Cántico para la dedicación de la Casa.[a] Salmo de David.

30 Te exaltaré, Señor, porque me levantaste,
    porque no dejaste que mis enemigos se burlaran de mí.
Señor mi Dios, te pedí ayuda
    y me sanaste.
Tú, Señor, me libraste de los dominios de la muerte;[b]
    me hiciste revivir de entre los muertos.

Canten al Señor, ustedes sus fieles;
    alaben su santo nombre.
Porque solo un instante dura su enojo,
    pero su buena voluntad, toda una vida.
Si por la noche hay llanto,
    por la mañana habrá gritos de alegría.

Cuando me sentí seguro, exclamé:
    «Jamás caeré».
Tú, Señor, en tu buena voluntad,
    me exaltaste como monte poderoso;[c]
pero cuando escondiste tu rostro,
    yo quedé angustiado.

A ti clamo, Señor Soberano;
    a ti me vuelvo suplicante.
¿Qué ganas tú con que yo muera,[d]
    con que descienda yo al sepulcro?
¿Acaso el polvo te alabará
    o proclamará tu verdad?
10 Oye, Señor; compadécete de mí.
    ¡Sé tú, Señor, mi ayuda!

11 Convertiste mi lamento en danza;
    me quitaste la ropa de luto
    y me vestiste de alegría,
12 para que te cante y te glorifique
    y no me quede callado.
¡Señor mi Dios, siempre te daré gracias!

Footnotes

  1. 30 Título. Casa. Alt. palacio, o Templo.
  2. 30:3 de los dominios de la muerte. Lit. del Seol.
  3. 30:7 Es decir, el Monte Sión.
  4. 30:9 con que yo muera. Lit. con mi sangre.

Acción de gracias por haber sido librado de la muerte

Salmo. Cántico para la dedicación de la Casa. Salmo de David.

30 Te ensalzaré, oh Señor(A), porque me has elevado(B),
Y no has permitido que mis enemigos se rían de mí(C).
Oh Señor, Dios mío,
A Ti pedí auxilio(D) y me sanaste(E).
Oh Señor, has sacado mi alma del Seol(F);
Me has guardado con vida, para que no descienda al sepulcro(G).
Canten alabanzas(H) al Señor, ustedes Sus santos(I),
Y alaben(J) Su santo nombre(K).
Porque Su ira es solo por un momento(L),
Pero Su favor es por toda una vida(M).
El llanto puede durar toda la noche,
Pero a la mañana vendrá el grito de alegría(N).

En cuanto a mí, en mi prosperidad dije:
«Jamás seré conmovido(O)».
Oh Señor, con Tu favor has hecho que mi monte permanezca fuerte;
Tú escondiste Tu rostro(P), fui conturbado.
A Ti, oh Señor, clamé,
Y al Señor dirigí mi súplica:
«¿Qué provecho hay en mi sangre[a] si desciendo al sepulcro(Q)?
¿Acaso te alabará el polvo(R)? ¿Anunciará Tu fidelidad[b]?

10 »Escucha, oh Señor, y ten piedad de mí(S);
Oh Señor, sé Tú mi ayuda(T)».
11 Tú has cambiado mi lamento en danza(U);
Has desatado mi ropa de luto(V) y me has ceñido de alegría(W);
12 Para que mi alma te cante alabanzas y no esté callada(X).
Oh Señor, Dios mío, te daré gracias por siempre(Y).

Footnotes

  1. Salmos 30:9 O mi muerte.
  2. Salmos 30:9 O verdad.

Acción de gracias por haber sido librado de la muerte

Salmo cantado en la dedicación de la Casa.

Salmo de David.

30 Te glorificaré, oh Jehová, porque me has exaltado,

Y no permitiste que mis enemigos se alegraran de mí.

Jehová Dios mío,

A ti clamé, y me sanaste.

Oh Jehová, hiciste subir mi alma del Seol;

Me diste vida, para que no descendiese a la sepultura.

Cantad a Jehová, vosotros sus santos,

Y celebrad la memoria de su santidad.

Porque un momento será su ira,

Pero su favor dura toda la vida.

Por la noche durará el lloro,

Y a la mañana vendrá la alegría.

