Add parallel Print Page Options

Dios y los seres humanos

Al director, con la gitit. Canción de David.

SEÑOR, Dios nuestro,
    tu nombre es sin par en el mundo entero.
    Tu gloria se extiende más allá de los cielos.

Los bebés y los niños
    te cantan canciones de alabanza.
Tú les diste estas canciones poderosas
    para silenciar a tus enemigos que buscan venganza.

Cuando veo el cielo que hiciste con tus dedos,
    y la luna y las estrellas que pusiste en su lugar,
me pregunto: «¿Qué es el ser humano?
    ¿Por qué te acuerdas de él?
¿Qué es la raza humana[a]?
    ¿Para qué te ocupas de ella?»

Tú has creado a los seres humanos casi como dioses
    y los has llenado de honor y gloria.
Los has puesto al cuidado de todo lo que creaste;
    pusiste todo bajo sus pies.
Ellos gobiernan todas las ovejas y el ganado,
    y también todas las bestias del campo,
las aves del cielo y los peces del mar,
    y todo lo que pasa por las corrientes del mar.

SEÑOR, Dios nuestro,
    tu nombre es sin par en el mundo entero.

[b]

Footnotes

  1. 8:4 la raza humana Textualmente el hijo del hombre.
  2. Salmo 9 En el texto hebreo y LXX, los salmos 9 y 10 se fusionan en un solo poema.

No me castigues, Señor

Canción de David para el día de la conmemoración.

SEÑOR, no me reprendas con enojo.
    No me corrijas cuando estés muy molesto.
Me lanzas tus flechas
    y con tu mano me aplastas.
Debido a tu enojo obrando en mi cuerpo,
    no me siento bien.
Por causa de mi pecado,
    mis huesos ya no están sanos.
Mi culpa pesa sobre mi cabeza como una enorme carga.
    Me estoy hundiendo.

A causa de estupidez, mis heridas van de mal en peor.
    Se pudren y dan mal olor.
Me la paso retorciéndome de dolor
    y vivo lamentándome.
Siento por dentro la fiebre ocasionada por una pena terrible;
    estoy completamente descompuesto.
Estoy tan adolorido que ya no doy más
    y mi corazón abatido me hace gritar.

SEÑOR, tú sabes lo que deseo.
    Has escuchado mis lamentos.
10 Mi corazón late exageradamente.
    Se me ha acabado la fuerza
    y mis ojos han perdido su brillo.[a]
11 Mis amigos y quienes me querían no se acercan a mí por causa de mi enfermedad.
    Hasta mis familiares se han alejado de mí.
12 Mis enemigos me tienden trampas
    y amenazan con destruirme.
    Dicen mentiras de mí todo el tiempo.

13 Pero yo me hago el sordo y los ignoro.
    Me hago el mudo y no digo nada.
14 Soy como el que no oye;
    no puedo quejarme ni defenderme.
15 SEÑOR, yo espero en ti;
    tú, Señor y Dios mío, serás quien responda.
16 No permitas que mis enemigos se alegren con mi caída;
    no permitas que canten victoria.

17 Estoy a punto de rendirme;
    el dolor no me abandona.
18 Confieso mis culpas,
    me duele mi pecado.
19 Mis enemigos son fuertes;
    son muchos los que me odian sin causa.
20 Y esos que devuelven mal a cambio del bien siguen atacándome
    porque me esfuerzo en hacer el bien.

21 SEÑOR, no me abandones.
    Dios mío, no te quedes lejos de mí.
22 Apresúrate a ayudarme.
    ¡Señor mío, sálvame!

Footnotes

  1. 38:10 mis ojos han perdido su brillo o me estoy quedando ciego. Textualmente hasta la luz de mis ojos se ha ido.

El Dios que nos salva

Al director. Canción de David. Canto.

Que Dios se levante y destruya a sus enemigos.
    Que todos los que lo odian salgan huyendo.
La gente mala desaparece de la presencia de Dios
    como humo que se lleva el viento.
Sus enemigos se destruyen
    como cera que se derrite en el fuego.
Pero los justos se alegran y festejan ante la presencia de Dios.
    ¡Que rebosen de alegría!

Canten a Dios, canten canciones de alabanza a su nombre.
    Alaben al que cabalga sobre las nubes;
su nombre es YAH[a].
    ¡Alaben su nombre!
En su templo santo, Dios es un padre para los huérfanos
    y hace justicia a las viudas.
Dios le da hogar a los desamparados
    y libertad a los prisioneros.
En cambio, los que se rebelan en su contra vivirán en el desierto.

