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Rut recoge espigas en el campo de Booz

Tenía Noemí un pariente de su marido, hombre rico de la familia de Elimelec, el cual se llamaba Booz.

Y Rut la moabita dijo a Noemí: Te ruego que me dejes ir al campo, y recogeré espigas(A) en pos de aquel a cuyos ojos hallare gracia. Y ella le respondió: Ve, hija mía.

Fue, pues, y llegando, espigó en el campo en pos de los segadores; y aconteció que aquella parte del campo era de Booz, el cual era de la familia de Elimelec. Y he aquí que Booz vino de Belén, y dijo a los segadores: Jehová sea con vosotros. Y ellos respondieron: Jehová te bendiga. Y Booz dijo a su criado el mayordomo de los segadores: ¿De quién es esta joven?

Y el criado, mayordomo de los segadores, respondió y dijo: Es la joven moabita que volvió con Noemí de los campos de Moab; y ha dicho: Te ruego que me dejes recoger y juntar tras los segadores entre las gavillas. Entró, pues, y está desde por la mañana hasta ahora, sin descansar ni aun por un momento.

Entonces Booz dijo a Rut: Oye, hija mía, no vayas a espigar a otro campo, ni pases de aquí; y aquí estarás junto a mis criadas. Mira bien el campo que sieguen, y síguelas; porque yo he mandado a los criados que no te molesten. Y cuando tengas sed, ve a las vasijas, y bebe del agua que sacan los criados.

10 Ella entonces bajando su rostro se inclinó a tierra, y le dijo: ¿Por qué he hallado gracia en tus ojos para que me reconozcas, siendo yo extranjera?

11 Y respondiendo Booz, le dijo: He sabido todo lo que has hecho con tu suegra después de la muerte de tu marido, y que dejando a tu padre y a tu madre y la tierra donde naciste, has venido a un pueblo que no conociste antes. 12 Jehová recompense tu obra, y tu remuneración sea cumplida de parte de Jehová Dios de Israel, bajo cuyas alas has venido a refugiarte.

13 Y ella dijo: Señor mío, halle yo gracia delante de tus ojos; porque me has consolado, y porque has hablado al corazón de tu sierva, aunque no soy ni como una de tus criadas.

14 Y Booz le dijo a la hora de comer: Ven aquí, y come del pan, y moja tu bocado en el vinagre. Y ella se sentó junto a los segadores, y él le dio del potaje, y comió hasta que se sació, y le sobró. 15 Luego se levantó para espigar. Y Booz mandó a sus criados, diciendo: Que recoja también espigas entre las gavillas, y no la avergoncéis; 16 y dejaréis también caer para ella algo de los manojos, y lo dejaréis para que lo recoja, y no la reprendáis.

17 Espigó, pues, en el campo hasta la noche, y desgranó lo que había recogido, y fue como un efa de cebada. 18 Y lo tomó, y se fue a la ciudad; y su suegra vio lo que había recogido. Sacó también luego lo que le había sobrado después de haber quedado saciada, y se lo dio. 19 Y le dijo su suegra: ¿Dónde has espigado hoy? ¿y dónde has trabajado? Bendito sea el que te ha reconocido.

Y contó ella a su suegra con quién había trabajado, y dijo: El nombre del varón con quien hoy he trabajado es Booz. 20 Y dijo Noemí a su nuera: Sea él bendito de Jehová, pues que no ha rehusado a los vivos la benevolencia que tuvo para con los que han muerto. Después le dijo Noemí: Nuestro pariente es aquel varón, y uno de los que pueden redimirnos. 21 Y Rut la moabita dijo: Además de esto me ha dicho: Júntate con mis criadas, hasta que hayan acabado toda mi siega. 22 Y Noemí respondió a Rut su nuera: Mejor es, hija mía, que salgas con sus criadas, y que no te encuentren en otro campo. 23 Estuvo, pues, junto con las criadas de Booz espigando, hasta que se acabó la siega de la cebada y la del trigo; y vivía con su suegra.

Rut y Booz en la era

Después le dijo su suegra Noemí: Hija mía, ¿no he de buscar hogar para ti, para que te vaya bien? ¿No es Booz nuestro pariente, con cuyas criadas tú has estado? He aquí que él avienta esta noche la parva de las cebadas. Te lavarás, pues, y te ungirás, y vistiéndote tus vestidos, irás a la era; mas no te darás a conocer al varón hasta que él haya acabado de comer y de beber. Y cuando él se acueste, notarás el lugar donde se acuesta, e irás y descubrirás sus pies, y te acostarás allí; y él te dirá lo que hayas de hacer. Y ella respondió: Haré todo lo que tú me mandes.

