Salmos 59:6-13
Nueva Biblia de las Américas
6 Regresan al anochecer, aúllan como perros(A),
Y rondan por la ciudad(B).
7 Mira, echan espuma por la boca(C);
Hay espadas en sus labios(D),
Pues dicen: «¿Quién oye(E)?».
8 Pero Tú, oh Señor, te ríes de ellos(F);
Te burlas de todas las naciones(G).
9 ¶A causa de su fuerza(H) esperaré en Ti,
Porque Dios es mi baluarte(I).
10 Mi Dios en Su misericordia vendrá a mi encuentro(J);
Dios me permitirá verme victorioso sobre mis enemigos(K).
11 No los mates, para que mi pueblo no se olvide(L);
Dispérsalos(M) con Tu poder, y humíllalos,
Oh Señor, escudo nuestro(N).
12 Por el pecado de su boca(O) y la palabra de sus labios,
Sean presos en su orgullo(P),
Y a causa de las maldiciones y mentiras que profieren(Q).
13 Acábalos en Tu furor(R), acábalos, para que ya no existan;
Para que los hombres sepan que Dios gobierna en Jacob
Hasta los confines de la tierra(S). (Selah)
Proverbios 13:13-15
Nueva Biblia de las Américas
13 El que desprecia la palabra(A) pagará[a] por ello,
Pero el que teme el mandamiento será recompensado(B).
14 La enseñanza[b] del sabio es fuente de vida(C),
Para apartarse de los lazos de la muerte(D).
15 El buen entendimiento produce favor(E),
Pero el camino de los malvados es difícil.
Marcos 8:22-30
Nueva Biblia de las Américas
El ciego de Betsaida
22 Llegaron* a Betsaida(A), y trajeron* a Jesús un ciego y le rogaron* que lo tocara(B). 23 Tomando al ciego de la mano, lo sacó fuera de la aldea; y después de escupir(C) en sus ojos y de poner las manos sobre él(D), le preguntó: «¿Ves algo?».
24 Y levantando[a] la vista, dijo: «Veo a los hombres, pero los veo[b] como árboles que caminan». 25 Entonces Jesús puso otra vez las manos sobre sus ojos, y él miró fijamente y fue restaurado; y veía todo con claridad. 26 Y lo envió a su casa diciendo: «Ni aun en la aldea entres(E)».
La confesión de Pedro
27 (F)Jesús salió con Sus discípulos a las aldeas de Cesarea de Filipo(G); y en el camino preguntó a Sus discípulos: «¿Quién dicen los hombres que soy Yo?». 28 Le respondieron: «Unos, Juan el Bautista; y otros, Elías; pero otros, uno de los profetas(H)». 29 Él les preguntó de nuevo: «Pero ustedes, ¿quién dicen que soy Yo?». «Tú eres el Cristo[c]», le respondió* Pedro(I). 30 Y Jesús les advirtió severamente que no hablaran de Él a nadie(J).
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1 Corintios 11:1-16
Nueva Biblia de las Américas
11 Sean imitadores de mí(A), como también yo lo soy de Cristo.
La mujer en la iglesia
2 Los alabo(B) porque en todo se acuerdan de mí(C) y guardan las tradiciones con firmeza, tal como yo se las entregué(D). 3 Pero quiero que sepan que la cabeza(E) de todo hombre es Cristo[a], y la cabeza de la mujer es el hombre(F), y la cabeza de Cristo es Dios(G). 4 Todo hombre que cubre su cabeza mientras ora o profetiza(H), deshonra su cabeza. 5 Pero toda mujer que tiene la cabeza descubierta mientras ora o profetiza(I), deshonra su cabeza, porque se hace una con la que está rapada(J).
6 Porque si la mujer no se cubre la cabeza, que también se corte el cabello; pero si es deshonroso para la mujer cortarse el cabello, o raparse, que se cubra. 7 Pues el hombre no debe cubrirse la cabeza, ya que él es la imagen y gloria de Dios(K), pero la mujer es la gloria del hombre. 8 Porque el hombre no procede[b] de la mujer, sino la mujer del hombre(L). 9 En verdad el hombre no fue creado a causa de la mujer, sino la mujer a causa del hombre(M). 10 Por tanto, la mujer debe tener un símbolo de autoridad sobre la cabeza, por causa de los ángeles.
11 Sin embargo, en el Señor, ni la mujer es independiente del[c] hombre, ni el hombre independiente de la[d] mujer. 12 Porque así como la mujer procede del hombre, también el hombre nace de la mujer; y todas las cosas proceden de Dios(N). 13 Juzguen(O) ustedes mismos: ¿es propio que la mujer ore a Dios con la cabeza descubierta? 14 ¿No les enseña la misma naturaleza que si el hombre tiene el cabello largo le es deshonra, 15 pero que si la mujer tiene el cabello largo le es una gloria? Pues a ella el cabello le es dado por velo. 16 Pero si alguien parece ser contencioso, nosotros no tenemos tal costumbre(P), ni la tienen las iglesias de Dios(Q).
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