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El Señor, refugio y defensa

Para el director del coro. Salmo de David.

11 En el Señor me refugio(A);
¿Cómo es que ustedes le dicen a mi alma: «Huye como ave al monte(B)?
Porque los impíos tensan el arco(C),
Preparan su flecha sobre la cuerda(D)
Para disparar en lo oscuro a los rectos de corazón(E).
Si los fundamentos son destruidos(F);
¿Qué puede hacer el justo?».

El Señor está en Su santo templo(G), el trono del Señor está en los cielos(H);
Sus ojos contemplan(I), Sus párpados examinan a los hijos de los hombres.
El Señor prueba al justo(J) y al impío,
Y Su alma aborrece al que ama la violencia(K).
Sobre los impíos hará llover carbones encendidos(L);
Fuego, azufre(M) y viento abrasador(N) será la porción de su copa(O).
Pues el Señor es justo(P); Él ama la justicia(Q);
Los rectos contemplarán Su rostro(R).

El refugio del justo

Al músico principal. Salmo de David.

11 En Jehová he confiado;

¿Cómo decís a mi alma,

Que escape al monte cual ave?

Porque he aquí, los malos tienden el arco,

Disponen sus saetas sobre la cuerda,

Para asaetear en oculto a los rectos de corazón.

Si fueren destruidos los fundamentos,

¿Qué ha de hacer el justo?

Jehová está en su santo templo;

Jehová tiene en el cielo su trono;

Sus ojos ven, sus párpados examinan a los hijos de los hombres.

Jehová prueba al justo;

Pero al malo y al que ama la violencia, su alma los aborrece.

Sobre los malos hará llover calamidades;

Fuego, azufre y viento abrasador será la porción del cáliz de ellos.

Porque Jehová es justo, y ama la justicia;

El hombre recto mirará su rostro.

Al director musical. Salmo de David.

11 En el Señor hallo refugio.
    ¿Cómo se atreven a decirme:
    «Huye al monte como las aves»?
Vean cómo tensan sus arcos los malvados:
    preparan las flechas sobre la cuerda
    para disparar desde las sombras
    contra los que son rectos de corazón.
Cuando los fundamentos son destruidos,
    ¿qué le queda al justo?

El Señor está en su santo Templo,
    en los cielos tiene el Señor su trono
y atentamente observa al ser humano;
    con sus propios ojos lo examina.
El Señor examina a justos,
    pero aborrece a malvados
    y a los que aman la violencia.
Hará llover sobre los malvados
    ardientes brasas y candente azufre;
    ¡un viento abrasador será la porción de su copa!

Porque el Señor es justo y ama la justicia,
    los rectos contemplarán su rostro.