Descendió, pues, a la era, e hizo todo lo que su suegra le había mandado. Y cuando Booz hubo comido y bebido, y su corazón estuvo contento, se retiró a dormir a un lado del montón. Entonces ella vino calladamente, y le descubrió los pies y se acostó. Y aconteció que a la medianoche se estremeció aquel hombre, y se volvió; y he aquí, una mujer estaba acostada a sus pies. Entonces él dijo: ¿Quién eres? Y ella respondió: Yo soy Rut tu sierva; extiende el borde de tu capa sobre tu sierva, por cuanto eres pariente cercano. 10 Y él dijo: Bendita seas tú de Jehová, hija mía; has hecho mejor tu postrera bondad que la primera, no yendo en busca de los jóvenes, sean pobres o ricos. 11 Ahora pues, no temas, hija mía; yo haré contigo lo que tú digas, pues toda la gente de mi pueblo sabe que eres mujer virtuosa. 12 Y ahora, aunque es cierto que yo soy pariente cercano, con todo eso hay pariente más cercano que yo. 13 Pasa aquí la noche, y cuando sea de día, si él te redimiere, bien, redímate; mas si él no te quisiere redimir, yo te redimiré, vive Jehová. Descansa, pues, hasta la mañana.

14 Y después que durmió a sus pies hasta la mañana, se levantó antes que los hombres pudieran reconocerse unos a otros; porque él dijo: No se sepa que vino mujer a la era.

15 Después le dijo: Quítate el manto que traes sobre ti, y tenlo. Y teniéndolo ella, él midió seis medidas de cebada, y se las puso encima; y ella se fue a la ciudad.

16 Y cuando llegó a donde estaba su suegra, esta le dijo: ¿Qué hay, hija mía? Y le contó ella todo lo que con aquel varón le había acontecido. 17 Y dijo: Estas seis medidas de cebada me dio, diciéndome: A fin de que no vayas a tu suegra con las manos vacías.

18 Entonces Noemí dijo: Espérate, hija mía, hasta que sepas cómo se resuelve el asunto; porque aquel hombre no descansará hasta que concluya el asunto hoy.

Booz se casa con Rut

Booz subió a la puerta y se sentó allí; y he aquí pasaba aquel pariente de quien Booz había hablado, y le dijo: Eh, fulano, ven acá y siéntate. Y él vino y se sentó. Entonces él tomó a diez varones de los ancianos de la ciudad, y dijo: Sentaos aquí. Y ellos se sentaron. Luego dijo al pariente: Noemí, que ha vuelto del campo de Moab, vende una parte de las tierras que tuvo nuestro hermano Elimelec. Y yo decidí hacértelo saber, y decirte que la compres en presencia de los que están aquí sentados, y de los ancianos de mi pueblo. Si tú quieres redimir, redime; y si no quieres redimir, decláramelo para que yo lo sepa; porque no hay otro que redima sino tú, y yo después de ti. Y él respondió: Yo redimiré.

Entonces replicó Booz: El mismo día que compres las tierras de mano de Noemí, debes tomar también a Rut la moabita, mujer del difunto, para que restaures el nombre del muerto sobre su posesión. Y respondió el pariente: No puedo redimir para mí, no sea que dañe mi heredad. Redime tú, usando de mi derecho, porque yo no podré redimir.

Había ya desde hacía tiempo esta costumbre en Israel tocante a la redención y al contrato, que para la confirmación de cualquier negocio, el uno se quitaba el zapato y lo daba a su compañero; y esto servía de testimonio en Israel. Entonces el pariente dijo a Booz: Tómalo tú. Y se quitó el zapato.(B) Y Booz dijo a los ancianos y a todo el pueblo: Vosotros sois testigos hoy, de que he adquirido de mano de Noemí todo lo que fue de Elimelec, y todo lo que fue de Quelión y de Mahlón. 10 Y que también tomo por mi mujer a Rut la moabita, mujer de Mahlón, para restaurar el nombre del difunto sobre su heredad, para que el nombre del muerto no se borre de entre sus hermanos y de la puerta de su lugar. Vosotros sois testigos hoy. 11 Y dijeron todos los del pueblo que estaban a la puerta con los ancianos: Testigos somos. Jehová haga a la mujer que entra en tu casa como a Raquel y a Lea, las cuales edificaron la casa de Israel;(C) y tú seas ilustre en Efrata, y seas de renombre en Belén. 12 Y sea tu casa como la casa de Fares, el que Tamar dio a luz a Judá,(D) por la descendencia que de esa joven te dé Jehová.

