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Sean avergonzados y confusos

Los que buscan mi vida;

Sean vueltos atrás y avergonzados

Los que mi mal desean.

Sean vueltos, en pago de su afrenta hecha,

Los que dicen: ¡Ah! ¡ah!

Gócense y alégrense en ti todos los que te buscan;

Y digan siempre los que aman tu salud:

Engrandecido sea Dios.

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