Add parallel Print Page Options

31 Y he aquí que por toda ella habían ya crecido espinas,

Ortigas habían ya cubierto su haz,

Y su cerca de piedra estaba ya destruída.

32 Y yo miré, y púselo en mi corazón:

Vilo, y tomé consejo.

33 Un poco de sueño, cabeceando otro poco,

Poniendo mano sobre mano otro poco para dormir;

Read full chapter