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Cántico para los peregrinos que suben a Jerusalén.

121 Levanto la vista hacia las montañas;
    ¿viene de allí mi ayuda?
¡Mi ayuda viene del Señor,
    quien hizo el cielo y la tierra!

Él no permitirá que tropieces;
    el que te cuida no se dormirá.
En efecto, el que cuida a Israel
    nunca duerme ni se adormece.

¡El Señor mismo te cuida!
    El Señor está a tu lado como tu sombra protectora.
El sol no te hará daño durante el día,
    ni la luna durante la noche.

El Señor te libra de todo mal
    y cuida tu vida.
El Señor te protege al entrar y al salir,
    ahora y para siempre.

Jehová es tu guardador

Cántico gradual.

121 Alzaré mis ojos a los montes;

¿De dónde vendrá mi socorro?

Mi socorro viene de Jehová,

Que hizo los cielos y la tierra.

No dará tu pie al resbaladero,

Ni se dormirá el que te guarda.

He aquí, no se adormecerá ni dormirá

El que guarda a Israel.

Jehová es tu guardador;

Jehová es tu sombra a tu mano derecha.

El sol no te fatigará de día,

Ni la luna de noche.

Jehová te guardará de todo mal;

Él guardará tu alma.

Jehová guardará tu salida y tu entrada

Desde ahora y para siempre.