En mi prosperidad dije yo:

No seré jamás conmovido,

Porque tú, Jehová, con tu favor me afirmaste como monte fuerte.

Escondiste tu rostro, fui turbado.

A ti, oh Jehová, clamaré,

Y al Señor suplicaré.

¿Qué provecho hay en mi muerte cuando descienda a la sepultura?

¿Te alabará el polvo? ¿Anunciará tu verdad?

10 Oye, oh Jehová, y ten misericordia de mí;

Jehová, sé tú mi ayudador.

11 Has cambiado mi lamento en baile;

Desataste mi cilicio, y me ceñiste de alegría.

12 Por tanto, a ti cantaré, gloria mía, y no estaré callado.

Jehová Dios mío, te alabaré para siempre.

(A)Al director musical. Sígase la tonada de «El lirio del pacto». Mictam didáctico de David, cuando luchó contra los arameos del noroeste de Mesopotamia y los arameos de Aram central[a], y cuando Joab volvió y abatió a doce mil edomitas en el valle de la Sal.

60 Oh Dios, tú nos has rechazado
    y has abierto brecha en nuestras filas;
te has enojado con nosotros:
    ¡restáuranos ahora!
Has sacudido la tierra,
    la has resquebrajado;
repara sus grietas,
    porque se desmorona.
Has sometido a tu pueblo a duras pruebas;
    nos diste a beber un vino embriagador.
Diste la señal de retirada a los que te temen,
    para que puedan escapar de los arqueros. Selah

Sálvanos con tu diestra y respóndenos,
    para que tu pueblo amado quede a salvo.
Dios ha dicho en su santuario:
    «Triunfante repartiré a Siquén
    y dividiré el valle de Sucot.
Mío es Galaad, mío es Manasés;
    Efraín es mi yelmo y Judá, mi cetro de mando.
Moab es el recipiente en que me lavo las manos,
    sobre Edom arrojo mi sandalia;
    sobre Filistea lanzo gritos de triunfo».

¿Quién me llevará a la ciudad fortificada?
    ¿Quién me mostrará el camino a Edom?
10 ¿No eres tú, oh Dios, quien nos ha rechazado?
    ¡Ya no sales, oh Dios, con nuestros ejércitos!
11 Bríndanos tu apoyo contra el enemigo,
    pues la ayuda humana será inútil.
12 Con Dios obtendremos la victoria;
    ¡él aplastará a nuestros enemigos!

Footnotes

  1. 60 Título. … arameos … Aram central. Es decir, Aram Najarayin y Aram Sobá.

Lamento y oración en la derrota

Para el director del coro; según la tonada de «El lirio del testimonio». Mictam de David para enseñar, cuando luchó con Aram Naharaim y contra Aram Soba, y volvió Joab e hirió a 12,000 edomitas en el valle de la Sal.

60 Oh Dios, Tú nos has rechazado(A), nos has quebrantado(B),
Te has enojado(C). Restáuranos, oh Dios(D).
Has hecho temblar la tierra(E), la has hendido;
Sana sus hendiduras(F), porque se tambalea.
Cosas duras has hecho ver a Tu pueblo(G);
Nos has dado a beber vino embriagador(H).
Has dado un estandarte(I) a los que te temen,
Para que sea alzado por causa de la verdad. (Selah)
(J)Para que sean librados Tus amados(K),
Salva con Tu diestra(L), y respóndeme.

Dios ha hablado en Su santidad[a](M):
«Me alegraré, repartiré a Siquem(N),
Y mediré el valle de Sucot(O).
Mío es Galaad(P), Mío es Manasés,
Efraín(Q) es el casco de Mi cabeza,
Judá es Mi cetro(R).
Moab(S) es la vasija en que me lavo;
Sobre Edom(T) arrojaré Mi calzado;
Clama a gritos, oh Filistea(U), a causa de Mí».

¿Quién me conducirá a la ciudad fortificada?
¿Quién me guiará hasta Edom?
10 ¿No eres Tú, oh Dios, el que nos ha rechazado(V)?
¿No saldrás, oh Dios, con nuestros ejércitos(W)?
11 Danos ayuda contra el adversario,
Pues vano es el auxilio del hombre(X).
12 En Dios haremos proezas(Y),
Y Él pisoteará a nuestros adversarios(Z).

