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19 de los días y los meses,
y la posición de los planetas
y las estrellas.

20 »Dios me enseñó
cómo viven los animales,
tanto domésticos como salvajes.
Dios también me enseñó
los movimientos del viento;
me hizo conocer las distintas
clases de plantas y sus raíces.
Pero, sobre todo,
Dios me enseñó a conocer
el pensamiento de la gente.

21 »Así aprendí a conocerlo todo,
tanto lo que se ve
como lo que no se ve.

»La sabiduría,
que creó todo cuanto existe,
fue la que me regaló
ese conocimiento».

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