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De David.

Júzgame, oh SEÑOR, porque yo en mi integridad he andado; y en el SEÑOR he confiado; no vacilaré.

Pruébame, oh SEÑOR, y sondéame; funde mis riñones y mi corazón.

Porque tu misericordia está delante de mis ojos, y en tu verdad ando.

No me he sentado con los varones de falsedad; ni entré con los hipócritas.

Aborrecí la congregación de los malignos, y con los impíos nunca me senté.

¶ Lavaré en inocencia mis manos, y andaré alrededor de tu altar, oh SEÑOR:

Para exclamar con voz de acción de gracias, y para contar todas tus maravillas.

SEÑOR, la habitación de tu Casa he amado, y el lugar del tabernáculo de tu gloria.

No juntes con los pecadores mi alma, ni con los varones de sangre mi vida,

10 en cuyas manos está el mal, y su diestra está llena de sobornos.

11 Mas yo ando en mi integridad; rescáteme, y ten misericordia de mí.

12 He caminado en rectitud; en las congregaciones bendeciré al SEÑOR.

Al Vencedor: sobre la paloma silenciosa en paraje muy distante. Mictam de David, cuando los filisteos le prendieron en Gat.

Ten misericordia de mí, oh Dios, porque me devoraría el hombre; me oprime combatiéndome cada día.

Me devoran mis enemigos cada día; porque muchos son los que pelean contra mí, oh Altísimo.

Cuando temo, confiaré en ti.

En Dios alabaré su palabra; en Dios he confiado, no temeré lo que la carne me hiciere.

Todos los días me contristan mis negocios; contra mí son todos sus pensamientos para mal.

Se reúnen, se esconden, miran ellos atentamente mis pisadas, esperando mi alma.

¿Escaparán ellos por la iniquidad? Oh Dios, derriba los pueblos con tu furor.

¶ Mis huidas has contado tú; pon mis lágrimas en tu odre, ciertamente en tu libro.

Entonces serán vueltos atrás mis enemigos el día que yo clamare a ti; en esto conozco que Dios es por mí.

10 En Dios alabaré su palabra; en el SEÑOR alabaré su palabra.

11 En Dios he confiado; no temeré lo que el hombre me pueda hacer.

12 Sobre mí, oh Dios, están tus promesas; te tributaré alabanzas.

13 Porque has librado mi vida de la muerte, ciertamente mis pies de caída, para que ande delante de Dios en la luz de los que viven.

Oración de David.

Inclina, oh SEÑOR, tu oído, y óyeme; porque estoy pobre y menesteroso.

Guarda mi alma, porque soy misericordioso; salva tú, oh Dios mío, a tu esclavo que en ti confía.

Ten misericordia de mí, oh SEÑOR; porque a ti clamo cada día.

Alegra el alma de tu esclavo; porque a ti, oh Señor, levanto mi alma.

Porque tú, Señor, eres bueno y perdonador, y grande en misericordia para con todos los que te invocan.

Escucha, oh SEÑOR, mi oración, y está atento a la voz de mis ruegos.

En el día de mi angustia te llamaré; porque me respondes.

¶ Oh Señor, ninguno hay como tú entre los dioses, ni hay otro que haga tus obras.

Todos los gentiles que hiciste vendrán y se humillarán delante de ti, Señor; y glorificarán tu Nombre.

10 Porque tú eres grande, y hacedor de maravillas; tú solo eres Dios.

11 Enséñame, oh SEÑOR, tu camino; caminaré yo en tu verdad; afirma mi corazón para que tema tu nombre.

12 Te alabaré, oh SEÑOR Dios mío, con todo mi corazón; y glorificaré tu Nombre para siempre.

13 Porque tu misericordia es grande sobre mí; y has librado mi alma de lo profundo del Seol.

14 Oh Dios, soberbios se levantaron contra mí, y conspiración de fuertes ha buscado mi alma, y no te pusieron delante de sí.

15 Mas tú, Señor, Dios misericordioso y clemente, lento para la ira, y grande en misericordia y verdad;

16 mira en mí, y ten misericordia de mí; da fortaleza tuya a tu esclavo, y guarda al hijo de tu esclava.

17 Haz conmigo señal para bien, y véanla los que me aborrecen, y sean avergonzados; porque tú, SEÑOR, me ayudaste, y me consolaste.

¶ Amo al SEÑOR, porque ha oído mi voz y mis súplicas.

Porque ha inclinado a mí su oído, le invocaré en todos mis días.

Me rodearon los dolores de la muerte, me encontraron las angustias del Seol; angustia y dolor había yo hallado.

Entonces invoqué el Nombre del SEÑOR, diciendo: Libra ahora, oh SEÑOR, mi alma.

Clemente es el SEÑOR y justo; , misericordioso es nuestro Dios.

El SEÑOR guarda a los simples; estaba debilitado, y me salvó.

Vuelve, oh alma mía, a tu reposo; porque el SEÑOR te ha hecho bien.

