²⁰ Pues nadie llegará jamás a ser justo ante Dios por hacer lo que la ley manda. La ley sencillamente nos muestra lo pecadores que somos.

¹² Los gentiles serán destruidos por el hecho de pecar, aunque nunca tuvieron la ley escrita de Dios; y los judíos, quienes sí tienen la ley de Dios, serán juzgados por esa ley porque no la obedecen.

²⁵ Los discípulos quedaron atónitos.

—Entonces, ¿quién podrá ser salvo?—preguntaron.

²⁶ Jesús los miró y les dijo:

—Humanamente hablando es imposible, pero para Dios todo es posible.

¹² ¡En ningún otro hay salvación! Dios no ha dado ningún otro nombre bajo el cielo, mediante el cual podamos ser salvos.

² Yo sé que ellos tienen un gran entusiasmo por Dios, pero es un fervor mal encauzado. ³ Pues no entienden la forma en que Dios hace justas a las personas ante él. Se niegan a aceptar el modo de Dios y, en cambio, se aferran a su propio modo de hacerse justos ante él tratando de cumplir la ley. ⁴ Sin embargo, Cristo ya cumplió el propósito por el cual se entregó la ley.^[a] Como resultado, todos los que creen en él son hechos justos a los ojos de Dios.

²⁴ Por eso dije que morirán en sus pecados; porque, a menos que crean que Yo Soy quien afirmo ser,^[a] morirán en sus pecados».

¹⁸ »No hay condenación para todo el que cree en él, pero todo el que no cree en él ya ha sido condenado por no haber creído en el único Hijo de Dios.