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Súplica en contra de los perseguidores

Al músico principal. Salmo de David.

140 Señor, líbrame de los malvados;
¡protégeme de los violentos!
Esa gente siempre está tramando el mal,
y no hay un día en que no busque pleito.
Su lengua es aguda como de serpiente;
sus labios destilan veneno mortal.(A)

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