Porque has librado mi alma de la muerte, mis ojos de lágrimas, y mis pies de resbalar.

Andaré delante del SEÑOR en la tierra de los vivientes.

10 ¶ Creí; por tanto hablé, y fui afligido en gran manera.

11 Y dije en mi apresuramiento: Todo hombre es mentiroso.

12 ¿Qué pagaré al SEÑOR por todos sus beneficios para conmigo?

13 Tomaré la copa de la salud, e invocaré el Nombre del SEÑOR.

14 Ahora pagaré mis votos al SEÑOR delante de todo su pueblo.

15 Estimada es en los ojos del SEÑOR la muerte de sus misericordiosos.

16 Así es oh SEÑOR, porque yo soy tu esclavo, yo soy tu esclavo, hijo de tu esclava; rompiste mis prisiones.

17 Te ofreceré sacrificio de alabanza, e invocaré el Nombre del SEÑOR.

18 Ahora pagaré mis votos al SEÑOR delante de todo su pueblo;

19 en los atrios de la Casa del SEÑOR, en medio de ti, oh Jerusalén. Alelu-JAH.

Alelu-JAH.

Alaba, oh alma mía, al SEÑOR.

Alabaré al SEÑOR en mi vida; diré salmos a mi Dios mientras viviere.

No confiéis en los príncipes, ni en hijo de hombre, porque no hay en él salvación.

Saldrá su espíritu, se volverá en su tierra; en aquel día perecerán todos sus pensamientos.

¶ Dichoso aquel en cuya ayuda es el Dios de Jacob, cuya esperanza es en el SEÑOR su Dios;

el cual hizo los cielos y la tierra, el mar, y todo lo que en ellos hay; el que guarda verdad para siempre;

el que hace derecho a los agraviados; el que da pan a los hambrientos; el SEÑOR, el que suelta a los aprisionados;

el SEÑOR es el que abre los ojos a los ciegos; el SEÑOR, el que endereza a los agobiados; el SEÑOR, el que ama a los justos.

El SEÑOR, el que guarda a los extranjeros; al huérfano y a la viuda levanta; y el camino de los impíos trastorna.

10 Reinará el SEÑOR para siempre; tu Dios, oh Sion, por generación y generación. Alelu-JAH.

26 ¶ Como la nieve en el verano, y la lluvia en la siega, así conviene al loco la honra.

¶ Como el gorrión en su vagar, y como la golondrina en su vuelo, así la maldición sin causa nunca vendrá.

¶ El látigo para el caballo, y el cabestro para el asno, y la vara para el cuerpo del loco.

¶ Nunca respondas al loco en conformidad a su locura, para que no seas tú también como él.

Responde al loco mostrándole su locura, para que no se estime sabio en su opinión.

¶ El que da un cargo al que no tiene facultad para ejercitarlo, es el que envía algo por mano del loco; y beberá el daño.

Así como camina el cojo; es el proverbio en la boca del loco.

Como quien liga la piedra en la honda, así es el que da honra al loco.

Espinas hincadas en mano del embriagado, tal es el proverbio en la boca de los locos.

10 ¶ El gran Dios cría todas las cosas; y al loco da la paga, y a los transgresores da el salario.

11 ¶ Como perro que vuelve a su vómito, así el loco que repite su locura.

12 ¶ ¿Has visto hombre sabio en su propia opinión? Más esperanza hay del loco que de él.

13 ¶ Dice el perezoso: El león está en el camino; el león está en las calles.

14 ¶ Las puertas se revuelven en sus quicios; así el perezoso en su cama.

15 ¶ Esconde el perezoso su mano en el seno; se cansa de volverla a su boca.

16 ¶ Más sabio es el perezoso en su propia opinión que siete que le den consejo.

17 ¶ El que pasando se deja llevar de la ira en pleito ajeno, es como el que toma al perro por las orejas.

18 ¶ Como el que enloquece, y echa llamas, y saetas, y muerte,

19 tal es el hombre que daña a su amigo, y dice: Ciertamente lo hice por broma.

20 ¶ Sin leña se apaga el fuego; y donde no hay chismoso, cesa la contienda.

21 El carbón para brasas, y la leña para el fuego; y el hombre rencilloso para encender contienda.

22 Las palabras del chismoso parecen blandas; mas ellas entran hasta lo secreto del vientre.

23 ¶ Como escoria de plata echada sobre el tiesto, son los labios enardecidos y el corazón malo.

24 ¶ El que odia disimula con sus labios; mas en su interior maquina engaño.

25 Cuando hablare amigablemente, no le creas; porque siete abominaciones hay en su corazón.

26 Aunque su odio se encubre en el desierto; su malicia será descubierta en la congregación.

27 ¶ El que cavare sima, caerá en ella; y el que revuelve la piedra, a él volverá.

28 ¶ La falsa lengua aborrece al que atormenta; y la boca lisonjera hace resbaladero.

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