Salmos 19:7-14
Reina Valera Contemporánea
7 La ley del Señor es perfecta: reanima el alma.
El testimonio del Señor es firme: da sabiduría al ingenuo.
8 Los preceptos del Señor son rectos: alegran el corazón.
El mandamiento del Señor es puro: da luz a los ojos.
9 El temor del Señor es bueno: permanece para siempre.
Los decretos del Señor son verdaderos, y todos ellos justos.
10 Son más deseables que el oro refinado
y más dulces que la miel que destila del panal.
11 Con ellos, Señor, amonestas a tu siervo,
y recompensas grandemente a quien los cumple.
12 ¿Acaso hay quien reconozca sus propios errores?
¡Perdóname por los que no puedo recordar!
13 ¡No permitas que la soberbia
domine a este siervo tuyo!
¡Líbrame de cometer grandes pecados,
y nadie podrá entonces culparme de nada!
14 Tú, Señor, eres mi roca y mi redentor;
¡agrádate de mis palabras y de mis pensamientos!
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