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16 Mi embrión vieron tus ojos,

Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas

Que fueron luego formadas,

Sin faltar una de ellas.

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16 Tus ojos vieron mi cuerpo en gestación:
    todo estaba ya escrito en tu libro;
    todos mis días se estaban diseñando,
    aunque no existía uno solo de ellos.

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17 ¡Cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos!

¡Cuán grande es la suma de ellos!

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17 ¡Cuán preciosos, oh Dios, me son tus pensamientos!
    ¡Cuán inmensa es la suma de ellos!

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18 Si los enumero, se multiplican más que la arena;

Despierto, y aún estoy contigo.

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18 Si me propusiera contarlos,
    sumarían más que los granos de arena;
    al despertar, aún estaría contigo.

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