13 Booz, pues, tomó a Rut, y ella fue su mujer; y se llegó a ella, y Jehová le dio que concibiese y diese a luz un hijo. 14 Y las mujeres decían a Noemí: Loado sea Jehová, que hizo que no te faltase hoy pariente, cuyo nombre será celebrado en Israel; 15 el cual será restaurador de tu alma, y sustentará tu vejez; pues tu nuera, que te ama, lo ha dado a luz; y ella es de más valor para ti que siete hijos. 16 Y tomando Noemí el hijo, lo puso en su regazo, y fue su aya. 17 Y le dieron nombre las vecinas, diciendo: Le ha nacido un hijo a Noemí; y lo llamaron Obed. Este es padre de Isaí, padre de David.

18 Estas son las generaciones de Fares:(E) Fares engendró a Hezrón, 19 Hezrón engendró a Ram, y Ram engendró a Aminadab, 20 Aminadab engendró a Naasón, y Naasón engendró a Salmón, 21 Salmón engendró a Booz, y Booz engendró a Obed, 22 Obed engendró a Isaí, e Isaí engendró a David.

Encuentro de Rut con Booz

Noemí tenía por parte de su esposo un pariente que se llamaba Booz. Era un hombre rico e influyente de la familia de Elimélec.

Y sucedió que Rut, la moabita, dijo a Noemí:

—Permíteme ir al campo a recoger las espigas que vaya dejando alguien a quien yo le agrade.

—Anda, hija mía —respondió su suegra.

Rut salió y comenzó a recoger espigas en el campo, detrás de los segadores. Y dio la casualidad de que el campo donde estaba trabajando pertenecía a Booz, el pariente de Elimélec.

En eso llegó Booz desde Belén y saludó a los segadores:

—¡Que el Señor esté con ustedes!

—¡Que el Señor lo bendiga! —respondieron ellos.

—¿De quién es esa joven? —preguntó Booz al capataz de sus segadores.

—Es una joven moabita que volvió de la tierra de Moab con Noemí —le contestó el capataz—. Ella me rogó que la dejara recoger espigas de entre las gavillas, detrás de los segadores. No ha dejado de trabajar desde esta mañana que entró en el campo, hasta ahora que ha venido a descansar un rato en el cobertizo.[a]

Entonces Booz dijo a Rut:

—Escucha, hija mía. No vayas a recoger espigas a otro campo ni te alejes de aquí. Quédate junto a mis criadas, fíjate bien en el campo donde se esté cosechando y síguelas. Ya les ordené a los criados que no te molesten. Y, cuando tengas sed, ve adonde están las vasijas y bebe del agua que los criados hayan sacado.

10 Rut se inclinó, se postró rostro en tierra y exclamó:

—¿Cómo es que le he caído tan bien a usted, hasta el punto de fijarse en mí, siendo solo una extranjera?

11 —Ya me han contado —respondió Booz—, todo lo que has hecho por tu suegra desde que murió tu esposo; cómo dejaste padre y madre, y la tierra donde naciste, y viniste a vivir con un pueblo que antes no conocías. 12 ¡Que el Señor te recompense por lo que has hecho! Que el Señor, Dios de Israel, bajo cuyas alas has venido a refugiarte, te lo pague con creces.

13 —¡Ojalá siga yo siendo de su agrado, mi señor! —contestó ella—. Usted me ha consolado y me ha hablado con cariño, aunque ni siquiera soy como una de sus criadas.

14 A la hora de comer, Booz le dijo:

—Ven acá. Sírvete pan y moja tu bocado en el vinagre.

Cuando Rut se sentó con los segadores, Booz le ofreció grano tostado. Ella comió, quedó satisfecha y hasta le sobró. 15 Después, cuando ella se levantó a recoger espigas, él dio estas órdenes a sus criados:

—Aun cuando saque espigas de las gavillas mismas, no la hagan pasar vergüenza. 16 Más bien, dejen caer algunas espigas de los manojos para que ella las recoja, ¡y no la reprendan!

17 Así que Rut recogió espigas en el campo hasta el atardecer. Luego desgranó la cebada que había recogido, la cual pesó casi un efa.[b] 18 La cargó de vuelta al pueblo y su suegra vio cuánto traía. Además, Rut entregó a su suegra lo que le había quedado después de haber comido hasta quedar satisfecha.

