² No os adaptéis a las formas de este mundo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestra mente, para que comprobéis cuál es la voluntad de Dios: lo bueno, lo que le agrada, y lo perfecto.

²⁴ y os vistáis del nuevo hombre, creado a semejanza de Dios en la justicia y santidad de la verdad.

¹⁶ Por lo cual, no desmayamos; sino que, aunque este nuestro hombre exterior va decayendo, el interior, no obstante, se renueva de día en día.

⁶ estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo;

³⁶ Así que, si el Hijo os liberta, seréis verdaderamente libres.