Footnotes

  1. Salmos 60:6 O santuario.

Plegaria pidiendo ayuda contra el enemigo

(Sal. 108.6-13)

Al músico principal; sobre Lirios. Testimonio. Mictam de David, para enseñar, cuando tuvo guerra contra Aram-Naharaim y contra Aram de Soba, y volvió Joab, y destrozó a doce mil de Edom en el valle de la Sal.(A)

60 Oh Dios, tú nos has desechado, nos quebrantaste;

Te has airado; ¡vuélvete a nosotros!

Hiciste temblar la tierra, la has hendido;

Sana sus roturas, porque titubea.

Has hecho ver a tu pueblo cosas duras;

Nos hiciste beber vino de aturdimiento.

Has dado a los que te temen bandera

Que alcen por causa de la verdad. Selah

Para que se libren tus amados,

Salva con tu diestra, y óyeme.

Dios ha dicho en su santuario: Yo me alegraré;

Repartiré a Siquem, y mediré el valle de Sucot.

Mío es Galaad, y mío es Manasés;

Y Efraín es la fortaleza de mi cabeza;

Judá es mi legislador.

Moab, vasija para lavarme;

Sobre Edom echaré mi calzado;

Me regocijaré sobre Filistea.

¿Quién me llevará a la ciudad fortificada?

¿Quién me llevará hasta Edom?

10 ¿No serás tú, oh Dios, que nos habías desechado,

Y no salías, oh Dios, con nuestros ejércitos?

11 Danos socorro contra el enemigo,

Porque vana es la ayuda de los hombres.

12 En Dios haremos proezas,

Y él hollará a nuestros enemigos.

Libro IV

(A)Oración de Moisés, hombre de Dios.

90 Señor, tú has sido nuestro refugio
    generación tras generación.
Desde antes que nacieran los montes
    y que crearas la tierra y el mundo,
    desde los tiempos antiguos y hasta los tiempos postreros,
    tú eres Dios.

Tú haces que los hombres vuelvan al polvo,
    cuando dices: «¡Vuélvanse al polvo, mortales!».
Mil años, para ti,
    son como el día de ayer, que ya pasó;
    son como una vigilia de la noche.
Arrasas a los mortales que son como un sueño:
    nacen por la mañana, como la hierba
que al amanecer brota y florece,
    y por la noche ya está marchita y seca.

Tu ira en verdad nos consume;
    tu indignación nos aterra.
Ante ti has puesto nuestras maldades;
    a la luz de tu presencia, nuestros pecados secretos.
Por causa de tu ira se nos va la vida entera;
    se esfuman nuestros años como un suspiro.
10 Algunos llegamos hasta los setenta años,
    quizás alcancemos hasta los ochenta,
    si las fuerzas nos acompañan.
Tantos años de vida,[a] sin embargo,
    solo traen problemas y penas:
    pronto pasan y volamos.
11 ¿Quién puede comprender el poder de tu ira?
    Tu ira es tan grande como el temor que se te debe.
12 Enséñanos a contar bien nuestros días,
    para que nuestro corazón adquiera sabiduría.

13 ¿Cuándo, Señor, te volverás hacia nosotros?
    ¡Compadécete ya de tus siervos!
14 Sácianos de tu gran amor por la mañana,
    y toda nuestra vida cantaremos de alegría.
15 Alégranos conforme a los días que nos has afligido
    y a los años que nos has hecho sufrir.
16 ¡Sean manifiestas tus obras a tus siervos
    y tu esplendor a sus descendientes!

17 Que el favor[b] del Señor nuestro Dios esté sobre nosotros.
    Confirma en nosotros la obra de nuestras manos;
    sí, confirma la obra de nuestras manos.

Footnotes

  1. 90:10 Tantos años de vida. Lit. Su orgullo.
  2. 90:17 Que el favor. Alt. Que la belleza.

LIBRO CUARTO

La eternidad de Dios y lo transitorio del hombre

Oración de Moisés[a], hombre de Dios.

90 Señor, Tú has sido un refugio para nosotros(A)
De generación en generación.
Antes que los montes fueran engendrados(B),
Y nacieran la tierra y el mundo(C),
Desde la eternidad y hasta la eternidad(D), Tú eres Dios.

