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Una amarga traición

Al director. Poema de David.

Dios mío, escucha mi oración,
    no pases por alto mi ruego.
Préstame atención, respóndeme;
    estoy muy intranquilo y perturbado
por las amenazas del enemigo
    y la opresión del perverso.
Ellos echan sobre mí dificultades
    y me persiguen furiosamente.

Me salta el corazón dentro del pecho;
    estoy terriblemente asustado.
Me invadió un pánico terrible;
    el terror no me deja ni pensar.
Si tuviera alas, volaría muy lejos
    y buscaría un lugar donde descansar.
Me iría lejos, muy lejos de aquí,
    me quedaría a vivir en el desierto. Selah

Escaparía rápidamente para protegerme
    de la borrasca y de la tempestad.

Acaba con sus planes, Señor,
    y confunde su lenguaje,
porque sólo veo violencia
    y peleas en la ciudad.
10 La maldad y las intrigas rondan
    por sus muros a toda hora.
11 Hay demasiado crimen e injusticia en las calles;
    la gente miente y engaña en todos lados.

12 No es un enemigo el que me insulta,
    eso lo soportaría;
ni alguien que me odie,
    pues me escondería de él.
13 Eres tú, mi igual,
    mi compañero y mi mejor amigo.
14 Nos unía una gran amistad
    y compartíamos en el templo de Dios;
    caminábamos juntos entre la multitud.
15 Que la muerte tome por sorpresa a mis enemigos;
    que se abra la tierra y se los trague vivos,
    porque por dentro están llenos de maldad.

16 Pero yo rogaré a gritos la ayuda de Dios,
    y el SEÑOR me salvará.
17 Rogaré y suplicaré a Dios mañana, tarde y noche,
    y él me escuchará.
18 Él me rescatará sano y salvo
    de la batalla que muchos libran en mi contra.
19 Oirá Dios, el Rey eterno,
    y les dará su respuesta,
pues ellos no cambian de conducta
    ni le tienen ningún respeto a Dios. Selah

20 Quien antes era amigo, ataca ahora
    y no cumple sus promesas.
21 Recurren a palabras tan blandas como la mantequilla,
    pero en realidad en su mente están planeando la guerra.
Emplean palabras suaves como el aceite,
    pero en realidad son espadas desenvainadas.

22 Confía al SEÑOR todas tus preocupaciones,
    porque él cuidará de ti;
    él nunca permitirá que el justo quede derribado para siempre.
23 Dios mío, tú destruirás a los asesinos,
    y los mentirosos no llegarán ni a la mitad de su vida.
Yo por mi parte, pondré toda mi confianza en ti.

Plegaria pidiendo la destrucción de enemigos traicioneros

Al músico principal; en Neginot. Masquil de David.

55 Escucha, oh Dios, mi oración,

Y no te escondas de mi súplica.

Está atento, y respóndeme;

Clamo en mi oración, y me conmuevo,

A causa de la voz del enemigo,

Por la opresión del impío;

Porque sobre mí echaron iniquidad,

Y con furor me persiguen.

Mi corazón está dolorido dentro de mí,

Y terrores de muerte sobre mí han caído.

Temor y temblor vinieron sobre mí,

Y terror me ha cubierto.

Y dije: ¡Quién me diese alas como de paloma!

Volaría yo, y descansaría.

Ciertamente huiría lejos;

Moraría en el desierto. Selah

Me apresuraría a escapar

Del viento borrascoso, de la tempestad.

Destrúyelos, oh Señor; confunde la lengua de ellos;

Porque he visto violencia y rencilla en la ciudad.

10 Día y noche la rodean sobre sus muros,

E iniquidad y trabajo hay en medio de ella.

11 Maldad hay en medio de ella,

Y el fraude y el engaño no se apartan de sus plazas.

12 Porque no me afrentó un enemigo,

Lo cual habría soportado;

Ni se alzó contra mí el que me aborrecía,

Porque me hubiera ocultado de él;

13 Sino tú, hombre, al parecer íntimo mío,

Mi guía, y mi familiar;

14 Que juntos comunicábamos dulcemente los secretos,

Y andábamos en amistad en la casa de Dios.

15 Que la muerte les sorprenda;

Desciendan vivos al Seol,

Porque hay maldades en sus moradas, en medio de ellos.

16 En cuanto a mí, a Dios clamaré;

Y Jehová me salvará.

17 Tarde y mañana y a mediodía oraré y clamaré,

Y él oirá mi voz.

18 Él redimirá en paz mi alma de la guerra contra mí,

Aunque contra mí haya muchos.

19 Dios oirá, y los quebrantará luego,

El que permanece desde la antigüedad;

Por cuanto no cambian,

Ni temen a Dios. Selah

20 Extendió el inicuo sus manos contra los que estaban en paz con él;

Violó su pacto.

21 Los dichos de su boca son más blandos que mantequilla,

Pero guerra hay en su corazón;

Suaviza sus palabras más que el aceite,

Mas ellas son espadas desnudas.

22 Echa sobre Jehová tu carga, y él te sustentará;

No dejará para siempre caído al justo.

23 Mas tú, oh Dios, harás descender aquellos al pozo de perdición.

Los hombres sanguinarios y engañadores no llegarán a la mitad de sus días;

Pero yo en ti confiaré.