Add parallel Print Page Options

El que no se anima a trabajar, empobrece:
    el que trabaja duro, se enriquece.
El hijo inteligente trabaja durante la cosecha;
    el sinvergüenza se duerme durante esa época.

Al justo le llueven bendiciones,
    pero la boca del perverso sólo oculta violencia.

Read full chapter