Haces que el hombre vuelva a ser polvo(E),
Y dices: «Vuelvan, hijos de los hombres».
Porque mil años ante Tus ojos(F)
Son como el día de ayer que ya pasó(G),
Y como una vigilia de la noche(H).
Tú los has barrido como un torrente(I), son como un sueño(J);
Son como la hierba que por la mañana reverdece(K);
Por la mañana florece(L) y reverdece;
Al atardecer se marchita(M) y se seca(N).

Porque hemos sido consumidos con Tu ira(O),
Y por Tu furor hemos sido conturbados.
Has puesto nuestras iniquidades delante de Ti(P),
Nuestros pecados secretos(Q) a la luz de Tu presencia.
Porque por Tu furor han declinado todos nuestros días(R);
Acabamos nuestros años como un suspiro.
10 Los días de nuestra vida llegan a setenta años;
Y en caso de mayor vigor, a ochenta años(S).
Con todo, su orgullo es solo trabajo y pesar(T),
Porque pronto pasa, y volamos(U).
11 ¿Quién conoce el poder de Tu ira(V),
Y Tu furor conforme al temor(W) que se debe a Ti?
12 Enséñanos a contar de tal modo nuestros días(X),
Que traigamos al corazón sabiduría(Y).

13 Vuelve(Z), Señor; ¿hasta cuándo(AA)?
Y compadécete de Tus siervos(AB).
14 Sácianos(AC) por la mañana con Tu misericordia,
Y cantaremos con gozo(AD) y nos alegraremos todos nuestros días.
15 Alégranos(AE) conforme a los días que nos afligiste,
Y a los años en que vimos adversidad(AF).
16 Sea manifestada Tu obra a Tus siervos(AG),
Y Tu majestad a sus hijos(AH),
17 Y sea la gracia del Señor(AI) nuestro Dios sobre nosotros.
Confirma, pues, sobre nosotros la obra de nuestras manos(AJ);
Sí, la obra de nuestras manos confirma.

Footnotes

  1. Salmos 90:1 Véase Dt. 33:1.

LIBRO IV

La eternidad de Dios y la transitoriedad del hombre

Oración de Moisés, varón de Dios.

90 Señor, tú nos has sido refugio

De generación en generación.

Antes que naciesen los montes

Y formases la tierra y el mundo,

Desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios.

Vuelves al hombre hasta ser quebrantado,

Y dices: Convertíos, hijos de los hombres.

Porque mil años delante de tus ojos

Son como el día de ayer, que pasó,(A)

Y como una de las vigilias de la noche.

Los arrebatas como con torrente de aguas; son como sueño,

Como la hierba que crece en la mañana.

En la mañana florece y crece;

A la tarde es cortada, y se seca.

Porque con tu furor somos consumidos,

Y con tu ira somos turbados.

Pusiste nuestras maldades delante de ti,

Nuestros yerros a la luz de tu rostro.

Porque todos nuestros días declinan a causa de tu ira;

Acabamos nuestros años como un pensamiento.

10 Los días de nuestra edad son setenta años;

Y si en los más robustos son ochenta años,

Con todo, su fortaleza es molestia y trabajo,

Porque pronto pasan, y volamos.

11 ¿Quién conoce el poder de tu ira,

Y tu indignación según que debes ser temido?

12 Enséñanos de tal modo a contar nuestros días,

Que traigamos al corazón sabiduría.

13 Vuélvete, oh Jehová; ¿hasta cuándo?

Y aplácate para con tus siervos.

14 De mañana sácianos de tu misericordia,

Y cantaremos y nos alegraremos todos nuestros días.

15 Alégranos conforme a los días que nos afligiste,

Y los años en que vimos el mal.

16 Aparezca en tus siervos tu obra,

Y tu gloria sobre sus hijos.

17 Sea la luz de Jehová nuestro Dios sobre nosotros,

Y la obra de nuestras manos confirma sobre nosotros;

Sí, la obra de nuestras manos confirma.

Cántico de los peregrinos.

120 En mi angustia invoqué al Señor,
    y él me respondió.
Señor, líbrame
    de los labios mentirosos
    y de la lengua engañosa.

