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10 ¡Aplastemos al hombre honrado que no tiene dinero;
no tengamos compasión de la viuda,
ni respetemos las canas del anciano!
11 Que la fuerza sea para nosotros la norma de la justicia,
ya que la debilidad no sirve para nada.
12 Pongamos trampas al bueno, pues nos es molesto;
se opone a nuestras acciones,
nos reprocha que no cumplamos la ley
y nos echa en cara que no vivamos según la educación que recibimos.

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