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El que es tonto no acepta
que su padre lo corrija,
pero el que es sabio
acepta la corrección.

A la familia del hombre honrado
nunca le falta nada;
al malvado sus ganancias
le traen grandes problemas.

Cuando los sabios hablan,
comparten su conocimiento;
¡los ignorantes no hacen esto
ni con el pensamiento!

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