¡Ah, lengua engañosa!
    ¿Qué se te habrá de dar?
    ¿Qué se te habrá de añadir?
¡Puntiagudas flechas de guerrero,
    con ardientes brasas de retama!

¡Ay de mí, que soy extranjero en Mésec,
    que he acampado entre las tiendas de Cedar!
¡Mucho tiempo es el que he acampado
    entre los que aborrecen la paz!
Soy un hombre de paz,
    pero si hablo de paz, ellos hablan de guerra.

La lengua engañosa y los enemigos de la paz

Cántico de ascenso gradual.[a]

120 En mi angustia clamé al Señor(A),
Y Él me respondió.
Libra mi alma, Señor, de labios mentirosos(B),
Y de lengua engañosa(C).
¿Qué te dará, y qué te añadirá,
Oh lengua engañosa(D)?
Agudas flechas de guerrero(E),
Con brasas de enebro(F).

¡Ay de mí, porque soy peregrino en Mesec(G),
Y habito entre las tiendas(H) de Cedar(I)!
Demasiado tiempo ha morado mi alma
Con los que odian la paz(J).
Yo amo la paz(K), pero cuando hablo,
Ellos están por la guerra(L).

Footnotes

  1. Salmos 120:1 Los Salmos 120 a 134 se llaman cánticos de ascenso gradual, probablemente porque se cantaban mientras los peregrinos subían a Jerusalén (véase Ex. 34:24; 1Rey. 12:27).

Plegaria ante el peligro de la lengua engañosa

Cántico gradual.

120 A Jehová clamé estando en angustia,

Y él me respondió.

Libra mi alma, oh Jehová, del labio mentiroso,

Y de la lengua fraudulenta.

¿Qué te dará, o qué te aprovechará,

Oh lengua engañosa?

Agudas saetas de valiente,

Con brasas de enebro.

¡Ay de mí, que moro en Mesec,

Y habito entre las tiendas de Cedar!

Mucho tiempo ha morado mi alma

Con los que aborrecen la paz.

Yo soy pacífico;

Mas ellos, así que hablo, me hacen guerra.

150 ¡Aleluya!

Alaben a Dios en su santuario,
    alábenlo en su poderosa expansión del cielo.
Alábenlo por sus proezas,
    alábenlo por su inmensa grandeza.
Alábenlo con sonido de trompeta,
    alábenlo con la lira y el arpa.
Alábenlo con panderos y danzas,
    alábenlo con cuerdas y flautas.
Alábenlo con címbalos sonoros,
    alábenlo con címbalos resonantes.

¡Que todo lo que respira alabe al Señor!

¡Aleluya!

Salmo de alabanza

150 ¡Aleluya!
Alaben a Dios en Su santuario(A);
Alábenlo en Su majestuoso firmamento(B).
Alaben a Dios por Sus hechos poderosos(C);
Alábenlo según la excelencia de Su grandeza(D).

Alaben a Dios con sonido de trompeta(E);
Alábenlo con arpa y lira(F).
Alaben a Dios con pandero y danza(G);
Alábenlo con instrumentos de cuerda(H) y flauta(I).
Alaben a Dios con címbalos sonoros(J);
Alábenlo con címbalos resonantes.
Todo lo que respira alabe al Señor(K).
¡Aleluya!

Exhortación a alabar a Dios con instrumentos de música

Aleluya.

150 Alabad a Dios en su santuario;

Alabadle en la magnificencia de su firmamento.

Alabadle por sus proezas;

Alabadle conforme a la muchedumbre de su grandeza.

Alabadle a son de bocina;

Alabadle con salterio y arpa.

Alabadle con pandero y danza;

Alabadle con cuerdas y flautas.

Alabadle con címbalos resonantes;

Alabadle con címbalos de júbilo.

Todo lo que respira alabe a JAH.

Aleluya.

Dichos de Agur

30 Dichos de Agur, hijo de Jaqué. Mensaje.[a]

Palabras de este varón:

«Cansado estoy, oh Dios;
    cansado estoy, oh Dios, y débil.[b]
Soy el más ignorante de todos los hombres;
    no hay en mí discernimiento humano.
No he adquirido sabiduría
    ni tengo conocimiento del Dios Santo.
¿Quién ha subido a los cielos
    y descendido de ellos?
¿Quién puede atrapar el viento en sus manos
    o envolver el mar en su manto?
¿Quién ha establecido los límites de la tierra?
    ¿Quién conoce su nombre o el de su hijo?
Seguramente tú lo sabes.

