Romanos 8:3-4
Nueva Versión Internacional
3 En efecto, la Ley no pudo liberarnos porque la carne anuló su poder; por eso Dios envió a su propio Hijo en una condición semejante a la de los pecadores,[a] para que se ofreciera en sacrificio por el pecado. Así condenó Dios al pecado en la carne, 4 a fin de que la justa demanda de la Ley se cumpliera en nosotros, que no vivimos según la carne, sino según el Espíritu.
Read full chapterFootnotes
- 8:3 en … pecadores. Lit. en semejanza de carne de pecado.
Romanos 8:3-4
La Biblia de las Américas
3 Pues lo que la ley no pudo hacer, ya que era débil por causa de la carne(A), Dios lo hizo(B): enviando a su propio Hijo en semejanza de carne de pecado y como ofrenda por el pecado, condenó al pecado en la carne(C), 4 para que el requisito de la ley(D) se cumpliera en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu(E).
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