Add parallel Print Page Options

14 Ella durmió a sus pies hasta la mañana y se levantó antes de que pudiese ser reconocida, pues él había dicho:

— Que nadie sepa que esta mujer ha venido a la era.

15 Luego le dijo:

— Trae el manto que llevas y sujétalo.

Mientras ella lo sujetó, él echó unos ciento treinta kilos de cebada y le ayudó a cargarlos. Luego Rut se fue a la ciudad. 16 Cuando llegó a casa de su suegra, esta le preguntó:

— ¿Qué tal, hija mía?

Rut le contó todo lo que Boaz había hecho por ella,

Read full chapter