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Gloria de Dios es encubrir un asunto,
pero honra del rey es investigarlo.
Para la altura de los cielos, para la profundidad de la tierra
y para el corazón de los reyes, no hay investigación.

Quita la escoria de la plata
y saldrá una alhaja para el fundidor.
Aparta al malvado de la presencia del rey,
y su trono se afirmará en justicia.

No te alabes delante del rey
ni te pongas en el lugar de los grandes,
porque mejor es que se te diga: «Sube acá»,
y no que seas humillado delante del príncipe
a quien tus ojos han visto.

No entres apresuradamente en pleito,
no sea que no sepas qué hacer luego,
cuando tu prójimo te haya avergonzado.
Trata tu causa con tu compañero
y no descubras el secreto a otro,
10 no sea que te deshonre el que lo oiga
y tu infamia no pueda repararse.

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