienen las guerras y los conflictos[q] entre vosotros(AH)? ¿No vienen de vuestras pasiones[r] que combaten en vuestros miembros(AI)? Codiciáis y no tenéis, por eso cometéis homicidio(AJ). Sois envidiosos y no podéis obtener, por eso combatís[s] y hacéis guerra. No tenéis, porque no pedís. Pedís y no recibís(AK), porque pedís con malos propósitos[t], para gastarlo en vuestros placeres. ¡Oh almas adúlteras[u](AL)! ¿No sabéis que la amistad del mundo(AM) es enemistad hacia Dios(AN)? Por tanto, el que quiere ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios(AO). ¿O pensáis que la Escritura dice en vano(AP): El celosamente anhela[v] el Espíritu(AQ) que ha hecho morar en nosotros[w]? Pero Él da mayor gracia(AR). Por eso dice: Dios resiste a los soberbios pero da gracia a los humildes(AS). Por tanto, someteos a Dios(AT). Resistid, pues, al diablo y huirá de vosotros(AU). Acercaos a Dios, y Él se acercará a vosotros(AV). Limpiad vuestras manos(AW), pecadores; y vosotros de doble ánimo[x](AX), purificad vuestros corazones(AY). Afligíos, lamentad y llorad(AZ); que vuestra risa se torne en llanto[y] y vuestro gozo en tristeza. 10 Humillaos en la presencia del Señor(BA) y Él os exaltará.

11 Hermanos(BB), no habléis mal los unos de los otros(BC). El que habla mal de un hermano o juzga a su hermano(BD), habla mal de la ley(BE) y juzga a la ley; pero si tú juzgas a la ley, no eres cumplidor de la ley(BF), sino juez de ella. 12 Solo hay un dador de la ley y juez(BG), que es poderoso para salvar y para destruir(BH); pero tú, ¿quién eres que juzgas a tu prójimo(BI)?

La incertidumbre de la vida

13 Oíd[z] ahora(BJ), los que decís: Hoy o mañana iremos a tal o cual ciudad(BK) y pasaremos allá un año, haremos negocio y tendremos ganancia. 14 Sin embargo, no sabéis[aa] cómo será vuestra vida mañana[ab]. Solo sois un vapor que aparece por un poco de tiempo y luego se desvanece(BL). 15 Más bien, debierais decir[ac]: Si el Señor quiere(BM), viviremos y haremos esto o aquello. 16 Pero ahora os jactáis en vuestra arrogancia[ad]; toda jactancia semejante es mala(BN). 17 A aquel, pues, que sabe hacer lo bueno[ae] y no lo hace(BO), le es pecado.

Footnotes

  1. Santiago 3:1 O, mayor condenación
  2. Santiago 3:2 U, ofendemos
  3. Santiago 3:2 Lit., palabra
  4. Santiago 3:4 Lit., el impulso
  5. Santiago 3:6 Gr., guéenna
  6. Santiago 3:6 Lit., la rueda
  7. Santiago 3:6 O, existencia, u, origen
  8. Santiago 3:7 Lit., naturaleza
  9. Santiago 3:7 Lit., naturaleza
  10. Santiago 3:14 O, rivalidad
  11. Santiago 3:15 O, no espiritual
  12. Santiago 3:15 O, endemoniada
  13. Santiago 3:16 O, rivalidad
  14. Santiago 3:17 O, razonable
  15. Santiago 3:18 Lit., Y el fruto de la justicia
  16. Santiago 3:18 O, para
  17. Santiago 4:1 Lit., ¿De dónde guerras, y de dónde conflictos
  18. Santiago 4:1 Lit., ¿No de aquí, de vuestros placeres
  19. Santiago 4:2 O, tenéis pleitos
  20. Santiago 4:3 Lit., malvadamente
  21. Santiago 4:4 O, infieles
  22. Santiago 4:5 Lit., anhela hasta los celos
  23. Santiago 4:5 O, El Espíritu que Él ha hecho morar en nosotros nos anhela celosamente
  24. Santiago 4:8 O, corazones divididos
  25. Santiago 4:9 O, gemido, o, lamento
  26. Santiago 4:13 Lit., Vamos
  27. Santiago 4:14 Lit., Los que no sabéis
  28. Santiago 4:14 Algunos mss. dicen: el mañana, pues, ¿qué es vuestra vida?
  29. Santiago 4:15 Lit., en lugar de decir
  30. Santiago 4:16 O, vuestras pretensiones
  31. Santiago 4:17 O, lo correcto

La lengua

Hermanos míos, no os hagáis maestros muchos de vosotros, sabiendo que recibiremos mayor condenación. Porque todos ofendemos muchas veces. Si alguno no ofende en palabra, este es varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo. He aquí nosotros ponemos freno en la boca de los caballos para que nos obedezcan, y dirigimos así todo su cuerpo. Mirad también las naves; aunque tan grandes, y llevadas de impetuosos vientos, son gobernadas con un muy pequeño timón por donde el que las gobierna quiere. Así también la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas. He aquí, ¡cuán grande bosque enciende un pequeño fuego!

Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno. Porque toda naturaleza de bestias, y de aves, y de serpientes, y de seres del mar, se doma y ha sido domada por la naturaleza humana; pero ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado, llena de veneno mortal. Con ella bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que están hechos a la semejanza de Dios.(A) 10 De una misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así. 11 ¿Acaso alguna fuente echa por una misma abertura agua dulce y amarga? 12 Hermanos míos, ¿puede acaso la higuera producir aceitunas, o la vid higos? Así también ninguna fuente puede dar agua salada y dulce.

La sabiduría de lo alto

13 ¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre. 14 Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad; 15 porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica. 16 Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa. 17 Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía. 18 Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz.

La amistad con el mundo

¿De dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, las cuales combaten en vuestros miembros? Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar; combatís y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís. Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites. ¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios. ¿O pensáis que la Escritura dice en vano: El Espíritu que él ha hecho morar en nosotros nos anhela celosamente? Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes.(B) Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros. Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones. Afligíos, y lamentad, y llorad. Vuestra risa se convierta en lloro, y vuestro gozo en tristeza. 10 Humillaos delante del Señor, y él os exaltará.

Juzgando al hermano

11 Hermanos, no murmuréis los unos de los otros. El que murmura del hermano y juzga a su hermano, murmura de la ley y juzga a la ley; pero si tú juzgas a la ley, no eres hacedor de la ley, sino juez. 12 Uno solo es el dador de la ley, que puede salvar y perder; pero tú, ¿quién eres para que juzgues a otro?

No os gloriéis del día de mañana

13 ¡Vamos ahora! los que decís: Hoy y mañana iremos a tal ciudad, y estaremos allá un año, y traficaremos, y ganaremos; 14 cuando no sabéis lo que será mañana.(C) Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece. 15 En lugar de lo cual deberíais decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello. 16 Pero ahora os jactáis en vuestras soberbias. Toda jactancia semejante es mala; 17 y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado.