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Advertencias contra la mujer infiel

Querido jovencito,
atiende a mis sabios consejos,
para que cuando hables
lo hagas con sabiduría.
La mujer infiel te engaña
con palabras suaves y dulces,
que al fin de cuentas
resultan más amargas que la hiel
y más peligrosas que una espada.
Quien se enreda con ella,
¡va derecho a la tumba!
A ella no le importa
lo que digan de su conducta;
lleva una vida sin control,
pero no lo reconoce.

Querido jovencito, escúchame:
¡no desprecies mis consejos!
Apártate de esa mujer
y no te acerques a su casa,
o acabarás entregando tu salud
y los mejores años de tu vida
a gente cruel y peligrosa;
10 ¡todo tu salario, y el dinero
que con tanto esfuerzo te ganaste,
irá a parar en otras manos!
11-12 Cuando te hayas quedado pobre,
dirás entre llantos y lamentos:
«¡Pobre de mí, pobre de mí!
¡Nunca acepté ningún consejo!
13 Jamás les hice caso a mis maestros,
ni obedecí a los que me orientaban.
14 ¡Ahora estoy casi en la desgracia
ante toda la comunidad!»

Sé fiel a tu esposa

15 Si quieres disfrutar del amor,
disfrútalo con tu esposa.
16 ¡Guarda tu amor sólo para ella!
¡No se lo des a ninguna otra!
17 No compartas con nadie
el gozo de tu matrimonio.
18 ¡Bendita sea tu esposa,
la novia de tu juventud!
19 Es como una linda venadita;
deja que su amor y sus caricias
te hagan siempre feliz.

Dios mira tu conducta

20 Querido jovencito,
no dejes que otra mujer te cautive
ni busques las caricias
de la mujer casada.
21 Dios mira con mucha atención
la conducta de todos nosotros.
22 El pecado y las malas acciones
son trampas para el malvado,
y lo hacen su prisionero.
23 Así muere esta clase de gente
que no quiere ser corregida;
¡su falta de entendimiento
acaba por destruirla!

Piensa antes de actuar

Querido jovencito,
si algún amigo te pide
que respondas por él
y te comprometas
a pagar sus deudas,
no aceptes ese compromiso,
pues caerás en la trampa.
No dejes que tu amigo te atrape;
¡mejor ponte a salvo!
Te recomiendo que vayas a verlo
y le ruegues que no te comprometa.
Que no te agarren de tonto;
mejor ponte a salvo,
como huyen del cazador,
las aves y los venados.

No seas perezoso

¡Vamos, joven perezoso,
fíjate en la hormiga!
¡Fíjate en cómo trabaja,
y aprende a ser sabio como ella!
La hormiga no tiene jefes,
ni capataces ni gobernantes,
pero durante la cosecha
recoge su comida y la guarda.

Jovencito perezoso,
¿cuánto más seguirás durmiendo?,
¿cuándo vas a despertar?
10 Te duermes un poco,
te tomas la siesta,
tomas un descansito
y te cruzas de brazos...
11 ¡Así acabarás
en la más terrible pobreza!

No seas mentiroso

12 Hay gente mala y sinvergüenza
que anda contando mentiras;
13 para engañar a los otros,
guiña el ojo,
apunta con los dedos,
y hace señas con los pies.
14 Esa gente sólo piensa hacer lo malo,
y siempre anda provocando pleitos.
15 Por eso la desgracia
vendrá sobre ellos de repente;
cuando menos lo esperen,
serán destruidos sin remedio.

No provoques peleas

16 Hay seis clases de gente,
y puede añadirse una más
que Dios no puede soportar:
17 La gente orgullosa,
la gente violenta,
la gente mentirosa,
18 la gente malvada,
la gente ansiosa de hacer lo malo,
19 la gente que miente en un juicio,
y la que provoca pleitos familiares.

Cuidado con la mujer infiel

20 Querido jovencito,
cumple al pie de la letra
con los mandamientos de tu padre
y con las enseñanzas de tu madre.
21 Grábatelos en la memoria,
y tenlos siempre presentes;
22 te mostrarán el camino a seguir,
velarán tu sueño mientras duermes,
y hablarán contigo cuando despiertes.
23 Los mandamientos y las enseñanzas
son como una lámpara encendida;
la corrección y la disciplina
te mostrarán cómo debes vivir;
24 te cuidarán de la mujer infiel,
que con palabras dulces te convence.
25 No pienses en esa malvada;
no te dejes engañar por su hermosura
ni te dejes cautivar por su mirada.
26 Por una prostituta
puedes perder la comida,
pero por la mujer de otro
puedes perder la vida.

27 Si te echas brasas en el pecho,
te quemarás la ropa;
28 si caminas sobre brasas,
te quemarás los pies;
29 si te enredas con la esposa de otro,
no quedarás sin castigo.

30 No se ve mal que un ladrón
robe para calmar su hambre,
31 aunque si lo sorprenden robando
debe devolver siete veces
el valor de lo robado;
a veces tiene que pagar
con todas sus posesiones.
32-33 Pero el que se enreda
con la mujer de otro
comete la peor estupidez:
busca golpes,
encuentra vergüenzas,
¡y acaba perdiendo la vida!
34 Además, el marido engañado
da rienda suelta a su furia;
si de vengarse se trata,
no perdona a nadie.
35 Un marido ofendido
no acepta nada a cambio;
no se da por satisfecho
ni con todo el oro del mundo.

Invitación de la mujer infiel

Querido jovencito,
ten presente lo que te digo
y obedece mis mandamientos.
2-3 Cúmplelos, y vivirás;
grábalos en tu mente,
nunca te olvides de ellos.
Cuida mis enseñanzas
como a tu propia vida.

Hazte hermano de la sabiduría;
hazte amigo del conocimiento,
y te librará de la mujer
que te engaña con sus palabras
y le es infiel a su esposo.

Un día en que yo estaba
mirando a través de la ventana,
vi entre los muchachos imprudentes
a uno más imprudente que otros.
Llegó a la esquina,
cruzó la calle,
y lentamente se dirigió
a la casa de esa mujer.
Ya había caído la noche.
El día llegaba a su fin.

10 En ese preciso instante
la mujer salió a su encuentro.
Iba vestida como una prostituta,
y no disimulaba sus intenciones.
11 Llamaba mucho la atención;
se veía que era una mujer
incapaz de quedarse en casa.
12 A esa clase de mujeres
se las ve andar por las calles,
o andar vagando por las plazas,
o detenerse en cada esquina
esperando a ver quién pasa.
13 Cuando la mujer vio al joven,
se le echó al cuello y lo besó,
y abiertamente le propuso:

14 «Puedo invitarte a comer
de la carne ofrecida a mis dioses.
Hoy les cumplí mis promesas,
y estoy en paz con ellos.
15 Por eso salí a tu encuentro;
te buscaba, ¡y ya te encontré!
16 Tengo tendida en la cama
una colcha muy fina y colorida.
17 Mi cama despide el aroma
de los perfumes más excitantes.
18 Ven conmigo;
hagamos el amor hasta mañana.
19 Mi esposo no está en casa,
pues ha salido de viaje.
20 Llenó de dinero sus bolsas,
y no volverá hasta mediados del mes».

21 Con tanta dulzura le habló,
que lo hizo caer en sus redes.
22 Y el joven se fue tras ella
como va el buey al matadero;
cayó en la trampa como un venado
23 cuando le clavan la flecha;
cayó como los pájaros,
que vuelan contra la red
sin saber que perderán la vida.

24 Querido jovencito: obedéceme;
pon atención a lo que te digo.
25 No pienses en esa mujer,
ni pierdas por ella la cabeza.
26 Por culpa suya muchos han muerto;
¡sus víctimas son ya demasiadas!
27 Todo el que entra en su casa
va derecho a la tumba.