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18 Como vio que Rut estaba empeñada en acompañarla, Noemí dejó de insistirle 19 y las dos prosiguieron su camino hasta Belén. Cuando llegaron, toda la ciudad se alborotó por su causa y las mujeres comentaban:

— ¿No es esa Noemí?

20 Pero ella les decía:

— No me llaméis Noemí. Llamadme Mara, porque el Todopoderoso me ha amargado la vida.

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