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El Señor defiende a los indefensos

Al director, con la seminit. Canción de David.

¡Sálvame, SEÑOR!
    Ya no hay persona fiel,
    los fieles desaparecieron del mundo[a].
Sólo se dicen mentiras unos a otros.
    Ocultan sus verdaderas intenciones cuando hablan bien de su vecino.
Que el SEÑOR calle esas bocas mentirosas
    y selle esos labios que exageran.
Esos que dicen: «Nuestra boca hará que triunfemos,
    confiamos en nuestros labios.
    ¿Quién será capaz de someternos?»

Pero el SEÑOR dice: «Yo vendré a defender a los pobres
    que sufren por causa de los perversos
    que los han oprimido y maltratado.
Yo les daré la seguridad que han estado buscando».

Las palabras del SEÑOR son tan puras y verdaderas
    como plata terrenal que ha sido fundida
    y purificada siete veces en el horno.

SEÑOR, cuida a la gente indefensa,
    protégela siempre de esta perversa generación.
Los perversos están por todos lados,
    y los seres humanos alaban la maldad.

Footnotes

  1. 12:1 mundo Textualmente de entre los hijos del hombre.

Libro 2

(Salmos 42-72)

¿Dónde está tu Dios?

Al director. Un poema de los descendientes de Coré.

Como un ciervo busca agua fresca cuando tiene sed,
    así me desespero yo buscándote, Dios mío.
Mi sed es de Dios, del Dios que vive.
    ¿Cuándo es que voy a presentarme ante Dios?
En lugar de comida, tengo llanto.
    Me la paso llorando día y noche
porque la gente me atormenta todo el tiempo preguntándome:
    «¿Dónde está tu Dios?»

Mi corazón se destroza cuando recuerdo esto.
    Me acuerdo de cuando guiaba a las multitudes a la casa de Dios,
de las alegres canciones de alabanza y agradecimiento
    de las multitudes en fiesta.

¿Por qué tengo que estar tan angustiado
    y sufrir tanto?
Confía en Dios.
    Volveré alabarlo por haberme salvado.

Dios mío, estoy tan deprimido aquí
    recordándote en este lugar,
desde esta pequeña colina[a]
    donde están el monte Hermón y el río Jordán.
Escucho el sonido del agua de tus cascadas,
    que sale de lo profundo de la tierra
y cae gritando con fuerza en un pozo profundo.
    Tus fuertes olas me cubren y me ahogan.

El SEÑOR me muestra su fiel amor todos los días.
    Por la noche yo le canto
    y elevo una oración al Dios que me dio la vida.
Al cantar, le pregunto a Dios, mi roca:
    ¿Por qué te has olvidado de mí?
Quiero saber por qué debo aguantar
    tanta crueldad de mis enemigos.
10 Me duelen hasta los huesos
    ante la burla de mis enemigos
que todo el día me preguntan:
    «¿Dónde está tu Dios?»

11 ¿Por qué tengo que estar tan angustiado
    y sufrir tanto?
Confía en Dios.
    Volveré alabarlo por haberme salvado.

Footnotes

  1. 42:6 pequeña colina o monte Mizar.

Que reine la justicia

Para Salomón.

Oh Dios, ayuda al rey a ser sabio como tú;
    enséñale al hijo del rey a ser justo.
Que el rey gobierne a tu pueblo con bondad
    y que tome decisiones justas a favor de los pobres.
Que haya paz y justicia
    en los montes y colinas para todo el pueblo.
Él hará justicia a los pobres,
    salvará a los hijos de los necesitados
    y castigará a los opresores.

Que la gente te respete de generación en generación,
    mientras el sol y la luna brillen en el cielo.
El rey será como la lluvia que cae sobre los campos;
    como agua fresca que cae sobre la tierra.
Que la bondad florezca mientras que él sea el rey;
    que haya prosperidad hasta que la luna deje de existir.

Que su reino crezca de mar a mar,
    desde el río donde comienza la tierra hasta sus confines.
Que sus enemigos, los habitantes del desierto,
    se inclinen ante él y besen el suelo que él pisa.
10 Que los reyes de Tarsis y de las islas le traigan regalos;
    que los reyes de Sabá y de Seba lo alaben.
11 Que todos los reyes se inclinen ante él;
    que todas las naciones sean sus servidoras.

12 Porque nuestro rey ayuda a los necesitados,
    a los indefensos que buscan su protección.
13 Nuestro rey tiene compasión de la gente pobre e indefensa;
    les salva la vida a los necesitados.
14 Los librará de la opresión y de la violencia,
    la vida de ellos es muy importante para el rey.

