Salmo de David.

144 Bendito sea el Señor, mi Roca,
    que adiestra mis manos para la guerra,
    mis dedos para la batalla.
Él es mi Dios amoroso, mi amparo,
    mi más alto escondite, mi libertador,
mi escudo, en quien me refugio.
    Él es quien pone los pueblos[a] a mis pies.

Señor, ¿qué es el ser humano para que lo cuides?
    ¿Qué es el simple mortal para que en él pienses?
Todo ser humano es como un suspiro;
    sus días son fugaces como una sombra.

Abre tus cielos, Señor, y desciende;
    toca los montes y haz que echen humo.
Lanza relámpagos y dispersa al enemigo;
    dispara tus flechas y confúndelos.
Extiende tu mano desde las alturas
    y sálvame de las aguas tumultuosas;
    líbrame del poder de gente extraña.
Cuando abren la boca, dicen mentiras;
    cuando levantan su diestra, juran con falsedad.[b]

Te cantaré, oh Dios, un cántico nuevo;
    con la lira de diez cuerdas te cantaré salmos.
10 Tú das la victoria a los reyes;
    a tu siervo David lo libras de la espada mortal.

11 Ponme a salvo,
    líbrame del poder de gente extraña.
Cuando abren la boca, dicen mentiras;
    cuando levantan su diestra, juran con falsedad.

12 Que nuestros hijos, en su juventud,
    crezcan como plantas frondosas;
que sean nuestras hijas como columnas esculpidas
    para adornar un palacio.
13 Que nuestros graneros se llenen
    con provisiones de toda especie.
Que nuestros rebaños aumenten por millares,
    por decenas de millares en nuestros campos.
14 Que nuestros bueyes arrastren cargas pesadas;[c]
    que no haya brechas ni salidas,
    ni gritos de angustia en nuestras calles.
15 ¡Dichoso el pueblo que recibe todo esto!
    ¡Dichoso el pueblo cuyo Dios es el Señor!

Salmo de alabanza. De David.

Álef

145 Te exaltaré, mi Dios y Rey;
    por siempre bendeciré tu nombre.

Bet

Todos los días te bendeciré;
    por siempre y para siempre alabaré tu nombre.

Guímel

Grande es el Señor y digno de toda alabanza;
    su grandeza es insondable.

Dálet

Cada generación celebrará tus obras
    y proclamará tus proezas.

He

Se hablará del esplendor de tu gloria y majestad
    y yo meditaré en tus obras maravillosas.[d]

Vav

Se hablará del poder de tus portentos
    y yo anunciaré la grandeza de tus obras.

Zayin

Se proclamará la memoria de tu inmensa bondad
    y se cantará con júbilo de tu justicia.

Jet

El Señor es misericordioso y compasivo,
    lento para la ira y grande en amor.

Tet

El Señor es bueno con todos;
    él tiene misericordia de todas sus obras.

Yod

10 Que te alaben, Señor, todas tus obras;
    que te bendigan tus fieles.

Caf

11 Que hablen de la gloria de tu reino;
    que proclamen tus proezas,

Lámed

12 para que todos conozcan tus proezas
    y la gloria y esplendor de tu reino.

Mem

13 Tu reino es un reino eterno;
    tu dominio permanece por todas las generaciones.

Nun

Fiel es el Señor a su palabra
    y santo en todas sus obras.[e]

Sámej

14 El Señor sostiene a los caídos
    y levanta a los agobiados.

Ayin

15 Los ojos de todos se posan en ti
    y a su tiempo les das su alimento.

Pe

16 Abres la mano y sacias con tus favores
    a todo ser viviente.

Tsade

17 El Señor es justo en todos sus caminos
    y bondadoso en todas sus obras.

Qof

18 El Señor está cerca de quienes lo invocan,
    de quienes lo invocan en verdad.

Resh

19 Cumple los deseos de quienes le temen;
    atiende a su clamor y los salva.

Shin

20 El Señor cuida a todos los que lo aman,
    pero aniquilará a todos los malvados.

Tav

21 ¡Mi boca proclamará alabanzas al Señor!
    ¡Alabe su santo nombre todo ser viviente,
    por siempre y para siempre!

