Romanos 12:9-13:14
Nueva Biblia Viva
El amor
9 No finjan amar; amen de veras. Aborrezcan lo malo; pónganse de parte del bien. 10 Ámense con cariño de hermanos y deléitense en el respeto mutuo.
11 No sean perezosos; sirvan al Señor con el entusiasmo que da el Espíritu. 12 Regocíjense en la esperanza, tengan paciencia si sufren y nunca dejen de orar.
13 Cuando vean a algún hermano en necesidad, corran a ayudarlo. Y fórmense el hábito de ofrecer alojamiento a los que lo necesiten.
14 Si alguien los persigue, no lo maldigan; al contrario, bendíganlo.
15 Si alguien se alegra, alégrense con él; si alguien está triste, acompáñenlo en su tristeza. 16 Vivan en armonía unos con otros. No sean arrogantes, sino traten como iguales a la gente humilde ¡y no se hagan como que lo saben todo!
17 Nunca le paguen a nadie mal con mal. Al contrario, busquen hacerles el bien a todos.
18 Procuren, en lo que les sea posible, estar en paz con todo el mundo. 19 Queridos hermanos, nunca tomen venganza sino déjensela a Dios, porque así está escrito:
«A mí me corresponde vengarme. Yo le daré su pago a cada quien, dice el Señor».
20 Y también está escrito: «Dale de comer a tu enemigo si está hambriento; y si tiene sed, dale de beber. Así se avergonzará de lo que te ha hecho».
21 No te dejes, pues, vencer por el mal, sino vence el mal haciendo el bien.
El respeto a las autoridades
13 Todos deben obedecer a las autoridades del gobierno, porque Dios es quien les ha otorgado el poder. No hay ningún gobierno que Dios no haya establecido. 2 Así que los que se niegan a obedecer a las autoridades se rebelan contra lo que Dios ha ordenado, y recibirán castigo. 3 Las autoridades no están para darle miedo a la gente que hace el bien, sino a los maleantes. Así que si no deseas temerlas, pórtate bien y las autoridades hablarán bien de ti. 4 Dios ha puesto al servicio de él a las autoridades para tu beneficio. Pero si estás haciendo algo malo, claro que tienes que temerlas, porque para eso tienen armas para castigarte. Para eso las ha puesto Dios, para actuar con justicia y castigar a los malhechores. 5 Así que hay que obedecer a las autoridades para que no te castiguen y porque es un deber de conciencia.
6 Por eso mismo ustedes pagan impuestos. Las autoridades están sirviéndoles en el trabajo que Dios les ha encomendado. 7 Páguenle a cada quien lo que le corresponda: sean impuestos, contribuciones, respeto u honor.
La responsabilidad hacia los demás
8 No tengan deudas con nadie, excepto las deudas de amor hacia otros. De hecho, quien ama al prójimo ha cumplido la ley, 9 porque los mandamientos dicen: «No cometas adulterio», «no mates», «no robes», «no codicies»; esos, y todos los demás mandamientos, se resumen en este otro: «Ama a tu prójimo como a ti mismo». 10 El que ama no le hace mal a nadie y, por eso mismo, el que ama cumple perfectamente la ley.
11 Tenemos que vivir así, sabiendo que el tiempo vuela. ¡Despertemos! Nuestra salvación está más cerca ahora que cuando creímos por primera vez. 12 La noche ya está terminando y el nuevo día despuntará pronto. Por eso, dejemos de actuar en las tinieblas y vistámonos la armadura de la luz. 13 Seamos siempre decentes, como si anduviéramos a la luz del día. No gastemos el tiempo en orgías y borracheras, ni en inmoralidades sexuales y libertinajes, ni en pleitos y envidias. 14 Más bien, revístanse ustedes del Señor Jesucristo, y no busquen satisfacer los deseos de su naturaleza pecadora.
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