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Sea enderezada mi oración delante de ti como un perfume,

El don de mis manos como la ofrenda de la tarde.

Pon, oh Jehová, guarda á mi boca:

Guarda la puerta de mis labios.

No dejes se incline mi corazón á cosa mala,

A hacer obras impías

Con los que obran iniquidad,

Y no coma yo de sus deleites.

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