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¿Por qué se amotinan los gentiles, y los pueblos piensan vanidad?

Estarán los reyes de la tierra, y príncipes consultarán unidos contra el SEÑOR, y contra su ungido, diciendo:

Rompamos sus coyundas, y echemos de nosotros sus cuerdas.

El que mora en los cielos se reirá; El Señor se burlará de ellos.

Entonces hablará a ellos con su furor, y con su ira los conturbará.

Y yo envestí mi rey sobre Sion, el monte de mi santidad.

Yo recitaré el decreto. El SEÑOR me ha dicho: Mi hijo eres tú; yo te engendré hoy.

Pídeme, y te daré por heredad los gentiles, y por posesión tuya los términos de la tierra.

Los quebrantarás con vara de hierro; como vaso de alfarero los desmenuzarás.

10 ¶ Y ahora, reyes, entended; admitid castigo, jueces de la tierra.

11 Servid al SEÑOR con temor; y alegraos con temblor.

12 Besad al Hijo, para que no se enoje, y perezcáis en el camino, cuando se encendiere de aquí a poco su furor. Bienaventurados todos los que en él confían.

De David: Masquil.

Bienaventurado el perdonado de rebelión, el encubierto de pecado.

Bienaventurado el hombre a quien no contará el SEÑOR la iniquidad, y en cuyo espíritu no hay engaño.

Mientras callé, se envejecieron mis huesos en mi gemir todo el día.

Porque de día y de noche se agravó sobre mí tu mano; se volvió mi verdor en sequedades de verano. (Selah.)

Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad. Confesaré, dije, contra mí mis rebeliones al SEÑOR; y tú perdonarás la maldad de mi pecado. (Selah.)

Por esto orará a ti todo misericordioso en el tiempo de poder hallarte; ciertamente en la inundación de las muchas aguas no llegarán éstas a él.

¶ Tú eres mi escondedero; de la angustia me guardarás; con clamores de libertad me rodearás. (Selah.)

Te haré entender, y te enseñaré el camino en que andarás; sobre ti fijaré mis ojos.

No seáis como el caballo, o como el mulo, sin entendimiento; con cabestro y con freno su boca ha de ser sujetada, porque si no, no llegan a ti.

10 Muchos dolores para el impío; mas el que espera en el SEÑOR, lo cercará la misericordia.

11 Alegraos en el SEÑOR, y gozaos, justos; y cantad todos vosotros los rectos de corazón.

Al Vencedor: a Jedutún: Salmo de David.

En Dios solamente se reposa mi alma; de él es mi salud.

El solamente es mi fuerte, y mi salud; es mi refugio, no resbalaré mucho.

¿Hasta cuándo maquinaréis contra un varón? ¿Asesinaréis todos vosotros como pared desplomada, como cerca derribada?

Solamente consultan de arrojarle de su grandeza; aman la mentira, con su boca bendicen, pero maldicen en sus entrañas. (Selah.)

Alma mía, en Dios solamente reposa; porque de él es mi esperanza.

El solamente es mi fuerte y mi salud; mi refugio, no resbalaré.

En Dios es mi salud y mi gloria; peña de mi fortaleza; mi refugio es en Dios.

¶ Esperad en él en todo tiempo, oh pueblos; derramad delante de él vuestro corazón; Dios es nuestro amparo. (Selah.)

Solamente, vanidad son los hijos de Adán, mentira los hijos del varón; pesándolos a todos juntos en la balanza, serán menos que la vanidad.

10 No confiéis en la violencia, ni en la rapiña no os envanezcáis; si se aumentare la hacienda, no pongáis el corazón en ella.

11 Una vez habló Dios; dos veces he oído esto: Que de Dios es la fortaleza.

12 Y tuya Señor, es la misericordia; porque tú pagas a cada uno conforme a su obra.

Salmo de Canción para el día del Sábado.

