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El Mar de los Juncos quedó seco
cuando oyó tu reprensión;
tú hiciste que nuestros abuelos
cruzaran el fondo del mar
como si cruzaran el desierto.
10-11 Sus enemigos los odiaban,
pero murieron ahogados en el mar.
Tú los libraste de ellos;
¡ningún egipcio quedó con vida!

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