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30 No habían saciado aún su apetito,
aún estaba la comida en su boca,
31 cuando vino sobre ellos el furor de Dios,
e hizo morir a los más robustos de ellos
y derribó a los escogidos de Israel.

32 Con todo esto, volvieron a pecar
y no dieron crédito a sus maravillas.

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