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Aun el gorrión ha hallado casa,
Y la golondrina nido para sí donde poner sus polluelos:
¡Tus altares(A), oh Señor de los ejércitos,
Rey mío y Dios mío(B)!
¡Cuán bienaventurados son los que moran en Tu casa(C)!
Continuamente te alaban(D). (Selah)

¡Cuán bienaventurado es el hombre cuyo poder está en Ti(E),
En cuyo corazón están los caminos a Sión(F)!

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