»Toda palabra de Dios es purificada;
    Dios es escudo a los que en él buscan refugio.
No añadas nada a sus palabras,
    no sea que te reprenda y te exponga como a un mentiroso.

»Solo dos cosas te pido, Dios;
    no me las niegues antes de que muera:
Aleja de mí la falsedad y la mentira;
    no me des pobreza ni riquezas,
    sino solo el pan de cada día.
Porque teniendo mucho, podría desconocerte
    y decir: “¿Y quién es el Señor?”.
Y teniendo poco, podría llegar a robar
    y deshonrar así el nombre de mi Dios.

10 »No ofendas al esclavo delante de su amo,
    pues podría maldecirte y sufrirías las consecuencias.

11 »Hay quienes maldicen a su padre
    y no bendicen a su madre.
12 Hay quienes se creen muy puros,
    pero no se han purificado de su impureza.
13 Hay quienes se creen muy importantes
    y a todos miran con desdén.
14 Hay quienes tienen espadas por dientes
    y cuchillos por mandíbulas;
para devorar a los pobres de la tierra
    y a los menesterosos de este mundo.

15 »La sanguijuela tiene dos hijas
    que solo dicen: “Dame, dame”.

»Tres cosas hay que nunca se sacian

y una cuarta que nunca dice “¡Basta!”:

16 el sepulcro,[c]

el vientre estéril,

la tierra, que nunca se sacia de agua,

y el fuego, que nunca dice “¡Basta!”.

17 »Al que mira con desdén a su padre
    y desprecia a su anciana madre,
que los cuervos del valle le saquen los ojos
    y que se lo coman los buitres.

18 »Tres cosas hay que me causan asombro

y una cuarta que no alcanzo a comprender:

19 el rastro del águila en el cielo,

el rastro de la serpiente en la roca,

el rastro del barco en alta mar

y el rastro del hombre en la mujer joven.

20 »Así procede la adúltera:
    come, se limpia la boca
    y afirma: “Nada malo he cometido”.

21 »Tres cosas hacen temblar la tierra

y una cuarta la hace estremecer:

22 el siervo que llega a ser rey,

el necio al que le sobra comida,

23 la mujer rechazada que llega a casarse

y la criada que suplanta a su señora.

24 »Cuatro cosas hay pequeñas en el mundo,

pero que son más sabias que los sabios:

25 las hormigas, animalitos de escasas fuerzas,

pero que almacenan su comida en el verano;

26 los tejones, animalitos de poca monta,

pero que construyen su casa entre las rocas;

27 las langostas, que no tienen rey,

pero que avanzan en formación perfecta;

28 las lagartijas, que se atrapan con la mano,

pero habitan hasta en los palacios de reyes.

29 »Tres cosas hay que caminan con elegancia

y una cuarta de paso imponente:

30 el león, poderoso entre las bestias, que no retrocede ante nada;

31 el gallo altivo,[d]

el macho cabrío

y el rey al frente de su ejército.[e]

32 »Si como un necio te has engreído
    o si algo maquinas, ponte a pensar[f]
33 que batiendo la leche se obtiene mantequilla,
    que sonándose fuerte sangra la nariz
    y que provocando la ira se acaba peleando».

Footnotes

  1. 30:1 hijo de Jaqué. Mensaje. Alt. hijo de Jaqué de Masa.
  2. 30:1 Cansado … y débil. Alt. A Itiel, a Itiel y a Ucal.
  3. 30:16 sepulcro. Lit. Seol.
  4. 30:31 el gallo altivo. Lit. el apretado de hombros.
  5. 30:31 el rey … ejército. Alt. el rey contra quien su pueblo no se subleva.
  6. 30:32 ponte a pensar. Lit. mano a la boca.

Palabras de Agur

30 Palabras de Agur, hijo de Jaqué: el oráculo[a].

Declaración del hombre a Itiel, a Itiel y a Ucal.