146 ¡Aleluya!

Alaba, alma mía, al Señor.

Alabaré al Señor toda mi vida;
    mientras haya aliento en mí, cantaré salmos a mi Dios.

No pongan su confianza en gente poderosa,
    en simples mortales, que no pueden salvar.
Exhalan el espíritu y vuelven al polvo,
    y ese mismo día se arruinan sus planes.
Dichoso aquel cuya ayuda es el Dios de Jacob,
    cuya esperanza está en el Señor su Dios,
que hizo el cielo y la tierra,
    el mar y todo lo que hay en ellos
    y que siempre mantiene la verdad.
El Señor hace justicia a los oprimidos,
    da de comer a los hambrientos
    y pone en libertad a los cautivos.
El Señor da vista a los ciegos,
    el Señor levanta a los agobiados,
    el Señor ama a los justos.
El Señor protege al extranjero
    y sostiene al huérfano y a la viuda,
    pero frustra los planes de los malvados.

10 ¡Oh Sión, que el Señor reine para siempre!
    ¡Que tu Dios reine por todas las generaciones!

¡Aleluya!

147 ¡Aleluya!

¡Cuán bueno es cantar salmos a nuestro Dios,
    cuán agradable y justo es alabarlo!

El Señor reconstruye a Jerusalén
    y reúne a los exiliados de Israel;
sana a los de corazón quebrantado
    y venda sus heridas.
Él determina el número de las estrellas
    y a cada una de ellas llama por su nombre.
Excelso es nuestro Señor y grande su poder;
    su entendimiento es infinito.
El Señor sostiene a los humildes,
    pero a los malvados lanza contra el suelo.

Canten al Señor con gratitud;
    canten salmos a nuestro Dios al son del arpa.

Él cubre de nubes el cielo,
    envía la lluvia sobre la tierra
    y hace crecer la hierba en los montes.
Él alimenta a los ganados
    y a las crías de los cuervos cuando graznan.

10 Él no se deleita en los bríos del caballo
    ni se complace en la fuerza del hombre;
11 el Señor se complace en los que le temen,
    en los que confían en su gran amor.

12 ¡Alaba al Señor, Jerusalén!
    ¡Alaba a tu Dios, oh Sión!

13 Él refuerza los cerrojos de tus puertas
    y bendice a los que en ti habitan.
14 Él trae la paz a tus fronteras
    y te sacia con lo mejor del trigo.

15 Envía sus órdenes a la tierra;
    su palabra corre a toda prisa.
16 Extiende la nieve como lana,
    esparce la escarcha cual ceniza.
17 Deja caer el granizo como grava;
    ¿quién puede resistir su frío?
18 Pero envía su palabra y lo derrite;
    hace que el viento sople y las aguas fluyan.

19 A Jacob le ha revelado su palabra;
    sus estatutos y leyes a Israel.
20 Esto no lo ha hecho con ninguna otra nación;
    jamás han conocido ellas sus leyes.

¡Aleluya!

148 ¡Aleluya!

Alaben al Señor desde los cielos,
    alábenlo desde las alturas.
Alábenlo, todos sus ángeles,
    alábenlo, todos sus ejércitos.
Alábenlo, sol y luna,
    alábenlo, estrellas luminosas.
Alábenlo ustedes, altísimos cielos,
    y ustedes, las aguas que están sobre los cielos.

Sea alabado el nombre del Señor,
    porque él dio una orden y todo fue creado.
Todo quedó afirmado para siempre;
    emitió un estatuto que no será abolido.

