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25 a quien Dios ha hecho, para quienes creen en su muerte, instrumento de perdón. Así, cuando perdonó los pecados cometidos en el pasado, puso de manifiesto su fuerza salvadora, 26 ya que es un Dios indulgente. Pero es sobre todo en el momento presente cuando despliega su fuerza salvadora al ser el Dios salvador que salva a cuantos creen en Jesús.

27 ¿Dónde queda, pues, el orgullo humano? Ha sido desmantelado. Y no por la observancia de la ley, sino en razón de la fe. 28 Sostengo, en efecto, que Dios restablece en su amistad al ser humano mediante la fe y no por la observancia de la ley. 29 ¿Acaso Dios es solamente Dios de los judíos? ¿No lo es también de los demás pueblos? Sin duda que lo es también de los demás pueblos, 30 ya que existe un solo Dios que restablece en su amistad a todos los que tienen fe, tanto circuncisos como incircuncisos.

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25 Dios lo ofreció como un sacrificio de expiación[a] que se recibe por la fe en su sangre, para demostrar así su justicia. Anteriormente, en su paciencia, Dios había pasado por alto los pecados; 26 pero en el tiempo presente ha ofrecido a Jesucristo para manifestar su justicia. De este modo, Dios es justo y, a la vez, el que justifica a los que tienen fe en Jesús.

27 ¿Dónde, pues, está la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál principio? ¿Por el de la observancia de la ley? No, sino por el de la fe. 28 Porque sostenemos que todos somos justificados por la fe, y no por las obras que la ley exige. 29 ¿Es acaso Dios solo Dios de los judíos? ¿No lo es también de los gentiles? Sí, también es Dios de los gentiles, 30 pues no hay más que un solo Dios. Él justificará por la fe a los que están circuncidados y, mediante esa misma fe, a los que no lo están.

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Footnotes

  1. 3:25 un sacrificio de expiación. Lit. propiciación.

25 Pues Dios ofreció a Jesús como el sacrificio por el pecado. Las personas son declaradas justas a los ojos de Dios cuando creen que Jesús sacrificó su vida al derramar su sangre. Ese sacrificio muestra que Dios actuó con justicia cuando se contuvo y no castigó a los que pecaron en el pasado, 26 porque miraba hacia el futuro y de ese modo los incluiría en lo que llevaría a cabo en el tiempo presente. Dios hizo todo eso para demostrar su justicia, porque él mismo es justo e imparcial, y a los pecadores los hace justos a sus ojos cuando creen en Jesús.

27 ¿Podemos, entonces, jactarnos de haber hecho algo para que Dios nos acepte? No, porque nuestra libertad de culpa y cargo no se basa en la obediencia a la ley. Está basada en la fe. 28 Así que somos hechos justos a los ojos de Dios por medio de la fe y no por obedecer la ley.

29 Después de todo, ¿acaso Dios es solo el Dios de los judíos? ¿No es también el Dios de los gentiles? Claro que sí. 30 Hay solo un Dios, y él hace justas a las personas—tanto a los judíos como a los gentiles—[a] únicamente por medio de la fe.

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Footnotes

  1. 3:30 En griego a los circuncisos y a los incircuncisos.

25 a quien Dios exhibió públicamente como propiciación[a](A) por su sangre(B) a través de la fe, como demostración de su justicia, porque en su tolerancia, Dios(C) pasó por alto los pecados cometidos anteriormente[b](D), 26 para demostrar[c] en este tiempo su justicia, a fin de que Él sea justo y sea el que justifica al que tiene fe en Jesús[d]. 27 ¿Dónde está, pues, la jactancia(E)? Queda excluida. ¿Por cuál ley? ¿La de las obras(F)? No, sino por la ley de la fe. 28 Porque[e] concluimos que el hombre es justificado por la fe aparte de las obras de la ley[f](G). 29 ¿O es Dios el Dios de los judíos solamente? ¿No es también el Dios de los gentiles? Sí, también de los gentiles(H), 30 porque en verdad Dios es uno(I), el cual justificará en virtud de la fe a los circuncisos[g](J) y por medio de la fe a los incircuncisos[h](K).

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Footnotes

  1. Romanos 3:25 O, sacrificio propiciatorio
  2. Romanos 3:25 Lit., por causa de haber pasado por alto, en la paciencia de Dios, los pecados previamente cometidos
  3. Romanos 3:26 Lit., demostración
  4. Romanos 3:26 Lit., es de la fe de Jesús
  5. Romanos 3:28 Algunos mss. antiguos dicen: Por tanto
  6. Romanos 3:28 Lit., O, de ley
  7. Romanos 3:30 Lit., la circuncisión
  8. Romanos 3:30 Lit., la incircuncisión

25-26 Dios envió a Jesucristo para morir por nosotros. Si confiamos en que Jesús murió por nosotros, Dios nos perdonará. Con esto Dios demuestra que es justo y que, gracias a su paciencia, ahora nos perdona todo lo malo que antes hicimos. Él es justo, y sólo acepta a los que confían en Jesús.

27-28 Ante Dios, no tenemos nada de qué estar orgullosos. Pues Dios nos acepta porque confiamos en Jesucristo, y no por obedecer la ley de Moisés. 29 Dios no es solamente Dios de los judíos; en realidad, él es Dios de todos, sean o no judíos. 30 Hay un solo Dios, y es el Dios que acepta a todos los que confían en Jesucristo, sean judíos o no lo sean.

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