Ciertamente soy el más torpe(A) de los hombres,
Y no tengo inteligencia humana.
Y no he aprendido sabiduría,
Ni tengo conocimiento del Santo(B).
¿Quién subió al cielo y descendió(C)?
¿Quién recogió los vientos(D) en Sus puños?
¿Quién envolvió las aguas en Su[b] manto(E)?
¿Quién estableció todos los confines de la tierra(F)?
¿Cuál es Su nombre(G) o el nombre de Su hijo?
Ciertamente tú lo sabes.

Probada es toda palabra de Dios(H);
Él es escudo para los que en Él se refugian(I).
No añadas a Sus palabras(J),
No sea que Él te reprenda y seas hallado mentiroso.

Dos cosas te he pedido,
No me las niegues antes que muera:
Aleja de mí la mentira y las palabras engañosas,
No me des pobreza ni riqueza;
Dame a comer mi porción de pan(K),
No sea que me sacie(L) y te niegue, y diga:
«¿Quién es el Señor(M)?».
O que sea menesteroso y robe(N),
Y profane el nombre de mi Dios(O).

10 No hables mal del esclavo ante su amo,
No sea que te acuse[c](P) y seas hallado culpable.

11 Hay gente[d] que maldice a su padre,
Y no bendice a su madre(Q).
12 Hay gente que se tiene por pura[e](R),
Pero no está limpia de su inmundicia.
13 Hay gente de ojos altivos(S),
Cuyos[f] párpados se alzan en arrogancia.
14 Hay gente cuyos dientes son espadas(T),
Y sus muelas(U) cuchillos,
Para devorar a los pobres de la tierra(V),
Y a los menesterosos de entre los hombres.

15 La sanguijuela tiene dos hijas, que dicen: «¡Dame!», «¡Dame!».
Hay tres cosas que no se saciarán,
Y una cuarta que no dirá: «¡Basta!».
16 El Seol[g](W), la matriz estéril(X),
La tierra que jamás se sacia de agua,
Y el fuego que nunca dice: «¡Basta!».
17 Al ojo que se burla del padre(Y)
Y escarnece[h] a la madre(Z),
Lo sacarán los cuervos del valle,
Y lo comerán los aguiluchos(AA).

18 Hay tres cosas que son incomprensibles para mí,
Y una cuarta que no entiendo:
19 El rastro del águila en el cielo(AB),
El rastro de la serpiente sobre la roca,
El rastro del barco en medio del mar,
Y el rastro del hombre en la doncella.
20 Así es el proceder de la mujer adúltera(AC):
Come, se limpia la boca,
Y dice: «No he hecho nada malo».

21 Por tres cosas tiembla la tierra,
Y por una cuarta no se puede sostener:
22 Por el esclavo cuando llega a ser rey(AD),
Por el necio cuando se sacia de pan,
23 Por la mujer odiada cuando se casa,
Y por la sierva cuando suplanta a su señora.

24 Cuatro cosas son pequeñas en la tierra,
Pero son sumamente sabias:
25 Las hormigas(AE), pueblo sin fuerza,
Que preparan su alimento en el verano;
26 Los tejones(AF), pueblo sin poder,
Que hacen su casa en la peña;
27 Las langostas, que no tienen rey,
Pero todas salen en escuadrones(AG),
28 Y el lagarto, que se puede agarrar con las manos,
Pero está en los palacios de los reyes.

29 Hay tres cosas majestuosas en su marcha,
Y aun una cuarta de elegante caminar:
30 El león, poderoso entre las fieras(AH),
Que no retrocede ante ninguna(AI),
31 El gallo, que se pasea erguido[i], asimismo el macho cabrío,
Y el rey cuando tiene el ejército con él.

32 Si has sido necio en ensalzarte,
O si has tramado el mal, pon la mano sobre tu boca(AJ);
33 Porque batiendo la leche se saca[j] mantequilla,
Y apretando la nariz sale sangre,
Y forzando[k] la ira se produce[l] pleito(AK).