Alaben al Señor desde la tierra
    los grandes animales marinos y las profundidades del mar,
el rayo y el granizo, la nieve y la neblina,
    el viento tempestuoso que obedece su palabra,
los montes y todas las colinas,
    los árboles frutales y todos los cedros,
10 los animales salvajes y los domésticos,
    los reptiles y las aves,
11 los reyes de la tierra y todas las naciones,
    los príncipes y los gobernantes de la tierra,
12 los jóvenes y las jóvenes,
    los ancianos y los niños.

13 Alaben el nombre del Señor,
    porque solo su nombre es exaltado;
    su esplendor está por encima de la tierra y de los cielos.
14 ¡Él ha dado poder a su pueblo![f]
    ¡A él sea la alabanza de todos sus fieles,
    de los hijos de Israel, su pueblo cercano!

¡Aleluya!

Footnotes

  1. 144:2 los pueblos (Targum, Vulgata, Siríaca, Aquila y varios mss. hebreos); mi pueblo (TM).
  2. 144:8 cuando … con falsedad. Lit. su diestra es diestra de engaño; también en v. 11.
  3. 144:14 Que nuestros … cargas pesadas. Alt. Que nuestros capitanes sean establecidos firmemente.
  4. 145:5 Se hablará … maravillosas (Qumrán y Siríaca; véase también LXX); Meditaré en el esplendor glorioso de tu majestad / y en tus obras maravillosas (TM).
  5. 145:13 Fiel es el Señor a su palabra / y santo en todas sus obras (LXX, Siríaca, Vulgata y un ms. hebreo); TM no incluye estas dos líneas.
  6. 148:14 ¡Él ha dado … su pueblo! Lit. ¡Él levantó un cuerno para su pueblo!

Oración pidiendo socorro y prosperidad

Salmo de David.

144 Bendito sea Jehová, mi roca,

Quien adiestra mis manos para la batalla,

Y mis dedos para la guerra;

Misericordia mía y mi castillo,

Fortaleza mía y mi libertador,

Escudo mío, en quien he confiado;

El que sujeta a mi pueblo debajo de mí.

Oh Jehová, ¿qué es el hombre, para que en él pienses,

O el hijo de hombre, para que lo estimes?(A)

El hombre es semejante a la vanidad;

Sus días son como la sombra que pasa.

Oh Jehová, inclina tus cielos y desciende;

Toca los montes, y humeen.

Despide relámpagos y disípalos,

Envía tus saetas y túrbalos.

Envía tu mano desde lo alto;

Redímeme, y sácame de las muchas aguas,

De la mano de los hombres extraños,

Cuya boca habla vanidad,

Y cuya diestra es diestra de mentira.

Oh Dios, a ti cantaré cántico nuevo;

Con salterio, con decacordio cantaré a ti.

10 Tú, el que da victoria a los reyes,

El que rescata de maligna espada a David su siervo.

11 Rescátame, y líbrame de la mano de los hombres extraños,

Cuya boca habla vanidad,

Y cuya diestra es diestra de mentira.

12 Sean nuestros hijos como plantas crecidas en su juventud,

Nuestras hijas como esquinas labradas como las de un palacio;

13 Nuestros graneros llenos, provistos de toda suerte de grano;

Nuestros ganados, que se multipliquen a millares y decenas de millares en nuestros campos;

14 Nuestros bueyes estén fuertes para el trabajo;

No tengamos asalto, ni que hacer salida,

Ni grito de alarma en nuestras plazas.

15 Bienaventurado el pueblo que tiene esto;

Bienaventurado el pueblo cuyo Dios es Jehová.

Alabanza por la bondad y el poder de Dios

Salmo de alabanza; de David.

145 Te exaltaré, mi Dios, mi Rey,

Y bendeciré tu nombre eternamente y para siempre.

Cada día te bendeciré,

Y alabaré tu nombre eternamente y para siempre.

Grande es Jehová, y digno de suprema alabanza;

Y su grandeza es inescrutable.

Generación a generación celebrará tus obras,

Y anunciará tus poderosos hechos.

En la hermosura de la gloria de tu magnificencia,

Y en tus hechos maravillosos meditaré.

