Salmos 91-93
Palabra de Dios para Todos
No te pasará nada
1 El que habita a la sombra del Altísimo,
se acoge a la protección del Todopoderoso.
2 Yo le digo al SEÑOR: «Tú eres mi refugio, mi fortaleza.
Dios mío, confío en ti».
3 Dios te salvará de los peligros escondidos
y de las enfermedades peligrosas,
4 pues te protegerá con sus alas
y bajo ellas hallarás refugio.
Su fidelidad será tu escudo
y tu muralla protectora.
5 No te atemorizará el peligro de la noche,
ni las flechas que se lanzan en el día;
6 tampoco la plaga que anda en la oscuridad,
ni el destructor que llega a plena luz del día.[a]
7 Mil caerán muertos a tu izquierda
y 10 000 a tu derecha,
pero a ti no te sucederá nada.
8 Sólo fíjate y verás
que los perversos recibirán su merecido.
9 Porque tú confiaste en el SEÑOR
e hiciste que el Altísimo fuera tu protección.
10 Nada malo te sucederá,
no ocurrirá ningún desastre en tu casa;
11 porque él dará orden a sus ángeles
para que te protejan a dondequiera que vayas.
12 Ellos te levantarán con sus manos
para que ninguna piedra te lastime el pie.
13 Pisotearás leones y serpientes venenosas;
triunfarás sobre cachorros de león y sobre monstruos[b].
14 «Yo lo salvaré, porque me ama;
lo protegeré, porque reconoce mi nombre.
15 Me llamará y yo le responderé;
estaré con él cuando se encuentre en dificultades;
lo rescataré y haré que le rindan honores.
16 Haré que disfrute de una larga vida
y le mostraré mi salvación».
Qué maravillosas son tus obras
Canción de alabanza para el día de descanso.
1 SEÑOR, qué bueno es agradecerte
y entonarte canciones de alabanza, Dios Altísimo;
2 proclamar por la mañana tu fiel amor
y por la noche tu lealtad,
3 al son del arpa, de la cítara,
de la flauta y de la lira.
4 SEÑOR, tus obras me ponen alegre,
gritaré de gozo por lo que has hecho con tus manos.
5 SEÑOR, qué maravillosas son tus obras,
qué profundos tus pensamientos.
6 Los perversos no entienden tus planes,
son tan tontos que no pueden entender.
7 Aunque los perversos broten como la hierba,
y de momento florezcan,
todos los que hacen el mal sufrirán la destrucción eterna.
8 Pero tú, SEÑOR reinarás sobre todo por siempre.
9 ¡Tus enemigos, oh SEÑOR,
tus enemigos serán destruidos!
Serán desparramados los que hacen el mal.
10 Pero a mí me das fuerzas como de un toro salvaje;
rociaste aceite fresco sobre mi cabeza.
11 He visto la derrota de mis enemigos;
he escuchado los gritos de angustia de esos perversos
que se levantaron en mi contra.
12 El justo florecerá como la palmera;
crecerá como árbol fino.
13 Son como árboles plantados en el templo del SEÑOR
que dan hermosos frutos en el patio de nuestro Dios.
14 Aunque estén viejos, seguirán dando frutos
como si fueran árboles jóvenes y fuertes.
15 Dirá cada uno: «¡El SEÑOR es justo!
Él es mi roca y no comete ninguna injusticia».
El Señor reina
1 El SEÑOR reina,
se viste de majestad;
el SEÑOR se viste,
se pone el poder como cinturón.
El mundo está bien firme,
no será removido.
2 Tu reino ha existido siempre;
tú existes desde la eternidad.
3 Se levantaron los ríos, SEÑOR,
hacen gran estruendo.
Alzan sus olas rugientes,
4 pero tú, SEÑOR, reinando desde el cielo,
eres más poderoso que las fuertes olas
y que el estruendo de las aguas.
5 Se puede confiar en lo que tú declaras,[c]
lo que tú siempre dijiste en cuanto a tu casa,
tu hogar santo, SEÑOR.
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