Dios mío, tú ayudaste a tu pueblo a salir de Egipto,
    los guiaste a través del desierto. Selah

Cuando el Dios de Israel llegó al monte Sinaí,
    el cielo se deshizo y el monte tembló ante su presencia.
Dios mío, tú hiciste caer lluvia sobre la tierra vieja y cansada
    para que recobrara su fuerza.
10 Tu pueblo habitó en esa tierra,
    la que bondadosamente preparaste para el pobre.

11 El Señor dio la orden
    y muchas son las mujeres que fueron a contar las buenas noticias:
12 «¡Los ejércitos de los reyes poderosos se han ido lejos de aquí!
    La mujer que se quedó en casa reparte todo el botín.
13 Hasta para los que se quedaron entre los rebaños
    hay alas de paloma cubiertas de plata,
    con plumas de oro refulgente».

14 Cuando Dios Todopoderoso hizo huir a los reyes enemigos,
    se volaron como la nieve[b] que cae sobre el monte Zalmón.
15 El monte de Dios, el monte de Basán,
    es un monte de cumbres muy altas.
16 Pero, ¿por qué los montes altos desprecian al monte
    donde el SEÑOR decidió quedarse a vivir para siempre?
17 Los carros de combate de Dios se cuentan por millones,
    vino en ellos del Sinaí a su templo.
18 Tú subiste a lo alto,
    llevando cautivos a los prisioneros.
Allí recibiste ofrendas de los seres humanos,[c]
    incluso de los que se habían rebelado contra ti, SEÑOR Dios.

19 Alaben al Señor, nuestro Dios y Salvador;
    todos los días lleva nuestras cargas. Selah

20 Él es nuestro Dios, el Dios que nos salva;
    el Señor DIOS nos salva de la muerte.
21 Dios aplastará la cabeza de sus enemigos;
    la cabeza melenuda de los que viven en el pecado.

22 El SEÑOR dijo: «Los traeré desde Basán,
    desde las profundidades del mar regresarán,
23 para que ustedes bañen sus pies en la sangre de sus enemigos
    y sus perros la laman cuanto quieran».

24 Ya se pueden ver las procesiones
    de mi Dios y Rey rumbo al santuario.
25 Al frente va gente a cantarle con músicos,
    rodeados por jovencitas tocando la pandereta.
26 ¡Alaben al SEÑOR en la gran asamblea!
    ¡Alaben a Dios, hijos de Israel!
27 El pequeño Benjamín está allí guiando a la multitud;
    allí está la gran familia de Judá,
    y allí están los líderes de Zabulón y Neftalí.

28 Dios mío, muéstranos tu poder;
    muéstranos el poder que usaste a nuestro favor en el pasado.
29 Los reyes te traerán regalos
    a tu templo en Jerusalén.
30 Dios mío, castiga a esa bestia de los juncos,
    a esa manada de toros entre naciones como becerros.
Tú venciste a los que buscaban la guerra.
    Ahora, haz que vengan a ti a traerte sus barras de plata.
31 Haz que te traigan sus riquezas desde Egipto.
    Que los etíopes te traigan sus regalos.

32 Reinos de la tierra, canten a Dios.
    Canten canciones de alabanza al Señor. Selah

33 Él cabalga atravesando los cielos antiguos,
    escuchen su poderosa voz.
34 Reconozcan el poder de Dios;
    su majestad está sobre Israel,
    con su poder llena los cielos.
35 Desde tu templo, oh Dios, eres imponente.
    El Dios de Israel le da fuerza y poder a su pueblo.

¡Bendito sea Dios!

Footnotes

  1. 68:4 YAH Forma abreviada del nombre YAVÉ. Ver vocabulario. Igual en el versículo 18.
  2. 68:14 se volaron como la nieve El hebreo es oscuro.
  3. 68:18 recibiste […] seres humanos o tomaste seres humanos como ofrenda o entregaste dones a la gente. Según Siríaca, Tárgum y Ef 4:8.

Toquen canciones al Señor

Canción.

Canten una nueva canción al SEÑOR,
    porque él ha hecho maravillas.
Su mano derecha le dio la victoria,
    su santo poder lo hizo.
El SEÑOR ha mostrado su poder para salvar;
    ante los ojos de las naciones reveló que lo que él hace es justo.
Dios se acordó de su fiel amor
    y de su lealtad para con el pueblo de Israel.
La gente de tierras lejanas
    vio lo que hizo Dios para salvarnos.

Que todo el mundo cante con alegría al SEÑOR;
    que entonen canciones alegres y toquen alegres cantos.
Canten alabanzas al SEÑOR al son del arpa;
    al son del arpa y con bellas melodías.
Canten con alegría al SEÑOR, nuestro Rey,
    al son de trompetas y clarines.