Del poder de tus hechos estupendos hablarán los hombres,

Y yo publicaré tu grandeza.

Proclamarán la memoria de tu inmensa bondad,

Y cantarán tu justicia.

Clemente y misericordioso es Jehová,

Lento para la ira, y grande en misericordia.

Bueno es Jehová para con todos,

Y sus misericordias sobre todas sus obras.

10 Te alaben, oh Jehová, todas tus obras,

Y tus santos te bendigan.

11 La gloria de tu reino digan,

Y hablen de tu poder,

12 Para hacer saber a los hijos de los hombres sus poderosos hechos,

Y la gloria de la magnificencia de su reino.

13 Tu reino es reino de todos los siglos,

Y tu señorío en todas las generaciones.

14 Sostiene Jehová a todos los que caen,

Y levanta a todos los oprimidos.

15 Los ojos de todos esperan en ti,

Y tú les das su comida a su tiempo.

16 Abres tu mano,

Y colmas de bendición a todo ser viviente.

17 Justo es Jehová en todos sus caminos,

Y misericordioso en todas sus obras.

18 Cercano está Jehová a todos los que le invocan,

A todos los que le invocan de veras.

19 Cumplirá el deseo de los que le temen;

Oirá asimismo el clamor de ellos, y los salvará.

20 Jehová guarda a todos los que le aman,

Mas destruirá a todos los impíos.

21 La alabanza de Jehová proclamará mi boca;

Y todos bendigan su santo nombre eternamente y para siempre.

Alabanza por la justicia de Dios

Aleluya.

146 Alaba, oh alma mía, a Jehová.

Alabaré a Jehová en mi vida;

Cantaré salmos a mi Dios mientras viva.

No confiéis en los príncipes,

Ni en hijo de hombre, porque no hay en él salvación.

Pues sale su aliento, y vuelve a la tierra;

En ese mismo día perecen sus pensamientos.

Bienaventurado aquel cuyo ayudador es el Dios de Jacob,

Cuya esperanza está en Jehová su Dios,

El cual hizo los cielos y la tierra,

El mar, y todo lo que en ellos hay;

Que guarda verdad para siempre,

Que hace justicia a los agraviados,

Que da pan a los hambrientos.

Jehová liberta a los cautivos;

Jehová abre los ojos a los ciegos;

Jehová levanta a los caídos;

Jehová ama a los justos.

Jehová guarda a los extranjeros;

Al huérfano y a la viuda sostiene,

Y el camino de los impíos trastorna.

10 Reinará Jehová para siempre;

Tu Dios, oh Sion, de generación en generación.

Aleluya.

Alabanza por el favor de Dios hacia Jerusalén

147 Alabad a JAH,

Porque es bueno cantar salmos a nuestro Dios;

Porque suave y hermosa es la alabanza.

Jehová edifica a Jerusalén;

A los desterrados de Israel recogerá.

Él sana a los quebrantados de corazón,

Y venda sus heridas.

Él cuenta el número de las estrellas;

A todas ellas llama por sus nombres.

Grande es el Señor nuestro, y de mucho poder;

Y su entendimiento es infinito.

Jehová exalta a los humildes,

Y humilla a los impíos hasta la tierra.

Cantad a Jehová con alabanza,

Cantad con arpa a nuestro Dios.

Él es quien cubre de nubes los cielos,

El que prepara la lluvia para la tierra,

El que hace a los montes producir hierba.

Él da a la bestia su mantenimiento,

Y a los hijos de los cuervos que claman.

10 No se deleita en la fuerza del caballo,

Ni se complace en la agilidad del hombre.

11 Se complace Jehová en los que le temen,

Y en los que esperan en su misericordia.

12 Alaba a Jehová, Jerusalén;

Alaba a tu Dios, oh Sion.

13 Porque fortificó los cerrojos de tus puertas;

Bendijo a tus hijos dentro de ti.

14 Él da en tu territorio la paz;

Te hará saciar con lo mejor del trigo.