Bueno es alabar al SEÑOR, y cantar salmos a tu Nombre, oh Altísimo;

anunciar por la mañana tu misericordia, y tu fidelidad en las noches,

en el decacordio y en el salterio, en tono suave con el arpa.

Por cuanto me has alegrado, oh SEÑOR, con tus obras; en las obras de tus manos me gozo.

¡Cuán grandes son tus obras, oh SEÑOR! Muy profundos son tus pensamientos.

El hombre necio no sabe, y el loco no entiende esto:

¶ Florezcan los impíos como la hierba, y reverdezcan todos los que obran iniquidad, para ser destruidos para siempre.

Mas tú, SEÑOR, para siempre eres Altísimo.

Porque he aquí tus enemigos, oh SEÑOR, porque he aquí tus enemigos perecerán; serán disipados todos los que obran maldad.

10 Y ensalzaste mi cuerno como de unicornio; fue ungido con óleo verde.

11 Y miraron mis ojos mi deseo sobre mis enemigos; oyeron mis oídos mi deseo de los que se levantaron contra mí, de los malignos.

12 El justo florecerá como la palma; crecerá como cedro en el Líbano.

13 Plantados en la Casa del SEÑOR, en los atrios de nuestro Dios florecerán.

14 Aun en la vejez fructificarán; estarán vigorosos y verdes;

15 para anunciar que el SEÑOR mi fortaleza es recto; y que no hay injusticia en él.

Canción de las gradas: de David.

Yo me alegré con los que me decían: A la Casa del SEÑOR iremos.

Nuestros pies estuvieron en tus puertas, oh Jerusalén;

Jerusalén, la que es edificada como una ciudad que está bien unida entre sí.

Porque allá subieron las tribus, las tribus de JAH, el testimonio a Israel, para alabar el Nombre del SEÑOR.

Porque allá están los tronos del juicio, los tronos de la casa de David.

¶ Demandad la paz de Jerusalén; sean pacificados los que te aman.

Haya paz en tu antemuro, y descanso en tus palacios.

A causa de mis hermanos y mis compañeros hablaré ahora paz de ti.

A causa de la Casa del SEÑOR nuestro Dios, buscaré bien para ti.

¶ Hijo mío, si tomares mis palabras, y mis mandamientos guardares dentro de ti,

haciendo estar atento tu oído a la sabiduría; si inclinares tu corazón a la inteligencia;

si clamares por entendimiento, y a la inteligencia dieres tu voz;

si como a la plata la buscares, y la escudriñares como a tesoros;

entonces entenderás el temor del SEÑOR, y hallarás el conocimiento de Dios.

Porque el SEÑOR da la sabiduría, y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia.

El guarda el ser a los rectos; es escudo a los que caminan perfectamente,

guardando las veredas del juicio, y el camino de sus misericordiosos.

Entonces entenderás justicia, juicio, y equidad, y todo buen camino.

10 ¶ Cuando la sabiduría entrare en tu corazón, y la ciencia fuere dulce a tu alma,

11 el consejo te guardará, te preservará la inteligencia,

12 para librarte del mal camino, del hombre que habla perversidades;

13 que dejan las veredas derechas, por andar por caminos tenebrosos;

14 que se alegran haciendo mal, que se huelgan en malas perversidades;

15 cuyas veredas son torcidas, y ellos torcidos en sus caminos.

16 Para librarte de la mujer extraña, de la ajena que halaga con sus palabras;

17 que desampara el príncipe de su juventud, y se olvida del pacto de su Dios.

18 Por lo cual su casa está inclinada a la muerte, y sus veredas van hacia los muertos.

19 Todos los que a ella entraren, no volverán, ni tomarán las veredas de la vida.

20 Para que andes por el camino de los buenos, y guardes las veredas de los justos.

21 Porque los rectos habitarán la tierra, y los perfectos permanecerán en ella;

22 mas los impíos serán cortados de la tierra, y los prevaricadores serán de ella desarraigados.

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