Que brame el mar y todo lo que hay en ellos;
    el mundo y todos los que lo habitan.
Que los ríos aplaudan;
    que todas las montañas juntas festejen con cantos.
Cántenle al SEÑOR,
    porque él viene a juzgar al mundo.
Él gobernará al mundo con justicia,
    a los pueblos con imparcialidad.

El hogar del justo

Canto para los peregrinos.

Afortunado todo el que respeta al SEÑOR,
    todo el que sigue el camino de Dios.
Disfrutarás del fruto de tu trabajo,
    serás feliz y te irá bien en la vida.
En tu hogar, tu mujer será
    como una vid llena de uvas;
tus hijos, alrededor de tu mesa,
    serán como plantas de olivo.
De esa manera será bendecido
    el que respeta al SEÑOR.

Que el SEÑOR te bendiga desde Sion
    para que veas las bendiciones de Jerusalén toda tu vida.
Que puedas conocer a los hijos de tus hijos.

¡Que haya paz en Israel!

Llamamiento de la sabiduría

La sabiduría está llamando,
    la inteligencia se hace oír.
Se coloca en lo alto de la montaña,
    a la orilla del cruce de caminos,
junto a las puertas de la entrada de la ciudad,
    a la entrada de las puertas dice a gritos:
«A ustedes, los hombres, yo los llamo,
    dirijo estas palabras a todos los seres humanos.
Ustedes los ignorantes, aprendan sabiduría;
    y ustedes los brutos, aprendan a ser prudentes.
Escuchen, porque voy a decirles cosas importantes;
    salen de mi boca enseñanzas justas.
Mi boca hablará la verdad;
    a mis labios no les gusta decir mentiras.
Mis palabras son todas justas;
    no hay en ellas nada falso ni equivocado.
Todo esto es claro para el que tiene entendimiento.
    El que tiene conocimiento entiende todo esto.
10 Busquen mi disciplina, no la plata;
    obtengan conocimiento en vez de oro.
11 La sabiduría vale más que las perlas;
    vale más que cualquier cosa que se pueda desear.

12 »Yo soy la sabiduría y vivo con la inteligencia;
    pueden encontrarme con el conocimiento y la prudencia.
13 El que respeta al SEÑOR, rechaza el mal.
    Yo detesto el orgullo y la arrogancia,
    los malos caminos y la boca que dice mentiras.
14 Míos son el consejo y la sensatez;
    yo soy la inteligencia y el poder.
15 Por mí reinan los reyes,
    y los gobernantes dictan leyes justas.
16 Por mí dominan los príncipes
    y los gobernantes ejercen autoridad.[a]
17 Amo a los que me aman,
    y los que me buscan me encontrarán.
18 También tengo riquezas y honor para dar;
    yo doy bienestar y prosperidad.
19 Lo que doy es mejor que el oro puro;
    mis ganancias son mejores que la plata pura.
20 Voy por el camino correcto,
    por los caminos donde se hace justicia.
21 Hago prosperar a los que me aman
    y lleno sus casas de tesoros.
22 Yo fui lo primero que hizo el SEÑOR,
    hace mucho tiempo antes del comienzo de todo.
23 Me formó en la antigüedad más lejana,
    antes que el mundo fuera creado.
24 Nací antes de que existieran los océanos
    y las fuentes de abundantes aguas.
25 Nací antes de que fueran formadas las montañas;
    antes de que nacieran las colinas;
26 antes de que él creara la tierra y los campos,
    el polvo inicial con el que hizo el mundo.
27 Yo estaba allí cuando él estableció los cielos;
    cuando dibujó el horizonte y puso límites a los océanos.
28 Nací antes de que él colocara las nubes en el cielo
    y reforzara las fuentes del profundo océano.
29 Cuando le puso límites al agua en los mares,
    los cuales no pueden rebasar;
cuando sentó las bases de la tierra,
30     estaba yo allí, a su lado, como hábil trabajador;
    lo hice sentirse feliz todo el tiempo.
31 Se sentía muy feliz por el mundo que había creado;
    estaba feliz por la humanidad que colocó allí.

32 »Ahora, hijos, escúchenme:
    afortunados los que siguen mis caminos.
33 Escuchen mi enseñanza y sean sabios;
    no le resten importancia.
34 Afortunado el que me escucha,
    el que se presenta a mi puerta diariamente,
    esperando a la entrada de mi habitación.
35 Porque el que me encuentra, encuentra la vida,
    y se gana la buena voluntad del SEÑOR.
36 Pero el que me rechaza, se hace daño a sí mismo.
    El que me odia, ama la muerte».

Footnotes

  1. 8:16 gobernantes ejercen autoridad TM: todos los jueces de justicia. Algunos manuscritos hebreos: todos los jueces de la tierra.