15 Él envía su palabra a la tierra;

Velozmente corre su palabra.

16 Da la nieve como lana,

Y derrama la escarcha como ceniza.

17 Echa su hielo como pedazos;

Ante su frío, ¿quién resistirá?

18 Enviará su palabra, y los derretirá;

Soplará su viento, y fluirán las aguas.

19 Ha manifestado sus palabras a Jacob,

Sus estatutos y sus juicios a Israel.

20 No ha hecho así con ninguna otra de las naciones;

Y en cuanto a sus juicios, no los conocieron.

Aleluya.

Exhortación a la creación, para que alabe a Jehová

Aleluya.

148 Alabad a Jehová desde los cielos;

Alabadle en las alturas.

Alabadle, vosotros todos sus ángeles;

Alabadle, vosotros todos sus ejércitos.

Alabadle, sol y luna;

Alabadle, vosotras todas, lucientes estrellas.

Alabadle, cielos de los cielos,

Y las aguas que están sobre los cielos.

Alaben el nombre de Jehová;

Porque él mandó, y fueron creados.

Los hizo ser eternamente y para siempre;

Les puso ley que no será quebrantada.

Alabad a Jehová desde la tierra,

Los monstruos marinos y todos los abismos;

El fuego y el granizo, la nieve y el vapor,

El viento de tempestad que ejecuta su palabra;

Los montes y todos los collados,

El árbol de fruto y todos los cedros;

10 La bestia y todo animal,

Reptiles y volátiles;

11 Los reyes de la tierra y todos los pueblos,

Los príncipes y todos los jueces de la tierra;

12 Los jóvenes y también las doncellas,

Los ancianos y los niños.

13 Alaben el nombre de Jehová,

Porque solo su nombre es enaltecido.

Su gloria es sobre tierra y cielos.

14 Él ha exaltado el poderío de su pueblo;

Alábenle todos sus santos, los hijos de Israel,

El pueblo a él cercano.

Aleluya.

Gratitud de un rey a Dios

(1a) De David.

144 (1b) ¡Bendito sea el Señor, mi protector!
Él es quien me entrena y me prepara
para combatir en la batalla;
él es mi amigo fiel, mi lugar de protección,
mi más alto escondite, mi libertador;
él es mi escudo, y con él me protejo;
él es quien pone a los pueblos bajo mi poder.

Señor,
¿qué es el hombre, para que pienses en él?
¿Qué es el ser humano, para que tanto lo estimes?
El hombre es como un suspiro;
su vida pasa como una sombra.

Señor,
descorre la cortina de los cielos, y baja;
toca los montes para que echen humo;
lanza tus flechas, los relámpagos,
y haz huir en desorden a tus enemigos.
Extiende tu mano desde lo alto,
y líbrame del mar inmenso;
líbrame del poder de gente extraña,
de los que dicen mentiras
y levantan su derecha para jurar en falso.

Señor,
voy a cantarte una canción nueva;
voy a cantarte himnos con el salterio.
10-11 Tú, que das la victoria a los reyes;
tú, que libraste a tu siervo David,
líbrame de la espada mortal;
líbrame del poder de gente extraña,
de los que dicen mentiras
y levantan su derecha para jurar en falso.

12 Nuestros hijos crecen como plantas en un jardín;
nuestras hijas son cual columnas labradas
que sostienen la estructura del templo.
13 Nuestros graneros están llenos,
repletos de toda clase de alimentos.
Nuestros rebaños aumentan por millares,
por miles y miles en nuestros campos.
14 Nuestras vacas quedan preñadas,
y no tienen su cría antes de tiempo.
No hay gritos de alarma en nuestras calles.
15 ¡Feliz el pueblo que tiene todo esto!
¡Feliz el pueblo cuyo Dios es el Señor!

Que todo hombre alabe al Señor

(1a) Alabanza de David.

