Add parallel Print Page Options

Aunque pequemos, somos tuyos y reconocemos tu poder;
pero no pecaremos, sabiendo que nos consideras tuyos.
Conocerte a ti es rectitud perfecta,
y reconocer tu poder es la raíz de la inmortalidad.
Pues no nos hemos dejado engañar
por esos ídolos inventados por la habilidad perversa de los hombres
y por el infructuoso trabajo de los pintores,

Read full chapter