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El Señor recompensa a los que le temen
con riquezas, honra y vida, si son humildes.
El camino del perverso está lleno de trampas y espinas;
quien se cuida a sí mismo, se cuida de seguirlo.
Enseña al niño a seguir fielmente su camino,
y aunque llegue a anciano no se apartará de él.

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