Add parallel Print Page Options

144 Tus decretos son siempre justos; ayúdame a comprenderlos y viviré.

145 Oro a ti con todo el corazón; respóndeme, Señor; y obedeceré tus decretos. 146 A ti clamo: «¡Sálvame!». Así podré cumplir tus decretos.

Read full chapter