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¡Nadie controla el futuro!

27 No presumas hoy
de lo que piensas hacer mañana;
¡nadie sabe lo que traerá el futuro!

No presumas de ti mismo;
deja que te alaben los demás.

Las piedras son pesadas,
y la arena también,
pero aún más pesado
es el enojo del necio.

El enojo es cruel,
la ira es destructiva,
y la envidia es incontrolable.

Quien de veras te ama
te reprenderá abiertamente.
Más te quiere tu amigo cuando te hiere
que tu enemigo cuando te besa.

Cuando no se tiene hambre,
hasta la miel empalaga;
cuando se tiene hambre,
hasta lo amargo sabe dulce.

Estar lejos de la patria,
es andar como pájaro sin nido.

Con un buen perfume
se alegra el corazón;
con la dulzura de la amistad
se vuelve a la vida.

10 Nunca les falles a los amigos,
sean tuyos o de tu padre.

Nunca lleves tus problemas
a la casa de tu hermano.

Más vale amigo cercano
que pariente lejano.

11 Querido jovencito,
hazme feliz actuando con sabiduría,
para taparles la boca
a los que quieran humillarme.

12 Prever el peligro y evitarlo
es actuar con inteligencia;
hay que ser muy tonto
para no preverlo ni evitarlo.

13 El que se comprometa a pagar
las deudas de un desconocido
y se enrede con una mujer infiel
perderá todo lo que tenga.

14 Hasta el mejor saludo
es un insulto grave,
si se hace a gritos
y en la madrugada.

15 Peor que gotera en día lluvioso,
es la persona que por todo pelea.
16 ¡Querer controlarla
es querer atajar el viento
o retener aceite en la mano!

17 Para afilar el hierro, la lima;
para ser mejor persona, el amigo.

18 Si quieres buena fruta,
cuida del árbol;
si quieres buen trato,
trata bien a tu jefe.

19 El espejo refleja el rostro;
y los ojos revelan la personalidad.

20 Hay tres cosas
que nunca están satisfechas:
la tumba, la muerte,
y la ambición humana.

21 Con el fuego se descubre
qué clase de metal tenemos;
con los elogios se descubre
qué clase de persona somos.

22 Si al trigo lo machacas,
puedes quitarle la cáscara,
pero al necio, aunque lo remuelas,
no se le quita lo necio.

23-25 Las riquezas no son eternas
ni el dinero dura para siempre.
Las cosechas se acaban,
y la hierba se seca.
Por eso, cuida bien tus rebaños.
26-27 Tus ovejas te darán su lana,
tus cabras te darán mucha leche,
y así podrán alimentarse
tú y tu familia
y hasta tus empleados.
Además podrás vender tus cabras
y con el dinero comprar un terreno.

27 No te jactes del día de mañana,
    porque no sabes lo que el día traerá.

No te jactes de ti mismo;
    que sean otros los que te alaben.

Pesada es la piedra, pesada es la arena,
    pero más pesada es la ira del necio.

Cruel es la furia, y arrolladora la ira,
    pero ¿quién puede enfrentarse a la envidia?

Más vale ser reprendido con franqueza
    que ser amado en secreto.

Más confiable es el amigo que hiere
    que el enemigo que besa.

Al que no tiene hambre, hasta la miel lo empalaga;
    al hambriento, hasta lo amargo le es dulce.

Como ave que vaga lejos del nido
    es el hombre que vaga lejos del hogar.

El perfume y el incienso alegran el corazón;
    la dulzura de la amistad fortalece el ánimo.[a]

10 No abandones a tu amigo ni al amigo de tu padre.

No vayas a la casa de tu hermano cuando tengas un problema.

Más vale vecino cercano que hermano distante.

11 Hijo mío, sé sabio y alegra mi corazón;
    así podré responder a los que me desprecian.

12 El prudente ve el peligro y lo evita;
    el inexperto sigue adelante y sufre las consecuencias.

13 Toma la prenda del que salga fiador por un extraño;
    retenla en garantía si la entrega por la mujer ajena.

14 El mejor saludo se juzga una impertinencia
    cuando se da a gritos y de madrugada.

15 Gotera constante en un día lluvioso
    es la mujer que siempre pelea.
16 Quien la domine podrá dominar el viento
    y retener[b] aceite en la mano.

17 El hierro se afila con el hierro,
    y el hombre en el trato con el hombre.

18 El que cuida de la higuera comerá de sus higos,
    y el que vela por su amo recibirá honores.

19 En el agua se refleja el rostro,
    y en el corazón se refleja la persona.

20 El sepulcro, la muerte y los ojos del hombre
    jamás se dan por satisfechos.

21 En el crisol se prueba la plata;
    en el horno se prueba el oro;
    ante las alabanzas, el hombre.

22 Aunque al necio lo muelas y lo remuelas,
    y lo machaques como al grano,
    no le quitarás la necedad.

23 Asegúrate de saber cómo están tus rebaños;
    cuida mucho de tus ovejas;
24 pues las riquezas no son eternas
    ni la fortuna está siempre segura.
25 Cuando se limpien los campos y brote el verdor,
    y en los montes se recoja la hierba,
26 las ovejas te darán para el vestido,
    y las cabras para comprar un campo;
27 tendrás leche de cabra en abundancia
    para que os alimentéis tú y tu familia,
    y toda tu servidumbre.

Footnotes

  1. 27:9 Texto de difícil traducción.
  2. 27:16 y retener. Lit. y llamará.