19 Su suegra preguntó:

—¿Dónde recogiste espigas hoy? ¿Dónde trabajaste? ¡Bendito sea el hombre que se fijó en ti!

Entonces Rut contó a su suegra acerca del hombre con quien había estado trabajando. Le dijo:

—El hombre con quien hoy trabajé se llama Booz.

20 —¡Que el Señor lo bendiga! —exclamó Noemí delante de su nuera—. El Señor no ha dejado de mostrar su fiel amor hacia los vivos y los muertos. Ese hombre es nuestro pariente cercano; es uno de los parientes que nos pueden redimir.

21 Rut, la moabita, añadió:

—Incluso me dijo que me quedara allí junto a sus criados hasta que terminaran de recogerle toda la cosecha.

22 —Hija mía, te conviene seguir con sus criadas —dijo Noemí—, para que no se aprovechen de ti en otro campo.

23 Así que Rut se quedó junto a las criadas de Booz para recoger espigas hasta que terminó la cosecha de la cebada y del trigo. Mientras tanto, vivía con su suegra.

Rut y Booz en la era

Un día su suegra Noemí le dijo:

—Hija mía, ¿no debiera yo buscarte un hogar seguro donde no te falte nada? Además, ¿acaso Booz, con cuyas criadas has estado, no es nuestro pariente? Escucha bien, él va esta noche al campo para separar el grano de la paja. Báñate, perfúmate y ponte tu mejor ropa. Baja luego al lugar donde se limpia el trigo, pero no dejes que él se dé cuenta de que estás allí hasta que haya terminado de comer y beber. Cuando se vaya a dormir, te fijas dónde se acuesta. Luego ve, descubre sus pies y acuéstate a su lado. Verás que él mismo te dice lo que tienes que hacer.

—Haré todo lo que me has dicho —respondió Rut.

Y bajó al lugar donde se limpia el trigo e hizo todo lo que su suegra había mandado.

Booz comió, bebió y se puso alegre. Luego se fue a dormir detrás del montón de grano. Más tarde Rut se acercó sigilosamente, le destapó los pies y se acostó allí. A medianoche Booz se despertó sobresaltado y, al darse vuelta, descubrió que había una mujer acostada a sus pies.

—¿Quién eres? —preguntó.

—Soy Rut, su sierva. Extienda sobre mí el borde de su manto,[c] ya que usted es un pariente que me puede redimir.

10 —Que el Señor te bendiga, hija mía. Esta nueva muestra de lealtad de tu parte supera la anterior, ya que no has ido en busca de hombres jóvenes, sean ricos o pobres. 11 Y ahora, hija mía, no tengas miedo. Haré por ti todo lo que me pidas. Todo mi pueblo[d] sabe que eres una mujer de noble carácter. 12 Ahora bien, aunque es cierto que soy un pariente que puede redimirte, hay otro más cercano que yo. 13 Quédate aquí esta noche. Mañana, si él quiere redimirte, está bien que lo haga. Pero si no está dispuesto a hacerlo, ¡tan cierto como que el Señor vive, te aseguro que yo te redimiré! Ahora acuéstate aquí hasta que amanezca.

14 Así que se quedó acostada a sus pies hasta el amanecer y se levantó cuando aún estaba oscuro; pues él había dicho: «Que no se sepa que una mujer vino al lugar donde se limpia el trigo».

15 Luego Booz dijo:

—Dame la capa que llevas puesta y sostenla firmemente.

Rut lo hizo así, entonces él echó en la capa seis medidas[e] de cebada y puso la carga sobre ella. Luego él regresó al pueblo.

16 Cuando Rut llegó adonde estaba su suegra, esta preguntó:

—¿Cómo te fue, hija mía?

Rut le contó todo lo que aquel hombre había hecho por ella 17 y añadió:

—Me dio estas seis medidas de cebada y me dijo: “No debes volver a tu suegra con las manos vacías”.

18 Entonces Noemí dijo:

—Espérate, hija mía, a ver qué sucede, porque este hombre no va a descansar hasta dejar resuelto este asunto hoy mismo.

Matrimonio de Booz y Rut

Booz, por su parte, subió hasta la puerta de la ciudad y se sentó allí. En eso pasó el pariente, que él había mencionado, responsable de redimirlas.

—Ven acá, amigo mío, y siéntate —dijo Booz.

