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Dios protege a su pueblo

Cántico gradual.

125 Los que confían en el Señor
son semejantes al monte Sión,
que jamás se mueve,
que siempre está en su lugar.
Son también semejantes a Jerusalén
que está rodeada de montes:
¡la protección del Señor rodea a su pueblo
desde ahora y para siempre!

Jamás se impondrá el cetro de los impíos
sobre el país de los justos,
para que los justos no caigan en la maldad.

Señor, bendice a los que hacen el bien,
a los que son de recto corazón.
Pero castiga, Señor, a los que se apartan de ti;
¡recházalos junto con los malhechores!

¡Que haya paz en Israel!

Cántico para los peregrinos que suben a Jerusalén.

125 Los que confían en el Señor están seguros como el monte Sion;
    no serán vencidos, sino que permanecerán para siempre.
Así como las montañas rodean a Jerusalén,
    así rodea el Señor a su pueblo, ahora y siempre.
Los perversos no gobernarán la tierra de los justos,
    porque entonces los justos podrían ser tentados a hacer el mal.
Oh Señor, haz bien a los que son buenos,
    a los que tienen el corazón en armonía contigo.
Pero expulsa a los que recurren a caminos torcidos, oh Señor;
    llévatelos junto con aquellos que hacen el mal.

¡Que Israel tenga paz!

Dios protege a su pueblo

SALMO 125 (124)

Cántico para las peregrinaciones.

125 Los que confían en Dios
son como el monte Sión,
que nadie puede moverlo.
¡Permanecerán para siempre!

Las montañas protegen a Jerusalén,
y Dios protege a Israel
ahora y siempre.

No siempre los malvados
reinarán sobre el pueblo de Dios,
para que la gente buena
no practique la maldad.

4-5 Dios mío,
trata bien a la gente de buen corazón
pero deja que sean destruidos,
junto con los malhechores,
los que prefieren hacer lo malo.

¡Que haya paz en Israel!

Dios protege a su pueblo

Cántico gradual.

125 Los que confían en Jehová son como el monte de Sion,

Que no se mueve, sino que permanece para siempre.

Como Jerusalén tiene montes alrededor de ella,

Así Jehová está alrededor de su pueblo

Desde ahora y para siempre.

Porque no reposará la vara de la impiedad sobre la heredad de los justos;

No sea que extiendan los justos sus manos a la iniquidad.

Haz bien, oh Jehová, a los buenos,

Y a los que son rectos en su corazón.

Mas a los que se apartan tras sus perversidades,

Jehová los llevará con los que hacen iniquidad;

Paz sea sobre Israel.