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Dios nuestro,
tú fuiste bondadoso con los cananeos,
los que antes habitaron la tierra prometida;
bien sabías que eran simples seres humanos.

Antes de enviar a tu ejército,
dejaste que los atacaran avispas;
así los castigaste poco a poco.

Dios de Israel,
tú habrías podido derrotar
a esos pueblos malvados
en una sola batalla
del ejército de Israel,
tu pueblo bueno.

También pudiste haberlos destruido
con terribles animales,
o con una sola palabra tuya.
10 Pero los castigaste poco a poco,
para ver si se arrepentían.
Tú, Dios nuestro,
bien sabías que eran muy malos
y que no cambiarían de manera de pensar.

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