Add parallel Print Page Options

Saludo

Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesucristo, saluda a las doce tribus de Israel esparcidas por todo el mundo.

Fortaleza en las pruebas

Hermanos míos, ustedes deben tenerse por muy dichosos cuando se vean sometidos a pruebas de toda clase. Pues ya saben que cuando su fe es puesta a prueba, ustedes aprenden a soportar con fortaleza el sufrimiento. Pero procuren que esa fortaleza los lleve a la perfección, a la madurez plena, sin que les falte nada.

Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará; pues Dios da a todos sin limitación y sin hacer reproche alguno. Pero tiene que pedir con fe, sin dudar nada; porque el que duda es como una ola del mar, que el viento lleva de un lado a otro. Quien es así, no crea que va a recibir nada del Señor, porque hoy piensa una cosa y mañana otra, y no es constante en su conducta.

El hermano de condición humilde debe sentirse orgulloso de ser enaltecido por Dios; 10 y el rico de ser humillado. Porque el rico es como la flor de la hierba, que no permanece. 11 Cuando el sol sale y calienta con fuerza, la hierba se seca, su flor se cae y su belleza se pierde. Así también, el rico desaparecerá en medio de sus negocios.

12 Dichoso el hombre que soporta la prueba con fortaleza, porque al salir aprobado recibirá como premio la vida, que es la corona que Dios ha prometido a los que lo aman. 13 Cuando alguno se sienta tentado a hacer lo malo, no piense que es tentado por Dios, porque Dios ni siente la tentación de hacer lo malo, ni tienta a nadie para que lo haga. 14 Al contrario, uno es tentado por sus propios malos deseos, que lo atraen y lo seducen. 15 De estos malos deseos nace el pecado; y del pecado, cuando llega a su completo desarrollo, nace la muerte.

16 Queridos hermanos míos, no se engañen: 17 todo lo bueno y perfecto que se nos da, viene de arriba, de Dios, que creó los astros del cielo. Dios es siempre el mismo: en él no hay variaciones ni oscurecimientos. 18 Él, porque así lo quiso, nos dio vida mediante el mensaje de la verdad, para que seamos los primeros frutos de su creación.

Necesidad de poner en práctica el mensaje

19 Recuerden esto, queridos hermanos: todos ustedes deben estar listos para escuchar; en cambio deben ser lentos para hablar y para enojarse. 20 Porque el hombre enojado no hace lo que es justo ante Dios. 21 Así pues, despójense ustedes de toda impureza y de la maldad que tanto abunda, y acepten humildemente el mensaje que ha sido sembrado; pues ese mensaje tiene poder para salvarlos.

22 Pero no basta con oír el mensaje; hay que ponerlo en práctica, pues de lo contrario se estarían engañando ustedes mismos. 23 El que solamente oye el mensaje, y no lo practica, es como el hombre que se mira la cara en un espejo: 24 se ve a sí mismo, pero en cuanto da la vuelta se olvida de cómo es. 25 Pero el que no olvida lo que oye, sino que se fija atentamente en la ley perfecta de la libertad, y permanece firme cumpliendo lo que ella manda, será feliz en lo que hace.

26 Si alguno cree ser religioso, pero no sabe poner freno a su lengua, se engaña a sí mismo y su religión no sirve de nada. 27 La religión pura y sin mancha delante de Dios el Padre es ésta: ayudar a los huérfanos y a las viudas en sus aflicciones, y no mancharse con la maldad del mundo.

Saludo

Yo, Santiago, estoy al servicio de Dios y del Señor Jesucristo, y les envío un saludo a los cristianos que viven en todo el mundo.

Confianza en Dios

Hermanos en Cristo, ustedes deben sentirse muy felices cuando pasen por toda clase de dificultades. Así, cuando su confianza en Dios sea puesta a prueba, ustedes aprenderán a soportar con más fuerza las dificultades. Por lo tanto, deben resistir la prueba hasta el final, para que sean mejores y puedan obedecer lo que se les ordene.

Si alguno de ustedes no tiene sabiduría, pídasela a Dios. Él se la da a todos en abundancia, sin echarles nada en cara. Eso sí, debe pedirla con la seguridad de que Dios se la dará. Porque los que dudan son como las olas del mar, que el viento lleva de un lado a otro. 7-8 La gente que no es confiable ni capaz de tomar buenas decisiones no recibirá nada del Señor.

Los pobres y los ricos

Si alguno de ustedes es pobre, debe sentirse orgulloso de lo mucho que vale ante Dios. 10 Si alguno es rico, debe sentirse feliz cuando Dios lo humille, pues las riquezas duran muy poco; son como las flores del campo. 11 Cuando hace mucho calor, las plantas se secan; entonces sus flores se marchitan y pierden su belleza. Lo mismo pasa con el rico: ni él ni sus riquezas durarán.

Las tentaciones

12 Al que soporta las dificultades, Dios lo bendice y, cuando las supera, le da el premio y el honor más grande que puede recibir: la vida eterna, que ha prometido a quienes lo aman.

13 Cuando ustedes sean tentados a hacer lo malo, no le echen la culpa a Dios, porque él no puede ser tentado, ni tienta a nadie a hacer lo malo. 14 Al contrario, cuando somos tentados, son nuestros propios deseos los que nos arrastran y dominan. 15 Los malos deseos nos llevan a pecar; y cuando vivimos sólo para hacer lo malo, lo único que nos espera es la muerte eterna.

16 Mis queridos hermanos, no sean tontos ni se engañen a ustedes mismos. 17 Dios nunca cambia. Fue Dios quien creó todas las estrellas del cielo, y es quien nos da todo lo bueno y todo lo perfecto. 18 Además, quiso que fuéramos sus hijos. Por eso, por medio de la buena noticia de salvación nos dio una vida nueva.

Obediencia al mensaje de Dios

19 Mis queridos hermanos, pongan atención a esto que les voy a decir: todos deben estar siempre dispuestos a escuchar a los demás, pero no dispuestos a enojarse y hablar mucho. 20 Porque la gente violenta no puede hacer lo que Dios quiere. 21 Por eso, dejen de hacer lo malo, pues ya hay mucha maldad en el mundo. Hacer lo malo es como andar vestido con ropa sucia. Más bien, reciban con humildad el mensaje que Dios les ha dado. Ese mensaje tiene poder para salvarlos.

22-24 ¡Obedezcan el mensaje de Dios! Si lo escuchan, pero no lo obedecen, se engañan a ustedes mismos y les pasará lo mismo que a quien se mira en un espejo: tan pronto como se va, se olvida de cómo era. 25 Por el contrario, si ustedes ponen toda su atención en la palabra de Dios, y la obedecen siempre, serán felices en todo lo que hagan. Porque la palabra de Dios es perfecta y los libera del pecado.

26 Si alguien se cree muy santo y no cuida sus palabras, se engaña a sí mismo y de nada le sirve tanta religiosidad. 27 Creer en Dios el Padre es agradarlo y hacer el bien, ayudar a las viudas y a los huérfanos cuando sufren, y no dejarse vencer por la maldad del mundo.