145 (1b) Hablaré de tu grandeza, mi Dios y Rey;
bendeciré tu nombre por siempre.
Diariamente te bendeciré;
alabaré tu nombre por siempre.
El Señor es grande y muy digno de alabanza;
su grandeza excede nuestro entendimiento.

De padres a hijos se alabarán tus obras,
se anunciarán tus hechos poderosos.
Se hablará de tu majestad gloriosa,
y yo hablaré de tus maravillas.
Se hablará de tus hechos poderosos y terribles,
y yo hablaré de tu grandeza.
Se hablará de tu bondad inmensa,
y a gritos se dirá que tú eres justo.

El Señor es tierno y compasivo,
es paciente y todo amor.
El Señor es bueno para con todos,
y con ternura cuida sus obras.

10 ¡Que te alaben, Señor, todas tus obras!
¡Que te bendigan tus fieles!
11 ¡Que hablen del esplendor de tu reino!
¡Que hablen de tus hechos poderosos!
12 ¡Que se haga saber a los hombres tu poder
y el gran esplendor de tu reino!
13 Tu reino es un reino eterno,
tu dominio es por todos los siglos.

14 El Señor sostiene a los que caen
y levanta a los que desfallecen.
15 Los ojos de todos esperan de ti
que tú les des su comida a su tiempo.
16 Abres tu mano, y con tu buena voluntad
satisfaces a todos los seres vivos.
17 El Señor es justo en sus caminos,
bondadoso en sus acciones.
18 El Señor está cerca de los que lo invocan,
de los que lo invocan con sinceridad.
19 Él cumple los deseos de los que lo honran;
cuando le piden ayuda, los oye y los salva.
20 El Señor protege a los que lo aman,
pero destruye a los malvados.

21 ¡Que mis labios alaben al Señor!
¡Que todos bendigan su santo nombre,
ahora y siempre!

Alabanzas a los hechos de Dios

146 ¡Aleluya!

Alabaré al Señor con toda mi alma.
Alabaré al Señor mientras yo viva;
cantaré himnos a mi Dios mientras yo exista.
No pongan su confianza en hombres importantes,
en simples hombres que no pueden salvar,
pues cuando mueren regresan al polvo,
y ese mismo día terminan sus proyectos.

Feliz quien recibe ayuda del Dios de Jacob,
quien pone su esperanza en el Señor su Dios.
Él hizo cielo, tierra y mar,
y todo lo que hay en ellos.
Él siempre mantiene su palabra.
Hace justicia a los oprimidos
y da de comer a los hambrientos.

El Señor da libertad a los presos;
el Señor devuelve la vista a los ciegos;
el Señor levanta a los caídos;
el Señor ama a los hombres honrados;
el Señor protege a los extranjeros
y sostiene a los huérfanos y a las viudas,
pero hace que los malvados pierdan el camino.

10 Oh Sión, el Señor reinará por siempre;
tu Dios reinará por todos los siglos.

¡Aleluya!

No hizo lo mismo con todas las naciones

147 ¡Aleluya!

¡Qué bueno es cantar himnos a nuestro Dios!
¡A él se le deben dulces alabanzas!
El Señor reconstruye a Jerusalén
y reúne a los dispersos de Israel.
Él sana a los que tienen roto el corazón,
y les venda las heridas.
Él determina el número de las estrellas,
y a cada una le pone nombre.
Grande es nuestro Dios, y grande su poder;
su inteligencia es infinita.
El Señor levanta a los humildes,
pero humilla por completo a los malvados.

Canten al Señor con gratitud;
canten himnos a nuestro Dios, al son del arpa.
Él cubre de nubes el cielo,
prepara la lluvia para la tierra,
hace crecer los pastos en los montes,
da de comer a los animales
y a las crías de los cuervos cuando chillan.
10 No es la fuerza del caballo ni los músculos del hombre
lo que más agrada al Señor;
11 a él le agradan los que lo honran,
los que confían en su amor.

