Add parallel Print Page Options

111-112 Tus enseñanzas son mías;
¡son la alegría de mi corazón!
He decidido cumplirlas
para siempre y hasta el fin.

113-115 ¡Déjenme solo, gente malvada!
¡Los odio porque no son sinceros!
Pero a ti, Dios mío, te amo
y quiero seguir tus enseñanzas.
Tú me das refugio y protección;
tus promesas me llenan de esperanza.

Read full chapter