¿Quién eres tú para juzgar al siervo de otro? Que se mantenga firme o que caiga es asunto de su propio señor. Y se mantendrá firme, porque el Señor tiene poder para sostenerlo.

Read full chapter

¿Tú quién eres, que juzgas al criado ajeno? Para su propio señor está en pie, o cae; pero estará firme, porque poderoso es el Señor para hacerle estar firme.

Read full chapter

¿Quién eres tú para criticar al servidor de otro? Si queda bien o queda mal, es asunto de su propio amo. Pero quedará bien, porque el Señor tiene poder para hacerlo quedar bien.

Read full chapter

12 Así que cada uno de nosotros tendrá que dar cuentas de sí a Dios.

Read full chapter

12 De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí.

Read full chapter

12 Así pues, cada uno de nosotros tendrá que dar cuenta de sí mismo a Dios.

Read full chapter

22 Así que la convicción[a] que tengas tú al respecto, mantenla como algo entre Dios y tú. Dichoso aquel a quien su conciencia no lo acusa por lo que hace.

Read full chapter

Footnotes

  1. 14:22 convicción. Lit. fe; también en v. 23.

22 ¿Tienes tú fe? Tenla para contigo delante de Dios. Bienaventurado el que no se condena a sí mismo en lo que aprueba.

Read full chapter

22 La fe que tienes, debes tenerla tú mismo delante de Dios. ¡Dichoso aquel que usa de su libertad sin cargos de conciencia!

Read full chapter