3 Señor, pon guarda a mi boca(A);vigila la puerta de mis labios(B).
3 Él que guarda su boca, preserva su vida(A);el que mucho abre sus labios, termina en ruina[a](B).
26 Si alguno se cree religioso, pero no refrena su lengua(A), sino que engaña a su propio corazón, la religión del tal es vana.
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