15 ¡Que viva el rey!
    Que reciba el oro de Sabá;
que siempre se ore por él,
    que se le bendiga todo el día.
16 Que haya trigo en abundancia en el país,
    que haya mucho trigo en la cumbre de los montes
y que ondee como el Líbano.
    Que las ciudades estén llenas de gente como la hierba del campo.
17 Que el nombre del rey permanezca para siempre;
    que se recuerde su nombre mientras exista el sol.
Que todo el pueblo lo bendiga,
    y que todo el mundo reciba sus bendiciones.

18 Bendito sea el SEÑOR, el Dios de Israel,
    que hace obras tan maravillosas.
19 Bendito sea siempre su glorioso nombre,
    que su gloria llene el mundo entero.

Así sea, así sea.

20 Así terminan las oraciones de David, hijo de Isaí.

La tristeza es mi alimento

Oración de un afligido que desfallece y busca desahogarse con el SEÑOR.

SEÑOR, escucha mi oración,
    escucha mi grito pidiéndote ayuda.
No te apartes de mí
    cuando estoy angustiado.
Escúchame,
    respóndeme pronto cuando ruego tu ayuda.

Es que mi vida ha pasado como el humo;
    no soy más que unos huesos quemándose en un horno.
Ha decaído mi ánimo como la hierba marchita;
    hasta me olvido de comer.
Tengo la piel pegada a los huesos
    de tanto llorar.
Parezco una lechuza en el desierto;
    un búho entre las ruinas.
No puedo dormir,
    soy como un ave solitaria en el tejado.
Mis enemigos me insultan todo el día;
    se burlan y usan mi nombre para maldecir.
Mi único alimento es la tristeza[a];
    mis lágrimas se mezclan con mi bebida.
10 Debido a tu ira y a tu enojo me levantaste
    y luego me derribaste.
11 Mi vida se desvanece como una sombra;
    voy marchitándome como la hierba.

12 Pero tú permanecerás para siempre, SEÑOR;
    tu nombre se recordará de generación en generación.
13 Tú te levantarás y le darás consuelo a Sion,
    ya es tiempo de que tengas compasión de ella.
14 Tus siervos les tienen cariño a sus piedras
    y sienten compasión aun del polvo de sus ruinas.

15 Las naciones respetarán el nombre del SEÑOR
    y todos los reyes de la tierra tendrán miedo cuando muestres tu gloria.
16 El SEÑOR reconstruirá la ciudad de Sion;
    la gente verá su gloria de nuevo.
17 Dios responderá las oraciones de los sobrevivientes;
    escuchará sus ruegos.
18 Escriban esto para que lo sepan las generaciones que no han nacido
    y para que en el futuro ellas alaben al SEÑOR.
19 El SEÑOR miró desde su santuario en el cielo;
    se asomó a la tierra,
20 para escuchar las oraciones del prisionero,
    para liberar a los condenados a muerte;
21 para que en Sion se proclame el nombre del SEÑOR,
    y lo alaben en Jerusalén
22 cuando las naciones y los reinos
    se reúnan para adorar al SEÑOR.

23 Él me ha dejado sin fuerzas en la mitad del camino;
    ha acortado mi vida.
24 Entonces dije: «Dios mío, no me dejes morir en la mitad de mi vida;
    tú vives de generación en generación.
25 Hace mucho tiempo, tú creaste el mundo;
    hiciste el cielo con tus propias manos.
26 La tierra y el cielo se acabarán,
    pero tú vivirás por siempre.
La tierra y el cielo se desgastarán,
    como se desgasta la ropa.
Y como se tira la ropa vieja,
    tú reemplazarás el cielo y la tierra;
    serán cambiados por completo.
27 Pero tú, Dios, nunca cambias;
    vivirás por siempre.
28 Somos tus siervos,
    nuestros hijos vivirán seguros aquí,
y los hijos de nuestros hijos
    vivirán en tu presencia».

Footnotes

  1. 102:9 tristeza Textualmente ceniza.

La ciudad y su templo

Canto para los peregrinos.

SEÑOR, acuérdate de David
    y de todo lo que sufrió;
acuérdate de la promesa que él hizo al SEÑOR;
    al poderoso Dios de Jacob:
«No entraré a mi casa,
    ni me acostaré en mi cama;
no me voy a dar descanso;
    no voy a pegar los ojos ni un momento,
hasta que no encuentre un lugar para el SEÑOR,
    para el templo del poderoso Dios de Jacob».

