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Premio o castigo,//tú lo decides

18 El que es egoísta
sólo piensa en sí mismo
y no acepta ningún consejo.

Al tonto no le interesa aprender,
sino mostrar lo poco que sabe.

La maldad nunca llega sola;
viene siempre acompañada
de vergüenza y desprecio.

Las palabras del sabio
son fuente de sabiduría.

¡Qué malo es
declarar inocente al malvado
y no hacerle justicia al inocente!

Cuando el tonto abre la boca,
causa discusiones y pleitos.

Cuando el necio abre la boca,
pone su vida en peligro.

¡Qué sabrosos son los chismes,
pero cuánto daño causan!

El vago y el destructor,
¡hasta parecen hermanos!

10 Dios es como una alta torre;
hacia él corren los buenos
para ponerse a salvo.

11 El rico cree estar protegido,
piensa que sus riquezas
son como una ciudad con murallas
donde nadie puede hacerle daño.

12 El orgullo acaba en fracaso;
la honra comienza con la humildad.

13 Es muy tonto y vergonzoso
responder antes de escuchar.

14 Con ánimo se alivia al enfermo,
pero no a quien está deprimido.

15 El que es sabio e inteligente
presta atención y aprende más.

16 Con un regalo generoso
todo el mundo te recibe;
¡hasta la gente más importante
te abre sus puertas!

17 El primero en defenderse
alega ser inocente,
pero llegan los testigos
y afirman lo contrario.

18 Los pleitos más difíciles
hay que ponerlos en manos de Dios.

19 Es más fácil derribar un muro
que calmar al amigo ofendido.

20 Cada uno recibe por sus palabras
su premio o su castigo.

21 La lengua tiene poder
para dar vida y para quitarla;
los que no paran de hablar
sufren las consecuencias.

22 Si ya tienes esposa,
ya tienes lo mejor:
¡Dios te ha demostrado su amor!

23 El pobre suplica;
el rico insulta.

24 Con ciertos amigos,
no hacen falta enemigos,
pero hay otros amigos
que valen más que un hermano.

18 Su deseo busca el que se desvía,

Y se entremete en todo negocio.

No toma placer el necio en la inteligencia,

Sino en que su corazón se descubra.

Cuando viene el impío, viene también el menosprecio,

Y con el deshonrador la afrenta.

Aguas profundas son las palabras de la boca del hombre;

Y arroyo que rebosa, la fuente de la sabiduría.

Tener respeto a la persona del impío,

Para pervertir el derecho del justo, no es bueno.

Los labios del necio traen contienda;

Y su boca los azotes llama.

La boca del necio es quebrantamiento para sí,

Y sus labios son lazos para su alma.

Las palabras del chismoso son como bocados suaves,

Y penetran hasta las entrañas.

También el que es negligente en su trabajo

Es hermano del hombre disipador.

10 Torre fuerte es el nombre de Jehová;

A él correrá el justo, y será levantado.

11 Las riquezas del rico son su ciudad fortificada,

Y como un muro alto en su imaginación.

12 Antes del quebrantamiento se eleva el corazón del hombre,

Y antes de la honra es el abatimiento.

13 Al que responde palabra antes de oír,

Le es fatuidad y oprobio.

14 El ánimo del hombre soportará su enfermedad;

Mas ¿quién soportará al ánimo angustiado?

15 El corazón del entendido adquiere sabiduría;

Y el oído de los sabios busca la ciencia.

16 La dádiva del hombre le ensancha el camino

Y le lleva delante de los grandes.

17 Justo parece el primero que aboga por su causa;

Pero viene su adversario, y le descubre.

18 La suerte pone fin a los pleitos,

Y decide entre los poderosos.

19 El hermano ofendido es más tenaz que una ciudad fuerte,

Y las contiendas de los hermanos son como cerrojos de alcázar.

20 Del fruto de la boca del hombre se llenará su vientre;

Se saciará del producto de sus labios.

21 La muerte y la vida están en poder de la lengua,

Y el que la ama comerá de sus frutos.

22 El que halla esposa halla el bien,

Y alcanza la benevolencia de Jehová.

23 El pobre habla con ruegos,

Mas el rico responde durezas.

24 El hombre que tiene amigos ha de mostrarse amigo;

Y amigo hay más unido que un hermano.