Footnotes

  1. Proverbios 30:1 O la carga.
  2. Proverbios 30:4 Lit. el.
  3. Proverbios 30:10 Lit. maldiga.
  4. Proverbios 30:11 Lit. generación, y así en los vers. 12, 13 y 14.
  5. Proverbios 30:12 Lit. pura en sus propios ojos.
  6. Proverbios 30:13 Lit. y sus.
  7. Proverbios 30:16 I.e. región de los muertos.
  8. Proverbios 30:17 Lit. desdeña obedecer.
  9. Proverbios 30:31 Lit. el ceñido de lomos.
  10. Proverbios 30:33 O sale.
  11. Proverbios 30:33 Lit. apretando.
  12. Proverbios 30:33 O sale.

Las palabras de Agur

30 Palabras de Agur, hijo de Jaqué; la profecía que dijo el varón a Itiel, a Itiel y a Ucal.

Ciertamente más rudo soy yo que ninguno,

Ni tengo entendimiento de hombre.

Yo ni aprendí sabiduría,

Ni conozco la ciencia del Santo.

¿Quién subió al cielo, y descendió?

¿Quién encerró los vientos en sus puños?

¿Quién ató las aguas en un paño?

¿Quién afirmó todos los términos de la tierra?

¿Cuál es su nombre, y el nombre de su hijo, si sabes?

Toda palabra de Dios es limpia;

Él es escudo a los que en él esperan.

No añadas a sus palabras, para que no te reprenda,

Y seas hallado mentiroso.

Dos cosas te he demandado;

No me las niegues antes que muera:

Vanidad y palabra mentirosa aparta de mí;

No me des pobreza ni riquezas;

Manténme del pan necesario;

No sea que me sacie, y te niegue, y diga: ¿Quién es Jehová?

O que siendo pobre, hurte,

Y blasfeme el nombre de mi Dios.

10 No acuses al siervo ante su señor,

No sea que te maldiga, y lleves el castigo.

11 Hay generación que maldice a su padre

Y a su madre no bendice.

12 Hay generación limpia en su propia opinión,

Si bien no se ha limpiado de su inmundicia.

13 Hay generación cuyos ojos son altivos

Y cuyos párpados están levantados en alto.

14 Hay generación cuyos dientes son espadas, y sus muelas cuchillos,

Para devorar a los pobres de la tierra, y a los menesterosos de entre los hombres.

15 La sanguijuela tiene dos hijas que dicen: ¡Dame! ¡dame!

Tres cosas hay que nunca se sacian;

Aun la cuarta nunca dice: ¡Basta!

16 El Seol, la matriz estéril,

La tierra que no se sacia de aguas,

Y el fuego que jamás dice: ¡Basta!

17 El ojo que escarnece a su padre

Y menosprecia la enseñanza de la madre,

Los cuervos de la cañada lo saquen,

Y lo devoren los hijos del águila.

18 Tres cosas me son ocultas;

Aun tampoco sé la cuarta:

19 El rastro del águila en el aire;

El rastro de la culebra sobre la peña;

El rastro de la nave en medio del mar;

Y el rastro del hombre en la doncella.

20 El proceder de la mujer adúltera es así:

Come, y limpia su boca

Y dice: No he hecho maldad.

21 Por tres cosas se alborota la tierra,

Y la cuarta ella no puede sufrir:

22 Por el siervo cuando reina;

Por el necio cuando se sacia de pan;

23 Por la mujer odiada cuando se casa;

Y por la sierva cuando hereda a su señora.

24 Cuatro cosas son de las más pequeñas de la tierra,

Y las mismas son más sabias que los sabios:

25 Las hormigas, pueblo no fuerte,

Y en el verano preparan su comida;

26 Los conejos, pueblo nada esforzado,

Y ponen su casa en la piedra;

27 Las langostas, que no tienen rey,

Y salen todas por cuadrillas;

28 La araña que atrapas con la mano,

Y está en palacios de rey.

29 Tres cosas hay de hermoso andar,

Y la cuarta pasea muy bien:

30 El león, fuerte entre todos los animales,

Que no vuelve atrás por nada;

31 El ceñido de lomos; asimismo el macho cabrío;

Y el rey, a quien nadie resiste.

32 Si neciamente has procurado enaltecerte,

O si has pensado hacer mal,

Pon el dedo sobre tu boca.

33 Ciertamente el que bate la leche sacará mantequilla,

Y el que recio se suena las narices sacará sangre;

Y el que provoca la ira causará contienda.