Add parallel Print Page Options

Me rodearon las ataduras
de la muerte;
me encontraron las angustias del Seol. En angustia y en dolor me encontraba.
Entonces invoqué el nombre del SEÑOR
diciendo: “¡Libra, oh SEÑOR,
mi vida!”.
Clemente y justo es el SEÑOR;
sí, misericordioso es nuestro Dios.

Read full chapter