El hombre fue y se sentó.

Entonces Booz llamó a diez de los jefes de la ciudad y les dijo:

—Siéntense aquí.

Y ellos se sentaron. Booz dijo al pariente redentor:

—Noemí, que ha regresado de la tierra de Moab, está vendiendo el terreno que perteneció a nuestro hermano Elimélec. Consideré que debía informarte del asunto y sugerirte que lo compres en presencia de estos testigos y de los jefes de mi pueblo. Si vas a comprar el terreno, hazlo. Pero si no lo vas[f] a comprar, dímelo, para que yo lo sepa. Porque ningún otro tiene el derecho de redimirlo, sino tú y, después de ti, yo tengo ese derecho.

—Yo lo redimo —contestó.

Pero Booz aclaró:

—El día que adquieras el terreno de Noemí, adquieres también a Rut la moabita, viuda[g] del difunto, a fin de conservar su nombre junto con su heredad.

—Entonces no puedo redimirlo —respondió el pariente redentor—, porque podría perjudicar mi propia herencia. Redímelo tú; te cedo mi derecho. Yo no puedo ejercerlo.

En aquellos tiempos, para ratificar el rescate o el traspaso de una propiedad en Israel, una de las partes contratantes se quitaba la sandalia y se la daba a la otra. Así se acostumbraba a legalizar los contratos en Israel.

Por eso el pariente redentor le dijo a Booz:

—Cómpralo tú.

Y se quitó la sandalia.

Entonces Booz proclamó ante los jefes y ante todo el pueblo:

—Hoy son ustedes testigos de que le he comprado a Noemí toda la propiedad de Elimélec, Quilión y Majlón. 10 También he tomado como esposa a Rut la moabita, viuda de Majlón, a fin de preservar el nombre del difunto con su heredad, para que su nombre no desaparezca de entre su familia ni de los registros del pueblo. ¡Hoy son ustedes testigos!

11 Los jefes y todos los que estaban en la puerta respondieron:

—Somos testigos. ¡Que el Señor haga que la mujer que va a formar parte de tu hogar sea como Raquel y Lea, quienes juntas edificaron el pueblo de Israel!

»¡Que seas un hombre ilustre en Efrata y que adquieras renombre en Belén! 12 ¡Que por medio de esta joven el Señor te conceda una descendencia tal que tu familia sea como la de Fares, el hijo que Tamar dio a Judá!

Rut tiene un hijo(A)

13 Así que Booz tomó a Rut y se casó con ella. Cuando se unieron, el Señor le concedió quedar embarazada, de modo que tuvo un hijo. 14 Las mujeres decían a Noemí: «¡Alabado sea el Señor, que no te ha dejado hoy sin un redentor! ¡Que llegue a tener renombre en Israel! 15 Este niño renovará tu vida y te sustentará en la vejez, porque lo ha dado a luz tu nuera, que te ama y es para ti mejor que siete hijos».

16 Noemí tomó al niño, lo puso en su regazo y se encargó de criarlo. 17 Las vecinas decían: «¡Noemí ha tenido un hijo!». Y lo llamaron Obed. Este fue el padre de Isaí, padre de David.

Genealogía de David

18 Así que este es el linaje de Fares:

Fares fue el padre de Jezrón;

19 Jezrón, el padre de Ram;

Ram, el padre de Aminadab;

20 Aminadab, el padre de Naasón;

Naasón, el padre de Salmón;[h]

21 Salmón, el padre de Booz;

Booz, el padre de Obed;

22 Obed, el padre de Isaí;

e Isaí, el padre de David.

Footnotes

  1. 2:7 que ha venido … cobertizo. Frase de difícil traducción.
  2. 2:17 Es decir, aprox. 16 kg.
  3. 3:9 Extienda … manto. Esta acción implicaba una propuesta de matrimonio.
  4. 3:11 Todo mi pueblo. Lit. Toda la puerta de mi pueblo.
  5. 3:15 seis medidas. Es decir, aprox. 20 kg; también en v. 17.
  6. 4:4 si no lo vas (mss. hebreos, LXX, Vulgata y Siríaca); si él no va (TM).
  7. 4:5 de Noemí … viuda (Vulgata y Siríaca); de Noemí y de Rut la moabita, tendrás que casarte con la viuda (TM).
  8. 4:20 Salmón (mss. hebreos, mss. de LXX y Vulgata; véanse también v. 21 y LXX de 1Cr 2:11); Salmá (TM).