Salmo de David.

23 El Señor es mi pastor, nada me falta;
    en verdes pastos me hace descansar.
Junto a tranquilas aguas me conduce;
    me infunde nuevas fuerzas.
Me guía por sendas de justicia
    haciendo honor a su nombre.
Aun si voy
    por valles tenebrosos,
no temeré ningún mal
    porque tú estás a mi lado;
tu vara y tu bastón me reconfortan.

Dispones ante mí un banquete
    en presencia de mis enemigos.
Has ungido con aceite mi cabeza;
    has llenado mi copa a rebosar.
Seguro estoy de que la bondad y el amor
    me seguirán todos los días de mi vida;
y en la casa del Señor
    habitaré para siempre.

Jehová es mi pastor

Salmo de David.

23 Jehová es mi pastor; nada me faltará.

En lugares de delicados pastos me hará descansar;

Junto a aguas de reposo me pastoreará.(A)

Confortará mi alma;

Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.

Aunque ande en valle de sombra de muerte,

No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo;

Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.

Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores;

Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando.

Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida,

Y en la casa de Jehová moraré por largos días.

Dios mío, me siento muy abatido;
    por eso pienso en ti
desde la tierra del Jordán,
    desde las alturas del Hermón,
    desde el monte Mizar.
Un abismo llama a otro abismo
    en el rugir de tus cascadas;
todas tus ondas y tus olas
    se han precipitado sobre mí.

Esta es la oración al Dios de mi vida:
    que de día el Señor envíe su amor
    y de noche su canto me acompañe.

Y digo a Dios, a mi roca:
    «¿Por qué me has olvidado?
¿Por qué debo andar afligido
    y oprimido por el enemigo?».
10 Mortal agonía me penetra hasta los huesos
    cuando mis adversarios me insultan,
preguntándome a todas horas:
    «¿Dónde está tu Dios?».

11 ¿Por qué estás tan abatida, alma mía?
    ¿Por qué estás angustiada?
En Dios pondré mi esperanza
    y lo seguiré alabando.
    ¡Él es mi salvación y mi Dios!

Read full chapter

Dios mío, mi alma está abatida en mí;

Me acordaré, por tanto, de ti desde la tierra del Jordán,

Y de los hermonitas, desde el monte de Mizar.

Un abismo llama a otro a la voz de tus cascadas;

Todas tus ondas y tus olas han pasado sobre mí.

Pero de día mandará Jehová su misericordia,

Y de noche su cántico estará conmigo,

Y mi oración al Dios de mi vida.

Diré a Dios: Roca mía, ¿por qué te has olvidado de mí?

¿Por qué andaré yo enlutado por la opresión del enemigo?

10 Como quien hiere mis huesos, mis enemigos me afrentan,

Diciéndome cada día: ¿Dónde está tu Dios?

11 ¿Por qué te abates, oh alma mía,

Y por qué te turbas dentro de mí?

Espera en Dios; porque aún he de alabarle,

Salvación mía y Dios mío.

Read full chapter

22 Entrégale tus afanes al Señor
    y él te sostendrá;
no permitirá que el justo caiga
    y quede abatido para siempre.

Read full chapter

22 Echa sobre Jehová tu carga, y él te sustentará;

No dejará para siempre caído al justo.

Read full chapter

11 »Dichosos serán ustedes cuando por mi causa la gente los insulte, los persiga y levante contra ustedes toda clase de calumnias. 12 Alégrense y llénense de júbilo, porque les espera una gran recompensa en el cielo. Así también persiguieron a los profetas que los precedieron a ustedes.

Read full chapter

11 Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo.(A) 12 Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas(B) que fueron antes de vosotros.

Read full chapter

Nos vemos atribulados en todo, pero no abatidos; perplejos, pero no desesperados; perseguidos, pero no abandonados; derribados, pero no destruidos. 10 Dondequiera que vamos, siempre llevamos en nuestro cuerpo la muerte de Jesús, para que también su vida se manifieste en nuestro cuerpo. 11 Pues a nosotros, los que vivimos, siempre se nos entrega a la muerte por causa de Jesús, para que también su vida se manifieste en nuestro cuerpo mortal. 12 Así que la muerte actúa en nosotros y en ustedes la vida.

13 Escrito está: «Creí y por eso hablé».[a] Con ese mismo espíritu de fe también nosotros creemos y por eso hablamos. 14 Pues sabemos que aquel que resucitó al Señor Jesús nos resucitará también a nosotros con él y nos llevará junto con ustedes a su presencia. 15 Todo esto es por el bien de ustedes, para que la gracia que está alcanzando a más y más personas haga abundar la acción de gracias para la gloria de Dios.

16 Por tanto, no nos desanimamos. Al contrario, aunque por fuera nos vamos desgastando, por dentro nos vamos renovando día tras día. 17 Pues los sufrimientos ligeros y efímeros que ahora padecemos producen una gloria eterna que vale muchísimo más que todo sufrimiento. 18 Así que no nos fijamos en lo visible, sino en lo invisible, ya que lo que se ve es pasajero, mientras que lo que no se ve es eterno.

Read full chapter

Footnotes

  1. 4:13 Sal 116:10.

que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados; perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos; 10 llevando en el cuerpo siempre por todas partes la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestros cuerpos. 11 Porque nosotros que vivimos, siempre estamos entregados a muerte por causa de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal. 12 De manera que la muerte actúa en nosotros, y en vosotros la vida.

13 Pero teniendo el mismo espíritu de fe, conforme a lo que está escrito: Creí, por lo cual hablé,(A) nosotros también creemos, por lo cual también hablamos, 14 sabiendo que el que resucitó al Señor Jesús, a nosotros también nos resucitará con Jesús, y nos presentará juntamente con vosotros. 15 Porque todas estas cosas padecemos por amor a vosotros, para que abundando la gracia por medio de muchos, la acción de gracias sobreabunde para gloria de Dios.

16 Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día. 17 Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; 18 no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.

Read full chapter

Alégrense siempre en el Señor. Insisto: ¡Alégrense! Que su amabilidad sea evidente a todos. El Señor está cerca. No se preocupen por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.

Read full chapter

Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos! Vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca. Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.

Read full chapter