Nosotros escuchamos eso en el templo santo de Efrata[a];
    encontramos el Cofre Sagrado en Quiriat Yearín[b].
Vamos a la Carpa Sagrada;
    postrémonos a sus pies.[c]

SEÑOR levántate, ven al lugar donde descansarás
    tú y el cofre que muestra tu poder;
que tus sacerdotes se revistan de victoria
    y tu pueblo fiel lo siga cantando de alegría.
10 Por amor a David, tu siervo,
    no rechaces a tu rey elegido.
11 El SEÑOR le hizo una promesa firme a David,
    de la cual no va a retractarse:
«Pondré en tu trono
    a uno de tus descendientes.
12 Si tus hijos mantienen mi pacto
    y las leyes que les enseñaré,
también los descendientes de ellos
    ocuparán tu trono para siempre».

13 El SEÑOR eligió a Sion como el lugar para su templo;
    quería que allí estuviera su hogar.
14 «Este será mi lugar para siempre;
    he decidido poner mi trono en este sitio.
15 Bendeciré a esta ciudad con abundancia de alimentos;
    hasta los pobres tendrán alimento suficiente.
16 A los sacerdotes los vestiré de victoria
    y los que te son fieles gritarán de alegría.
17 En este lugar renacerá el poder de David;
    mantendré viva la llama de mi rey elegido.
18 Llenaré de vergüenza a sus enemigos,
    pero él llevará su corona resplandeciente».

Footnotes

  1. 132:6 Efrata Se refiere a Belén, el pueblo donde nació David.
  2. 132:6 Quiriat Yearín Textualmente campos del bosque. La palabra hebrea que significa bosque es como el nombre de esta ciudad.
  3. 132:7 a sus pies Esto puede significar el Cofre Sagrado, la Carpa Sagrada, o el templo. Es como si Dios fuera un rey sentado en su trono y con los pies en el lugar a donde la gente va a adorarlo.

12 El que ama la disciplina, ama el conocimiento;
    el ignorante detesta que lo corrijan.
El SEÑOR aprueba al hombre bueno,
    pero condena al intrigante.
Nadie se afirma mediante la maldad,
    pero la raíz de los justos quedará bien firme.

La esposa buena es orgullo de su esposo,
    pero la mala acaba con él.
Los pensamientos del justo son honestos,
    pero los consejos del perverso son engañosos.
Las palabras del perverso son una emboscada sangrienta,
    pero las palabras del justo lo ponen a salvo.
Los perversos caen y ahí acaban,
    pero la casa de los justos permanece firme.

Al hombre se le alaba según su inteligencia,
    pero el ignorante sólo obtiene desprecio.
Es mejor no ser importante pero tener qué comer
    que ser famoso y andar muerto de hambre.
10 El justo cuida a sus animales,
    pero el perverso es cruel con ellos.
11 El que trabaja su tierra tendrá suficiente alimento,
    pero el tonto desperdicia el tiempo.
12 Los malos deseos atrapan al perverso,
    pero la fortaleza interior de los justos los prospera.

13 El perverso cae por su propia boca,
    pero el justo sale bien librado cuando está en apuros.
14 Cada quien conseguirá lo bueno conforme a lo que habla,
    y cada uno recibe de acuerdo a lo que hace.

15 El insensato cree que se las sabe todas,
    pero el inteligente oye consejos.

16 El insensato se enoja con facilidad,
    pero el inteligente pasa por alto los insultos.
17 El testigo fiel declara la verdad;
    el testigo falso dice mentiras.
18 El que habla sin pensar hiere como una espada,
    pero lo que dice el sabio trae alivio.
19 Las mentiras terminan por descubrirse;
    la verdad permanece para siempre.
20 Los que planean el mal tienen la mente retorcida,
    pero los que buscan la paz tienen el corazón lleno de alegría.
21 El justo estará a salvo,
    pero el perverso estará colmado de dificultades.
22 El SEÑOR detesta a los mentirosos,
    pero se alegra con los que dicen la verdad.
23 El que es inteligente no dice todo lo que sabe;
    en cambio, el bruto todo lo cuenta.

24 El que trabaja duro se convertirá en líder,
    pero el perezoso siempre estará esclavizado.
25 Las preocupaciones no dejan a la gente ser feliz,
    pero las palabras de aliento le traen alegría.
26 El justo orienta bien a sus semejantes,
    pero el perverso siempre se equivoca.
27 El perezoso no sale con nada,
    pero el que trabaja duro prospera.

28 El camino de la justicia lleva a la vida,
    en ese camino no se encuentra la muerte.