12 Jerusalén, alaba al Señor;
Sión, alaba a tu Dios.
13 Pues él reforzó los cerrojos de tus puertas
y bendijo a tus hijos dentro de la ciudad.
14 Él trae la paz a tu territorio
y te satisface con lo mejor del trigo.
15 Él envía su palabra a la tierra,
y su palabra corre a toda prisa.
16 Él produce la nieve como si fuera lana,
y esparce la escarcha como si fuera polvo.
17 Él envía el hielo en forma de granizo;
con el frío que envía, el agua se congela.
18 Pero envía su palabra, y la derrite;
hace soplar el viento, y el agua corre.
19 Él dio a conocer a Jacob, a Israel,
su palabra, sus leyes y decretos.
20 No hizo lo mismo con las otras naciones,
las cuales nunca conocieron sus decretos.

¡Aleluya!

La creación alaba al Señor

148 ¡Aleluya!

¡Alaben al Señor desde el cielo!
¡Alaben al Señor desde lo alto!
¡Alábenlo ustedes, todos sus ángeles!
¡Alábenlo ustedes, ejércitos del cielo!
¡Alábenlo, sol y luna!
¡Alábenlo ustedes, brillantes luceros!
¡Alábalo tú, altísimo cielo,
y tú, agua que estás encima del cielo!

Alaben el nombre del Señor,
pues él dio una orden y todo fue creado;
él lo estableció todo para siempre,
y dictó una ley que no puede ser violada.

¡Alaben al Señor desde la tierra,
monstruos del mar, y mar profundo!
¡El rayo y el granizo, la nieve y la neblina!
¡El viento tempestuoso que cumple sus mandatos!
¡Los montes y las colinas!
¡Todos los cedros y los árboles frutales!
10 ¡Los animales domésticos y los salvajes!
¡Las aves y los reptiles!
11 ¡Los reyes del mundo y todos los pueblos!
¡Todos los jefes y gobernantes del mundo!
12 ¡Hombres y mujeres, jóvenes y viejos!

13 ¡Alaben todos el nombre del Señor,
pues sólo su nombre es altísimo!
¡Su honor está por encima del cielo y de la tierra!
14 ¡Él ha dado poder a su pueblo!

¡Alabanza de todos sus fieles,
de los israelitas, su pueblo cercano!

¡Aleluya!

Obispos y diáconos

Se dice, y es verdad, que si alguno desea ser obispo, a noble función aspira. Así que el obispo debe ser intachable, esposo de una sola mujer, moderado, sensato, respetable, hospitalario y capaz de enseñar. No debe ser borracho ni violento, sino respetuoso, apacible y no amante del dinero. Debe gobernar bien su casa y hacer que sus hijos le obedezcan con el debido respeto; porque el que no sabe gobernar su propia familia, ¿cómo podrá cuidar de la iglesia de Dios? No debe ser un recién convertido, no sea que se vuelva presuntuoso y caiga en la misma condenación en que cayó el diablo. Se requiere además que hablen bien de él los que no pertenecen a la iglesia,[a] para que no caiga en descrédito y en la trampa del diablo.

Los diáconos, igualmente, deben ser honorables, sinceros, no amigos del mucho vino ni codiciosos de las ganancias mal habidas. Deben guardar, con una conciencia limpia, el misterio de la fe. 10 Que primero sean puestos a prueba y después, si no hay nada de qué reprenderlos, que sirvan como diáconos.

11 Así mismo, las esposas de los diáconos[b] deben ser honorables, no calumniadoras, sino moderadas y dignas de toda confianza.

12 El diácono debe ser esposo de una sola mujer y gobernar bien a sus hijos y su propia casa. 13 Los que ejercen bien el diaconado se ganan un lugar de honor y adquieren mayor confianza para hablar de su fe en Cristo Jesús.

14 Aunque espero ir pronto a verte, escribo estas instrucciones para que, 15 si me retraso, sepas cómo hay que portarse en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y fundamento de la verdad. 16 No hay duda de que es grande el misterio de nuestra fe:[c]

Él[d] se manifestó como hombre;
    fue justificado por el Espíritu,
visto por los ángeles,
    proclamado entre las naciones,
creído en el mundo,
    recibido en la gloria.

Footnotes

  1. 3:7 hablen … iglesia. Lit. tenga buen testimonio de los de afuera.
  2. 3:11 las esposas de los diáconos. Alt. las diaconisas.
  3. 3:16 de nuestra fe. Lit. de nuestra devoción.
  4. 3:16 Él. Lit. Quien. Var. Dios.

Requisitos de los obispos

Palabra fiel: Si alguno anhela obispado, buena obra desea. Pero es necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar; no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, sino amable, apacible, no avaro; que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad (pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?); no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. También es necesario que tenga buen testimonio de los de afuera, para que no caiga en descrédito y en lazo del diablo.(A)

Requisitos de los diáconos

Los diáconos asimismo deben ser honestos, sin doblez, no dados a mucho vino, no codiciosos de ganancias deshonestas; que guarden el misterio de la fe con limpia conciencia. 10 Y estos también sean sometidos a prueba primero, y entonces ejerzan el diaconado, si son irreprensibles. 11 Las mujeres asimismo sean honestas, no calumniadoras, sino sobrias, fieles en todo. 12 Los diáconos sean maridos de una sola mujer, y que gobiernen bien sus hijos y sus casas. 13 Porque los que ejerzan bien el diaconado, ganan para sí un grado honroso, y mucha confianza en la fe que es en Cristo Jesús.

El misterio de la piedad

14 Esto te escribo, aunque tengo la esperanza de ir pronto a verte, 15 para que si tardo, sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad. 16 E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad:

Dios fue manifestado en carne,

Justificado en el Espíritu,

Visto de los ángeles,

Predicado a los gentiles,

Creído en el mundo,

Recibido arriba en gloria.

Esto es muy cierto.

Cómo deben ser los que presiden

Si alguien aspira al cargo de presidir la comunidad, a un buen trabajo aspira. Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible. Debe ser esposo de una sola mujer y llevar una vida seria, juiciosa y respetable. Debe estar siempre dispuesto a hospedar gente en su casa; debe ser apto para enseñar; no debe ser borracho ni amigo de peleas, sino bondadoso, pacífico y desinteresado en cuanto al dinero. Debe saber gobernar bien su casa y hacer que sus hijos sean obedientes y de conducta digna; porque si uno no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo podrá cuidar de la iglesia de Dios? Por lo tanto, el dirigente no debe ser un recién convertido, no sea que se llene de orgullo y caiga bajo la misma condenación en que cayó el diablo. También debe ser respetado entre los no creyentes, para que no caiga en deshonra y en alguna trampa del diablo.

Cómo deben ser los diáconos

Asimismo, los diáconos deben ser hombres respetables, que nunca falten a su palabra ni sean dados a emborracharse ni a desear ganancias mal habidas. Deben apegarse a la verdad revelada en la cual creemos, y vivir con conciencia limpia. 10 Primero deben pasar un período de prueba, y después, si no hay nada en contra de ellos, podrán servir como diáconos. 11 Igualmente, las mujeres deben ser respetables, no chismosas, serias y fieles en todo. 12 Un diácono debe ser esposo de una sola mujer, y saber gobernar bien a sus hijos y su propia casa. 13 Porque los diáconos que realizan bien su trabajo, se hacen dignos de un lugar de honor, y podrán gozar de gran tranquilidad gracias a su fe en Cristo Jesús.

La verdad revelada de nuestra religión

14 Espero ir pronto a verte; pero te escribo esto 15 para que, si me retraso, sepas cómo debe portarse uno en la familia de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, la cual sostiene y defiende la verdad. 16 No hay duda de que la verdad revelada de nuestra religión es algo muy grande:

Cristo se manifestó en su condición de hombre,
triunfó en su condición de espíritu
y fue visto por los ángeles.
Fue anunciado a las naciones,
creído en el mundo
y recibido en la gloria.